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Causas de necesitar controlar a tu pareja

Por Daniel Molina Deja un comentario

Causas de necesitar controlar a tu pareja

La necesidad de controlar a tu pareja

Hay personas que perciben a su pareja como su posesión. Sus miedos, sus inseguridades, y su percepción de si mismos de un modo negativo, les empuja a intentar saber en cada momento donde está su pareja y que hace. Son comportamientos totalmente tóxicos, destinados a intentar aliviar toda la ansiedad y angustia que esta clase de personas sienten en todo momento. Sus miedos son tan intensos que tienen la necesidad de aliviarlos con el control. Si te reconoces en este tipo de conductas, deberías tratar esa problemática que padeces, y antes de ello, deberías averiguar las causas de necesitar controlar a tu pareja.

La necesidad de controlar a la propia pareja, los celos y la posesividad son el fruto de los propios miedos, y el miedo incontrolado siempre lleva a la violencia. Al final, ese tipo de comportamientos autoritarios son un maltrato. Nadie merece ser controlado, ni es la posesión de nadie. Cuando alguien considera que otra persona es suya, la convierte en un objeto, y no olvidemos que la libertad es uno de los pilares en lo que debe basarse cualquier relación.

Normalmente, esta clase de conductas tan tóxicas acaba por hacer daño tanto a quienes la ejercen, como a las víctimas. Si intentamos tener el control sobre algo o sobre alguien, enseguida nos daremos cuenta de que no podemos hacerlo, y esa frustración siempre lleva al controlador a actitudes más autoritarias y agresivas. Una relación basada en el control al final acaba por destruirse por completo.

Las personas que sucumben a sus propios miedos e inseguridades necesitan controlarlo todo, incluso a su pareja. Tener la sensación de tener el control sobre su entorno más cercano, les proporciona algo de alivio a toda la angustia que padecen. Pero como ya sabemos, los miedos son capaces de paralizarnos, y percibirlo todo como un posible peligro. En definitiva, todos nuestros miedos se convierten en una pesada carga, que solamente nos causará dolor y sufrimiento. Es por ese motivo que debemos aprender a superar aquello que tememos, y liberarnos de toda esa ansiedad.

Causas de necesitar controlar a tu pareja

Entre las principales causas de necesitar controlar a tu pareja, están:

  • Un estado de ánimo bajo. Si una persona se siente anímicamente mal, percibirá el mundo que lo rodea, y a si mismo de un modo negativo. Dentro de toda esa negatividad, puede surgir la necesidad de tenerlo todo bajo control, incluso la propia relación de pareja. Sería como una tabla de salvación, ya que saber que todo va como uno espera, puede darnos algo de tranquilidad y paz, aunque no sea real. Sentirse mal nos puede llevar a ser personas inseguras, y a desconfiar de los demás, y ello puede favorecer la aparición de la necesidad de control, y de controlar a tu pareja.
  • Sentir desconfianza. Quizás su pareja ha hecho algo que le hace desconfiar, o tal vez, ha tenido experiencias traumáticas en el pasado, en las que ha sufrido algún tipo de traición o deslealtad, pero a veces la necesidad de controlar a la propia pareja nace de ese tipo de experiencias tan dolorosas. Sufrir experiencia tan traumática puede hacer que desconfiemos por todo, ya que evitaremos volver a sufrir, y padecer semejante dolor y sufrimiento.
  • Sufrir ansiedad. La ansiedad se alimenta de nuestros miedos. Si tenemos pánico a que nuestra pareja nos sea infiel, o tenemos un miedo atroz al abandono, por poner dos ejemplos, hará que podamos necesitar tener el control sobre nuestra pareja. En estos casos, donde la angustia es tan elevada, sentir que podemos controlar algo o alguien, nos dará cierta paz. Pero es una paz ficticia, porque realmente lo único que podemos controlar es lo que hacemos nosotros mismos. Es realmente desgastante tener que estar siempre encima de alguien para de ese modo controlar nuestros propios miedos e inseguridades. Esta clase de conductas controladoras siempre llevan al sufrimiento, y deben ser tratadas con tal de que no se destruya la propia pareja, ni a nosotros mismos.
  • Creencias tóxicas. Hay personas que crecen con la idea de que los demás pueden convertirse en una posesión. Son creencias que justifican los celos, la autoridad, y la posesión dentro de las relaciones de pareja. Para esta clase de personas, su pareja es una simple propiedad, y ellos tiene el pleno derecho de controlarlas. Esa despersonalización puede llevar a la violencia o al abuso, y son conductas realmente peligrosas. Debido a la rigidez mental de este tipo de personas, se hace realmente difícil que logren cambiar, debido a que no identifican su comportamiento como tóxico e insano. Y este tipo de conductas acaban por hacer mucho daño.

El dolor que produce las conductas controladoras

Que alguien a quien quieres se muestra autoritario y posesivo, es algo muy difícil de gestionar. Si se permite esta clase de conductas controladoras, la víctima se sentirá totalmente angustiada y estresada, por no incumplir las expectativas de su pareja, y no que no se enfade con ella. Esa angustia puede llegar a convertirse en verdaderos cuadros de ansiedad. También, el estado de ánimo de cualquier víctima se puede ver mermada, ya que comprar que nuestra pareja no confía en nosotros, y necesita controlarnos, pudiendo hacer que nos sumerjamos en una profunda tristeza. Una persona sin libertad al final acaba por ahogarse emocionalmente.

Es difícil asumir que nuestra pareja no confíe en nosotros, y sus miedos le empuje a controlarnos por completo. Esta clase de conductas hace que toda víctima se replantee quienes son, y son verdaderamente personas en las que no se puede confiar. Este hecho puede llevar a una percepción negativa de nosotros mismos, y por ende, desarrollar una autoestima baja. Además, toda víctima que está siendo controlada por su pareja, puede llegar a padecer emociones tan negativas como el rencor, la culpa, o la ira. Es realmente doloroso comprobar que la persona que amamos tiene que controlarnos porque no confía en nosotros, debido a sus propios miedos e inseguridades.

Si te preguntas las causas de necesitar controlar a tu pareja, decirte que deberías tratar tus miedos, así como tus propias inseguridades. Piensa que toda pareja debe sustentarse sobre pilares tales como el cariño, el respeto o la propia libertad. La unión de dos personas se produce porque ellas libremente lo deciden. Así que, nadie es tu propiedad. Continuando con esas conductas tan tóxicas, al final acabarás por destruir aquello que quieres proteger: tu relación de pareja. También acabarás por hacer daño a tu propia pareja y a ti mismo.

Cómo dejar de controlar a tu pareja

Entre las conductas propias de controlar a tu pareja podemos encontrar desde la manipulación, el chantaje, los reproches o las amenazas, entre otras. Todos estos comportamientos están destinados a someter a la pareja, y de ese modo, puedes controlarla sin ninguna oposición. Si logras identificar esa clase de conductas en ti, deberías buscar ayuda psicológica. La terapia te ayudará a afrontar tus miedos, y a dejar a un lado este tipo de conductas tan tóxicas e insanas. Deja de preguntarte las causas de necesitar controlar a tu pareja, y busca toda la ayuda que necesites.

Quien se ve atrapado por sus miedos e inseguridades, es una persona que sufre, y hace sufrir a los demás. En definitiva, son adultos heridos, y esas heridas les empuja a cometer cierta violencia contra su pareja con tal de controlarla, y de ese modo, poder soportar su angustia. Toda persona que tenga la necesidad de controlar a los demás, debe reconstruir su autoestima, y aprender a percibirse a si mismo, y a los demás, de un modo positivo y constructivo.

Por el contrario, si eres una víctima de una persona controladora, simplemente abandona ese tipo de relación. Si continúas con tu pareja, te hará daño, y destruirá todo lo que eres. Nadie es la propiedad de nadie, y si tu relación carece de libertad o de confianza, lo mejor que puede hacer es alejarte lo más posible de esa persona. Ningún tipo de amor justifica en control. Al final el control es un tipo más de violencia. No caigas en ello. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Pareja

Ansiedad por quedarse embarazada

Por Daniel Molina Deja un comentario

Ansiedad por quedarse embarazada

Cuando aparece la ansiedad

Cuando una pareja decide tener descendencia, siempre tiende a pensar que todo será sencillo, y que no habrá ningún obstáculo que sortear. Pero que una mujer se quede embarazada es un proceso nada fácil, que requiere de varios factores para que ocurra. Si una pareja después de un tiempo no logra que se produzca el embarazo, comienzan las presiones y las tensiones, y todo ello prolongado en el tiempo, sobre todo en la mujer, favorece la aparición de la ansiedad por quedarse embarazada.

A menudo se ejerce una presión constante e intensa sobre las mujeres para que se queden embarazas. Esa presión suele ejercerse desde el entorno más cercano, como es el entorno familiar o social. Toda mujer, al llegar a una determinada edad, se ven en la obligación de quedarse embarazada, y tener su primer hijo. Toda esa presión puede favorecer la aparición de los síntomas de la ansiedad, y agravar aún más la situación.

La ansiedad se alimenta de nuestros miedos, y la mujer que comprueba que no puede quedarse en ese momento embarazada, comenzará a plantearse cosas como si es infértil, o que hay algo malo en ella que le impide ser madre, por ejemplo. Este tipo de pensamientos, fruto del miedo y la presión, solamente agravarán más la problemática, en vez de buscar alguna posible solución.

El deseo de ser madre puede llevar a la mujer que no lo consigue, a sufrir una gran frustración, que le llevará a padecer un gran nivel de angustia. Si una mujer no consigue quedarse embarazada, no debería sucumbir a las presiones, porque eso nunca es la solución. Entrar en pánico solamente hará que la situación se vuelva totalmente patológica. La ansiedad por quedarse embarazada es una secuela directa a dejarse llevar por las presiones de nuestro entorno, y eso no lo podemos permitir.

Las secuelas de la ansiedad por quedarse embarazada

Sufrir una intensa ansiedad por estar embarazada, y así cumplir con las propias expectativas, tiene un precio emocional y psicológico difícil de gestionar. Una vez que una mujer que intenta quedarse en cinta no lo consigue, lo primero que sentirá es una profunda tristeza, que no gestionada, puede dar paso a un cuadro depresivo que agudizará la angustia que esta persona ya sentirá.

Si una mujer tiene la inmensa ilusión de ser madre, y por la causa que sea no puede serlo, aunque pueda haber una solución, esa persona se puede cuestionar su valía, y sus capacidades. No hay nada más absurdo que echarse la culpa cuando es algo que escapa de nuestro control. Pero una mujer en esa situación puede no vivirlo así, y comenzar a cuestionarse a si misma, y ello le repercutirá en su autoestima. Compararse con las demás, y su capacidad de quedarse embarazada rápidamente es un error, pero en alguien que desea ser madre le llevará a replantearse todo lo que ella es.

Aparte de sufrir un gran nivel de ansiedad, la persona que quiere quedarse embarazada y no puede, comenzará a experimentar una serie de emociones muy difíciles de gestionar. Entre esas emociones están por ejemplo la tristeza, la ira o los sentimientos de culpa. Todas esas sensaciones y sentimientos llevará a esa persona a sufrir un gran sufrimiento y dolor, necesitando de todo el apoyo que pueda llegar a reunir.

La ansiedad y el deseo de ser madre

Hay una gran variedad de estudios científicos que dictan que el estrés y la ansiedad, puede repercutir a la hora de quedarse embarazada. Al sufrir un episodio de una angustia muy elevada que da paso a la ansiedad, segregamos ciertas hormonas, y entre ellas están las citocinas. Se ha demostrado que las mujeres con dificultades para tener un embarazo, tenían altos niveles de estas hormonas en el organismo. Por tanto, existe una relación real entre la ansiedad y la incapacidad de quedarse en estado.

Nuestra mente y nuestro cuerpo están en total sintonía. Cuando algo nos altera o nos preocupa, ello tiene una repercusión en todo nuestro organismo. Si padecemos un trastorno tan intenso y persistente como la ansiedad, ello puede llegar a hacer mella en el hecho de quedarse embarazada. Pero también está el hecho de padecer este trastorno cuando la persona comprueba que no puede embarazarse. Esa frustración y esa angustia puede agravar aún más la situación, haciendo casi imposible poder quedarse en cinta. El factor psicológico y emocional es algo que no es determinante, pero se debería tener en cuenta.

Causas de la ansiedad por quedarse embarazada

Entre las principales causas de llegar a sufrir ansiedad por quedarse embarazada, están:

  • Por la propia presión. Hay mujeres que consideran que tener descendencia lo es todo es su vida, y se generan a si mismas tanta presión que llegan a desarrollar graves cuadros de ansiedad. Es cierto que tener hijos es algo muy importante, y que a todos nos llena de felicidad, pero no podemos caer en el error de presionarnos a nosotros mismos, porque toda esa tensión siempre acabará por hacernos daño, e impidiendo conseguir cualquier objetivo, como es el hecho de quedarse embarazada. Desear tanto una cosa puede generarnos tanta presión por conseguirlo, que esa ansiedad jamás nos dejará conseguir las metas que nos hemos propuesto. Además, no todo el mundo puede quedarse embarazada, y no debemos centrarnos tanto es aquello que no podemos conseguir, y centrarnos más en nosotros mismos.
  • Por la presión social. Toda mujer en cierta medida se ve sometida a la presión de su entorno a ser madre, sobre todo cuando se cumple una cierta edad. Socialmente, se admite la idea de que toda mujer tiene que quedarse embaraza y tener descendía, porque para ellos es lo normal, cuando no es cierto. Pero para cualquier persona que se ve sometida a una presión por parte de las personas más cercanas, se sentirá mal si no cumple las expectativas. Ello le generará una angustia tan elevada, que dará paso a la temida ansiedad, al no ser que sepa como lidiar con toda esa presión impuesta. Este hecho no ocurre afortunadamente en todos los casos, pero hay muchas mujeres que se ven expuestas a una presión muy elevada, sobre todo de las personas más cercanas y queridas, y eso es muy difícil de gestionar.
  • Por el reloj biológico. El paso del tiempo nos puede presionar. Si una mujer siente que el tiempo que dispone para quedarse embarazada comienza a agotarse, intentará por todos los medios estar en estado, y esa autoexigencia hará que los niveles de estrés se vean totalmente alterados, llegando a padecer los síntomas propios de la ansiedad. Al final es el pez que se muerde la cola. Intentar quedarse en cinta a toda costa puede favorecer la aparición de la ansiedad, y este trastorno dificultará hasta el extremo poder alcanzar el objetivo. La presión genera miedo, y el miedo siempre es sinónimo de sufrimiento.
  • Por compararse con los demás. Ver que las mujeres de su entorno están embarazadas o ya tienen hijos, puede ser un desencadenante para que una mujer se genere a si misma una gran presión. Querer hacer lo que las demás mujeres hacen, y en el mismo tiempo, puede llegar a ser un foco total de ansiedad. Es un error compararse con los demás. Todos lo sabemos, pero cuenta no hacerlo cuando nuestro deseo está reflejado en esas personas. También tenemos que considerar el hecho de compararse incluso con personas que no conoce, pero que están visibles, como por ejemplo en las redes sociales. Al final, es una presión extra que puede hacer mucho daño a las mujeres que desean quedarse embarazas.

Cómo afrontar ansiedad por quedarse embarazada

Si tu deseo es quedarte embarazada, y llevas un tiempo intentándolo, y no lo consigues, deberías en un primer momento acudir a la consulta de un profesional médico especialista en ginecología. Es importante descartar que no haya ninguna alteración o problema físico que te impida quedarte en estado. Si las pruebas indican que no se trata de una cuestión física, entonces se debería barajar las causas emocionales y psicológicas. Para ello es imprescindible la ayuda terapéutica. Gracias a la terapia, podrás tener las herramientas que necesitas para quitarte de encima toda esa presión, y sentirte de nuevo bien. Y también puedes seguir las siguientes recomendaciones:

  • Haz aquello que te guste. No hay nada mejor para bajar la ansiedad que comenzar a hacer todo aquello que nos apasiona hacer. Toda actividad es positiva en estos casos. Gracias a ello podrás tener la mente ocupada en algo positivo.
  • Sal de casa y relaciónate. Es esencial que en los momentos más oscuros puedas salir de casa. El aire libre y el hecho de poder relacionarte con las personas más queridas y cercanas te permitirán sentirte bien.
  • Utiliza técnicas de relajación. Tener un método que te permita estar lo más relajada posible es vital. Podrías probar con la respiración diafragmática, que es una técnica muy sencilla que te permitirá alcanzar la tranquilidad que necesitas de un modo rápido. También podrías probar con disciplinas como el yoga o el taichí. Haz todo aquello que te permita sentirte relajada.
  • No intentes controlarlo todo. Por mucho que tú quieras, no puedes controlarlo todo. Lo que sí puedes controlar es como te afecta lo que te ocurre en cada momento. Deja que todo fluya, y no te presiones más de lo que ya estás.
  • Apóyate en tus seres queridos. Contar con el apoyo de nuestros seres queridos es lo más reconfortante que podemos tener. Apóyate en tu familia, en tus amigos, y sobre todo en tu pareja. Déjate ayudar.
  • Busca ayuda profesional. La terapia te dará las herramientas que necesitas para controlar tu ansiedad, y afrontar toda la presión que llevas acumulada. Si la ansiedad se ha adueñado de ti, busca ayuda terapéutica, y vuelve a sentirte bien.

Quedarse embaraza a veces no es tan sencillo como pensamos. Si no puedes tener ese embarazo tan deseado, no tires la toalla, ni te generes tanta presión que no puedas controlarla. Simplemente, céntrate en todo lo positivo que hay en ti y en tu vida, y deja que todo fluya. A menudo se requiere de tiempo, y de paciencia. Así que, no pierdas la calma, y síguelo intentando. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Ansiedad

5 heridas emocionales más persistentes

Por Daniel Molina Deja un comentario

5 heridas emocionales más persistentes

Causas de las heridas emocionales

Todos somos fruto de aquello que hemos vivido y experimentado. Si nuestras vivencias han sido positivas y constructivas, nuestro desarrollo habrá sido sano y consistente. En cambio, hemos sufrido experiencias negativas, seguramente habremos desarrollado ciertos daños que nos acompañarán por siempre. En este artículo nos centraremos en las 5 heridas emocionales más persistentes.

Toda persona requiere desde su más tierna infancia de ciertos cuidados, cariño y protección de todo su entorno, y sobre todo, de las personas que más tienen que darle esas atenciones, como son los padres o las madres. Pero si alguien ha sufrido el abandono y el descuido de todo su entorno, sus experiencias habrán sido muy negativas, sobre todo a la hora de construir su propia personalidad y su madurez emocional.

Debemos entender que, un niño que ha sufrido tanto se convertirá en un adulto herido. Y esas heridas serán capaces de condicionar todas las experiencias futuras, y afectar a todos los ámbitos de la vida de quien lo sufre, como por ejemplo, en el trabajo, o en la forma de relacionarse. Las heridas emocionales son tan persistentes que siempre nos acompañarán a no ser que sean tratadas.

Lidiar con un pasado que nos atormenta nunca es sencillo. Comenzar a reconstruirnos y sanar nuestras heridas es algo muy complicado, necesitando mucho tiempo y esfuerzo. Pero es importante poner todo de nuestra parte para afrontar ese dolor, y pasar página para poder tener una vida libre de esas cargas emocionales. Para ello reparemos en este artículo las 5 heridas emocionales más persistentes. Quizás si reconoces algunas de ellas, puedas pedir la ayuda que necesitas.

El dolor de un pasado que no hemos superado

Dejar que nuestro pasado se apropie de nosotros y de nuestro presente, es algo que siempre esconde un precio a pagar. En este caso, podemos llegar a padecer ciertos trastornos que hará que nuestro sufrimiento se vea incrementado. Una de las secuelas de padecer heridas emocionales, es una bajada de nuestro estado de ánimo. El dolor, y el sufrimiento que padecemos, puede afectarnos de tal manera, que puede favorecer la aparición de la depresión. Sumergirnos en una profunda tristeza es un signo inequívoco de que estamos emocionalmente heridos, y necesitamos de toda la ayuda que podamos reunir.

Vivir en un presente condicionado por un pasado traumático, puede hacer que nuestros niveles de angustia y de estrés se vean incrementados. Esos altos niveles de angustia puede llevarnos a padecer trastornos relacionados con la ansiedad. Sufrir una gran presión durante un tiempo muy prolongado puede llevarnos a padecer los síntomas de la ansiedad, y llevarnos a sufrir siempre miedo y angustia.

Un niño que ha crecido bajo el abandono, los reproches y las criticas, se habrá convertido en un adulto con una autoestima dañada. Es una de las secuelas más comunes de las heridas emocionales. Reconstruir esa autoestima es esencial, y para ello se necesita de ayuda profesional. El dolor y el sufrimiento que sufren las personas emocionalmente heridas pueden favorecer la aparición de emociones tan negativas como el rencor, la rabia, o la culpa. Todas estas emociones son el fruto de un dolor intenso que ha perdurado durante mucho tiempo.

Las 5 heridas emocionales más persistentes 

Entre las 5 heridas emocionales más persistentes podemos encontrar:

  • Miedo a las críticas y a los reproches. Una persona que ha desarrollado su personalidad y su autoestima bajo las críticas, los juicios y los reproches constantes de las personas que más quiere, y más deberían cuidarle, hará que esa persona se sienta totalmente insegura, y se perciba a sí misma de un modo totalmente negativo. Esa persona desarrollará un miedo atroz a fallar a los demás, y ser criticados. Por ello será muy rígido con sus actuaciones, y muy crítico con sus propios errores. Eso le hará intentar por todos los medios, no decepcionar a nadie, con tal de no recibir esas críticas o juicios que tanto daño le hacen. Incluso pueden desarrollar una gran fobia a cometer errores, y eso les llevará a hacerlo todo bajo cierta supervisión. Se convertirán en personas muy dependientes de los demás.
  • Miedo al abandono. Una persona emocionalmente herida siempre buscará el cariño y las atenciones que nunca ha tenido. Eso les llevará a tener relaciones totalmente dependientes, y tóxicas. Al necesitar a otra persona para sentirse bien, ello les empujará a desarrollar ciertos miedos. Y el miedo más grande que pueden experimentar, es el miedo al abandono. Sentirse rechazados les causa pavor, y les lleva a aceptar cualquier condición con tal de que la persona amada o querida se quede a su lado. No están dispuestas a aceptar una pérdida así, porque emocionalmente no lo soportarían.
  • Miedo a ser traicionados. Cuando una persona ha estado sometida a la dejadez y la falta de atenciones desde pequeños, por parte de su entorno, se sentirá en cierta forma traicionado. Eso le hará siempre desconfiar de los demás, ya que estará permanentemente en alerta para no ser dañado. Ese miedo a ser de nuevo traicionado les llevará a no ser capaz de tener relaciones sanas y constructivas. No se puede tener relaciones con otras personas basadas en la desconfianza. Eso solamente nos llevará al dolor y al sufrimiento más extremo. Es difícil volver a confiar en alguien en estos casos, pero es algo necesario si se quiere tener relaciones más sanas y plenas.
  • Miedo a ser humillados. Quien se ha visto expuesto a los reproches o las críticas de las personas más cercanas y queridas, desarrollará un miedo intenso a ser humillados. A nadie le gusta que alguien le diga aquello que hace mal, o que tiene que mejorar. Menos aún cuando esos reproches se hacen en público. Nadie que reciba ese maltrato puede tener una autoestima positiva o sana. Si una persona ha sufrido constantemente humillaciones, se percibirá a si mismo como alguien incapaz o no válido, y tendrá un terror abismal a volver a ser humillado, y sentirse tan mal consigo mismo.
  • Miedo a la culpa. Si alguien te ha culpabilizado durante toda tu vida por todo lo malo que le ha ocurrido, al final desarrollarás un gran sentimiento de culpa, y los remordimientos no le dejarán avanzar. Esta es una de las 5 heridas emocionales persistentes más comunes. Quien siente esa culpa tan intensa, hará todo lo posible para no sentirse así. Este hecho puede ser utilizado por personas que quieran manipularle o chantajearle. Una persona que se sienta tan culpable, acabará incluso por dañarse a si mismo, y no creerse merecedor de nada bueno que pueda pasarle. Al final, esos sentimientos se convertirán en un modo de pensar y de actuar totalmente destructivo.

Cómo sanar las heridas emocionales persistentes

En esos casos, para poder sanar las heridas emocionales es necesario la ayuda psicológica. La terapia te dará todas las herramientas que necesitas para afrontar tu dolor y sufrimiento, y de ese modo, puedas sanar todas tus heridas. Pero también decirte que, necesitarás de tiempo y de esfuerzo personal. Piensa que después de años sufriendo tanta angustia y tristeza, debes reconstruirte por completo, volverte a encontrar, y superar todo ese dolor.

Es estos casos, es totalmente necesario reconstruir nuestra autoestima, así como la percepción que tenemos acerca de nosotros mismo. También deberemos cambiar nuestro modo de pensar y actuar. De ese modo, podremos sentir en bienestar que tanto necesitamos. No podemos vivir siempre con esa carga. Nadie debería hacerlo. Para ello es necesario que apuestes por la terapia. Hazlo, y vuelve a sentirte bien. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Emociones

8 rasgos de las personas autodestructivas

Por Daniel Molina 2 comentarios

8 rasgos de las personas autodestructivas

Cómo son las personas autodestructivas

Todos nacemos con el instinto de buscar siempre nuestro bienestar y nuestra propia seguridad. Es un principio extrapolable a todo ser vivo. Una persona sana jamás atentará contra si misma, y siempre intentará hacer todo lo posible por estar a salvo, tanto en el plano físico como en el psicológico. Por ese motivo, nos parece realmente extraño que haya personas capaces de hacerse daño a si misma y boicotear todo lo que hacen, como si buscarán castigarse. En este artículo nos centraremos en los 8 rasgos de las personas autodestructivas más comunes.

Debemos comprender que existen personas capaces de dejar a un lado ese instinto de promocionarse cierto bienestar y seguridad, y realizar conductas que atenten contra su integridad física y psicológica. Su experiencia y vivencias personales les empujan a autocastigarse. Los sentimientos de culpa, los remordimientos, o una percepción negativa de si mismo, puede hacer que estas personas desarrollen conductas autodestructivas como método de castigo sobre ellos mismos.

Todo tiene una causa, y es por eso que es importante saber que puede causar una conducta tan autodestructiva. Tenemos que recodar que esta clase de personas suelen soportar un gran dolor y sufrimiento, y necesitan de toda la ayuda que sea posible. Toda conducta autodestructiva siempre tiene un origen, y es imprescindible saber cuál es, para de ese modo saber como poder intervenir terapéuticamente. Toda aquella persona que tiene heridas emocionales que sanar, requiere de un proceso terapéutico. La terapia le dará todas las herramientas para cambiar ese modo de actuar y de pensar que tanto daño hace.

Podemos convertirnos en nuestros peores enemigos. Seremos quienes más severamente nos juzguemos, y de ese modo, podemos caer en el error de castigarnos. Al final, toda esa ira que podemos acumular siempre acabará siendo un arma contra nosotros. La ira siempre se convierte en dolor y en sufrimiento. Y es por ese motivo que debemos conocer los 8 rasgos de las personas autodestructivas, porque si logramos identificar esos rasgos en nosotros, deberíamos buscar ayuda inmediata.

8 rasgos de las personas autodestructivas

  • Pensamientos negativos. El modo de percibirse esta clase de personas siempre será negativa. Se ven así mismos como alguien incapaz o no válido, sintiendo la necesidad de castigarse por todo. Los sentimientos de culpa estarán siempre en su mente. Y todos los pensamientos que tiene estarán fijados en la idea de tener que imponerse un castigo, porque creen que no son merecedores de nada bueno. Su modo de pensar les lleva a las denominadas “profecías autocumplidas”, es decir, cuando una persona se repite a si misma que no puede hacer algo, que no es capaz o que no es merecedora de ello, y que al final logran que nada positivo les ocurra. Ese modo de pensar tan destructivo les llevará a sufrir un gran dolor.
  • Postura pasiva. Cuando alguien se ve incapaz de hacer algo, simplemente deja de hacerlo. Tener una postura pasiva es un signo inequívoco de ser una persona autodestructiva. Aunque estén ante algo que les causa daño y dolor, serán incapaces de hacer frente a la problemática que sufren. Suelen creer que no sirve de nada actuar, y se dejan llevar, aunque eso le produzca un gran sufrimiento. Su inactividad da más fuerza a su creencia de que son personas carentes de habilidades, y de ese modo se castigan aún más. Su dolor se ve intensificado con esa postura victimista.
  • Hábitos insanos. Uno de los 8 rasgos de las personas autodestructivas más comunes, son el desarrollo de ciertos hábitos dañinos, como puede ser las conductas alimentarias inadecuadas, o el abuso de sustancias. Es muy frecuente, en estos casos, que esta clase de personas desarrollen unos hábitos alimentarios totalmente insanos. Pueden optar tanto por hacer ingestas incontroladas, como por ejemplo, dejar de comer. Son conductas destinadas a maltratarse a si mismo, También se puede adoptar conductas tan nocivas para uno como fumar en exceso, beber alcohol, o consumir drogas. Todos esos comportamientos son conductas de riesgo, que pueden atentar contra quien decide comportarse así, y los daños suelen llegar a ser muy grandes en un espacio corto de tiempo.
  • Hacer daño y hacerse daño. Esta clase de personas autodestructivas siempre buscan cualquier situación para dañarse en un primer término, y dañar a los demás, tanto de un modo consciente como inconsciente. Su modo de comportarse siempre estará dirigido a boicotearse, y hacerse daño. Normalmente, cuando uno se hace daño a si mismo, llega también a dañar a las personas más cercanas y queridas. No hay nada más doloroso que ver a alguien a quien quieres hacerse tanto daño. Quien es capaz de hacerse daño, es capaz de lesionarse. Por ese motivo, es muy habitual en estos casos, que la persona llegue a desarrollar conductas autolíticas, es decir, que se pueden lesionar físicamente contra ellos mismos, incluso pudiendo llegar a atentar con su vida. Llegando a estos casos tan extremos, la persona requerirá internamiento médico para evitar que pudiera hacerse daño a si mismo o a los demás.
  • Aislamiento social. Las personas que se hacen daño a si mismas, suelen aislarse por completo, y sabotear todas las relaciones que puedan tener. La soledad les permite regodearse en su dolor, y tampoco creen que se merezcan que nadie se relacione con ellos. Al percibirse tan negativamente, tienen la creencia que no deben involucrarse en ninguna relación que les aporte algo positivo. También al rechazar a los demás no tienen que dar explicaciones a lo que sienten, ni poner buena cara. Ese aislamiento les permite fustigarse más a si mismos, y no tener al lado a nadie que pueda aportarle algo de luz. Todo se trata de autocastigarse.
  • Descuido físico y emocional. Quien desea castigarse, también lo hará en el plano físico y mental. Esta clase de personas suelen descuidarse por completo. No tienen en cuenta cosas tan cotidianas como la higiene, o la alimentación. Simplemente, irán actuando sin ningún control. Al no cuidarse, comenzarán los problemas físicos, como el cansancio, o problemas en la piel, y también alteraciones de tipo psicológico, como por ejemplo, una bajada del estado de ánimo, o cuadros de angustia y ansiedad.
  • Autocompasión. Otro de los 8 rasgos de las personas autodestructivas más comunes es la autocompasión. Esta clase de personas se perciben a si mismas como personas no válidas, y no merecedoras de nada bueno. En esa visión pesimista y negativa de uno mismo, siempre puede darse paso sentir una autocompasión muy intensa. Es muy sencillo para estas personas sentir compasión por ellos mismos, y sentirse una víctima. Eso les quita responsabilidad y les permite no salir de esa dinámica de castigarse y acentuar todo lo malo que hay en ellos y en su vida. Es un modo de pensar totalmente desgastante, y puede agravar aún más los problemas emocionales que puedan padecer.
  • Rechazar ayuda. Las personas con conductas autodestructivas son incapaces de identificar sus emociones y sentimientos. No saben identificar que les ocurre, ni la problemática que sufre. Por ese motivo, son incapaces de aceptar que necesitan ayuda. Además, si obtienen esa ayuda no pueden castigarse del modo que creen merecer. Por ese motivo, suelen rechazar la ayuda terapéutica, y si la aceptan será de un modo leve, no implicándose demasiado. La terapia les ayudaría a dejar de comportarse de ese modo tan destructivo.

La necesidad de pedir ayuda

Cuando una persona opta por castigarse y maltratarse, debe buscar las causas, para de ese modo, poder recibir la ayuda que se necesita en estos casos. La terapia psicológica es la única vía para que estas personas sanen sus heridas, y dejen de dañarse. Nadie opta por hacerse daño porque sí. Esas conductas siempre responden a traumas y experiencias muy negativas del pasado. Las personas autodestructivas necesitan volver a encontrarse, quererse y aceptarse a si mismas. Una buena autoestima es esencial para que esta clase de personas puedan reconstruirse, y tener una vida plena.

Si te has sentido identificado con los 8 rasgos de las personas autodestructivas, acepta que sufres una problemática emocional seria, y necesitas de toda la ayuda que sea posible para sanar todas tus heridas, y volver a sentirte bien contigo mismo. Nadie debería castigarse ni hacerse daño. Por ese motivo, apóyate en tus seres queridos, déjate ayudar, y apuesta por la terapia para afrontar tus problemas, y poder sanar. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Emociones

Por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales

Por Daniel Molina Deja un comentario

Por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales

La importancia de dejar de seguir a tu ex en las redes sociales

Cuando una relación finaliza, debemos asumir que esa persona ya no estará en nuestras vidas, ni compartiremos el camino con ella. Es un punto y seguido, pero solamente para nosotros. Es el momento de aceptar lo ocurrido, asumir la pérdida y seguir hacia adelante. No podemos quedarnos estancados en el dolor, y en el sufrimiento. Para ello es necesario realizar un proceso de duelo adecuado, que nos permita asumir nuestra pérdida, y nos permita pasar página. Ese es un de los motivos del por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales.

Asumir una pérdida tan grande nunca es sencillo. El dolor que sentimos es tan intenso que no sabremos como gestionar todo lo ocurrido. Es un momento donde la angustia y la tristeza estarán totalmente presentes en nuestras vidas. Es frecuente sufrir ciertos trastornos en estos casos, como son la depresión o la ansiedad. En ese estado de ánimo tan bajo lo menos recomendable es seguir a tu pareja en redes sociales, y quizás comprobar que ella no está viviendo esa separación como tú.

Debemos tener en cuenta que las redes sociales son totalmente irreales, mostrando una realidad totalmente distorsionada. Todos subimos nuestras mejores fotos, y en nuestros mejores momentos. No se suelen subir fotos que muestren nuestras tristezas, ni en situaciones duras para nosotros. Así que, contemplar unas publicaciones positivas de la vida de nuestra ex sin nosotros, lo único que hará es hacernos más daño. Y aparte de sufrir una bajada de nuestro estado de ánimo, y una subida de nuestro nivel de angustia, puede afectarnos en nuestra autoestima. Incluso puede hacer que afloren en nosotros emociones tan dañinas como el rencor o la ira. De ahí radica por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales.

Aunque te asegures que habéis quedado como amigos, los sentimientos que ha habido no te dejarán avanzar, al no ser que no mantengas el contacto, ni siquiera el virtual, y de ese modo poder seguir con tu vida. Al sufrir una pérdida semejante, podemos sumergirnos en la más profunda desesperación, y ello nos puede empujar a realizar actos irracionales, que nos pueden hacer más daño. Ante una ruptura debemos hacer todo lo posible por asumir lo recurrido, y para conseguirlo debemos dejar que pase el tiempo, y poner todo de nuestra parte para ser lo más constructivo posible.

El proceso de duelo

Todos ante cualquier pérdida necesitamos reconstruirnos emocionalmente, a la vez que reconstruir toda nuestra vida. Porque aunque no lo queramos, tenemos que asumir que nuestra expareja no volverá, y que tenemos que seguir nuestro propio camino. Aunque en un primer momento, el dolor y el sufrimiento que estamos padeciendo no nos dejen pensar con claridad, tenemos que centrarnos en nosotros mismos, e intentar sentirnos lo mejor posible, y eso lo conseguiremos con un proceso de duelo adecuado.

El proceso de duelo es necesario para asumir cualquier gran pérdida. Cuando conseguimos experimentar sus cinco fases, podremos aceptar lo ocurrido, y de ese modo, podemos pasar página y seguir con nuestras vidas. Si en las primeras fases no logramos asumir que hemos perdido a nuestra pareja, en las últimas fases podremos tener la consciencia necesaria para poder asumir nuestro dolor. Ese es el primer paso para procesar correctamente nuestra pérdida. Lo realmente peligroso es cuando nos negamos a asumir lo ocurrido, y no hacemos ese proceso de duelo necesario. Y si optamos por no realiza el duelo, nos quedaremos sumergidos en un profundo dolor para siempre, y eso es un auténtico error. 

Una de las decisiones más saludables que podemos tomar cuando nuestra relación se rompe, es dejar de seguir a tu ex, y menos mediante las redes sociales. Es tentador querer saber como le va a la otra perdona, y en cierta medida, no romper los lazos emocionales que te unen a ella. Pero si logras superar esa tentación, podrás hacer un duelo más constructivo y sano. Además, si crees que no puedes hacerlo solo, simplemente pide la ayuda que necesites. La terapia te ayudará a hacer ese proceso de duelo, y encajar esa pérdida para que puedas seguir con tu vida.

Por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales

Todos sabemos que las redes sociales son una gran ventana donde podemos mirar a golpe de clic aquello que otras personas hacen. Las fotografías o vídeos, solamente reflejan lo mejor de las vidas de las personas que seguimos. Por lo tanto, podemos llegar a suponer que las publicaciones son el reflejo de la vida misma, cuando es una muestra irreal y arbitraria de aquello que quieren mostrar los demás. La vida de los demás no está publicada, únicamente lo está aquello que quieren mostrar, y pueden vanagloriarse de ello. Las redes sociales es la muestra de una realidad distorsionada. 

Si tu relación se ha terminado, y optas por seguir a tu expareja en las redes sociales, solo podrás ver aquellas experiencias positivas de su vida. Es decir, lo mejor que le está pasado. Y supondrás que su vida es extraordinaria, y solamente sufres tú. Tendrás una visión totalmente distorsionada de la realidad, y eso únicamente te traerá más dolor y sufrimiento. Y ese es uno de los motivos del por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales.

Entre los demás motivos para dejas de seguir a tu ex en redes sociales, encontramos:

  • Te centrarás en lo negativo. En toda relación siempre hay momentos buenos y malos. Cuando esa misma relación finaliza, simplemente nos centramos en los momentos más oscuros, que suelen ser los más recientes. Esos recuerdos hacen que no logremos romper los lazos que nos unen con nuestra expareja, y eso solamente genera más dolor y sufrimiento. Con cada nuevo post o publicación de la persona que ha sido nuestra pareja, será un motivo para generarnos más sufrimiento. Al no pasar página, solamente nos centraremos en todo lo negativo, favoreciendo la aparición de emociones tan dañinas como el rencor, o incluso la ira. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales solamente agrandará nuestra percepción negativa de ella, además de sumergirnos en un inmenso dolor.
  • Puedes tener falsas esperanzas. Hay veces que cuando estamos sufriendo una gran pérdida queremos buscar cualquier atisbo de esperanza. Queremos dejar de sufrir, y que todo vuelva a ser como antes, pero eso es un imposible. Cuando una relación se rompe, normalmente lo hace para siempre, y es algo que tenemos que asumir. Al principio nos costará, y el dolor será muy intenso, pero gracias a un proceso de duelo adecuado, llegaremos a asumir todo lo ocurrido. En ese momento el dolor cesará, y podremos seguir nuestro camino. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales nos puede generar ciertas esperanzas de que vuelva a nuestro lado. Es un modo de romper esos lazos que nos unen a ella. Incluso podemos llegar al caso de buscar cualquier señal que nos dé un poco de esperanza, y dejar de sentirnos tan vacíos. Pero eso solamente prolonga nuestro dolor, y no nos deja avanzar, y eso acabará por destruirnos por completo.
  • Puedes llegar a idealizar a tu expareja. Si decidimos seguir a nuestra expareja en redes sociales, podemos caer en el error de banalizar lo ocurrido, y de idealizar a la otra persona, que muestra su mejor versión en sus publicaciones. Podemos caer en el inmenso fallo de creer que nuestra expareja es superior a nosotros, y que su vida es fabulosa, queriendo volver a formar parte de ella. Esas falsas expectativas solamente nos llevará a tener una visión distorsionada de lo que está ocurriendo, y no podremos hacer un proceso de duelo adecuado. Si idealizamos a nuestra expareja, seguramente nos centraremos en lo malo que hay en nosotros, y eso sin duda hará mella en nuestra autoestima. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales es un gran error porque nos generará un gran sufrimiento.

Por último, añadir que si no logramos romper los lazos que nos unen con nuestra expareja, además de no permitirnos hacer un duelo constructivo y sano, puede favorecer la aparición de ciertos trastornos emocionales, como es la ansiedad o la depresión. Además, puede afectarnos en nuestra autoestima, y hacer que aparezcan en nosotros emociones tan negativas como es el rencor o la rabia. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales solamente prolongará el dolor que sentimos por la perdida, y no nos ayudará a la hora de pasar página, y seguir con nuestras vidas. Debemos liberarnos de la tentación que supone saber qué hace la otra persona, y centrarnos en nosotros mismos. Al final somos nuestra responsabilidad, y tenemos que mirar por nuestro bienestar.

Cómo romper los lazos que nos unen a nuestra expareja

Una vez nuestra relación de pareja ha finalizado, debemos centrarnos en recomponernos, y reconstruir nuestra vida sin esa persona. Para conseguirlo es necesario aceptar lo ocurrido, y para ello tenemos que realizar un proceso de duelo adecuado. De esa forma podremos con el tiempo asumir lo sucedido, y de esa manera pasar página. Pero solo lo conseguiremos si somos capaces de aceptar nuestra pérdida. Durante ese proceso podemos seguir las siguientes recomendaciones para sentirnos lo mejor posible. Y estas son:

  • Actívate. Intenta estar lo más activo posible. Puedes aprovechar para hacer todo aquello que te gusta, y te hace sentirte bien. Tienes que hacer actividades que te permitan tener la mente centrada en algo positivo. Te ayudará a reducir la angustia y los pensamientos recurrentes. 
  • No te aísles. Procura salir de casa para pasar un rato agradable con las personas que quieres. Apóyate en tus seres queridos, y expresa todo tu dolor. Si ellos saben que te ocurre, sabrán como pueden ayudarte. No hay nada mejor que sentirse arropado en esos momentos.
  • Date tu tiempo. Todo proceso de duelo requiere de su tiempo. Por ese motivo, no quieras corres, y sigue tu propio ritmo. Es importante que vayas avanzando pero sin presiones. Debes evitar, aumenta más el estrés que puedas padecer.
  • No te comuniques con tu expareja. Al igual que no debes seguir a tu ex en redes sociales, tampoco deberías mantener ningún tipo de comunicación. Para superar una ruptura debemos iniciar el proceso de duelo sin la persona implicada en él. 
  • Céntrate en ti. En los momentos más oscuros de nuestras vidas es donde tenemos que centrarnos más en nosotros mismos. Cuídate, descansa, y haz todo aquello que te permita ser feliz. Es hora de mirar por ti y por tu propio bienestar.
  • Mejora tu autoestima. Para conseguir tener una buena percepción de ti mismo, deberías hablarte bien y con respeto. No tienes que buscar culpables, ni fustigarte por lo ocurrido. Si has cortado la relación con tu pareja es porque así debía ser. Háblate bien, y sé amable contigo mismo. De ese modo podrás mejorar tu propia autoestima.
  • Busca ayuda. Si no consigues hacer un proceso de duelo normal, y sientes que el dolor es tan intenso que te está afectando en todos los ámbitos de tu vida, busca ayuda psicológica. La terapia te ayudará a aceptar lo ocurrido, y sentirte bien de nuevo. Apuesta por ello. Busca ayuda. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Pareja

Qué hacer cuando aparece otra persona

Por Daniel Molina Deja un comentario

Qué hacer cuando aparece otra persona - Curso Qué hacer cuando aparece otra persona

Qué ocurre cuando aparece otra persona

Podemos tener nuestra vida más o menos establecida. Nuestra pareja, nuestro trabajo, nuestras aficiones, etc. Quizás creamos tenerlo todo bajo control, pero puede aparecer una persona que ponga patas arriba toda nuestra vida, atrayéndonos cada vez más, y empujándonos a una situación totalmente inesperada y desconcertante de la cual no sabremos como gestionar. Es importante en esos casos saber qué hacer cuando aparece otra persona.

Realmente cuando esto ocurre, todo aquello que considerábamos estable en nuestras vidas se rompe por completo. Es una circunstancia tan inesperada que es muy difícil de gestionar. Podemos amar a nuestra pareja, pero podemos conocer a alguien con la que conectemos de un modo muy intenso. Y no es algo tan difícil de que ocurra. Quizás podemos conocer a esa persona en el trabajo, en una fiesta, o tal vez mediante un amigo. Si tenemos pareja en ese momento, seguramente nos veamos en la encrucijada de dejarnos llevar, o resistirnos a esa atracción.

Si comenzamos a conocer a esa persona, y somos correspondidos, nos encontraremos en una encrucijada que puede trastocarnos por completo. Por un lado, está la persona que amamos, y ha estado siempre a nuestro lado, y por otro la atracción intensa por una persona que nos despierta quizás sensaciones y sentimientos que hemos olvidado. Porque no hay nada como experimentar el subidón de emociones que se experimentan en las primeras fases de enamoramiento. Por ese motivo, debemos tener cuidado con nuestras decisiones, porque en estos casos nuestra mente se puede nublar por completo, y cometer nuestros peores errores.

Las primeras fases del amor

Hay mucha bibliografía y estudios acerca de como reacciona nuestro cerebro a los estímulos del enamoramiento. Cuando nos sentimos atraídos por otra persona, segregamos varias hormonas como la dopamina que nos da esa sensación de felicidad y plenitud. Nos sentimos bien, y es por eso que las primeras fases del amor, donde la atracción es muy fuerte, nos aporta esas sensaciones tan agradables.

Pero posteriormente, esa intensidad emocional y sentimental se va rebajando, hasta volverse un amor más pausado y maduro. Hay personas que desean sentir siempre esas sensaciones, y se quedan atrapados en el deseo de conocer a alguien que les vuelva a reportar todo aquello que les hace sentirse bien. Una nueva persona puede hacer que nos sintamos tan atraídos por ella que no sepamos como reaccionar de un modo más racional.

En algunos estudios se afirman que alrededor de un 75% de personas con relaciones sentimentales estables, se han sentido en algún momento de sus vidas por otras personas. Realmente es algo muy natural. Lo importante es lo que hagamos con esa atracción, y tener muy en cuenta las consecuencias de nuestros actos, y como nos vamos a sentir. Porque quizás una atracción solo sea eso, y dejarnos llevar puede hacernos mucho daño, y hacer daño a nuestra pareja. Y eso es algo que deberíamos evaluar. Tenemos que aprender que lo único que podemos controlar es aquello que hacemos y hablamos. Así que, está en nuestra mano tomar las decisiones que debamos tomar.

Las causas de que aparezca otra persona

Hay una creencia popular que nos dice que cuando aparece alguien nuevo en nuestras vidas, por la cual sentimos atracción, es porque nuestra relación de pareja no está bien, y hay problemas subyacentes. Pero eso no es del todo cierto. Podemos estar bien con nuestras parejas, y tener una relación sólida y estable, y quizás sintamos una atracción por alguien que hemos conocido. Así que, vamos a repasar las tres posibles causas de sentir atracción por alguien nuevo. Y dichas causas son:

  • Intentar revivir las sensaciones de las primeras fases del amor. Como ya he dicho antes, conocer a alguien nuevo nos abre la posibilidad de volver a sentir aquello que hace tiempo no sentíamos, es decir, las sensaciones y emociones que nos puede aportar las primeras fases del enamoramiento. Estar en esa fase, nos aporta bienestar y una cierta sensación de felicidad. Nuestro cerebro segrega las hormonas que nos permiten sentirnos muy bien, y en plenitud, como es la dopamina. En estos casos, la atracción se convierte en un medio para sentirnos totalmente felices. Seguir nuestros deseos puede hacernos daño, y hacer daño a los demás. Por ese motivo, debemos saber qué hacer cuando aparece otra persona.
  • Problemas con nuestra pareja. Hay veces que la rutina, o la monotonía, nos llevará a una relación estable pero insulsa. En esos momentos podemos acentuar los defectos de nuestra pareja, y percibirla como alguien negativo. Cuando llegamos a sentir eso, la aparición de otra persona nos puede empujar a querer dejarlo todo para iniciar una nueva relación. Las relaciones maduras nos aportan otras cosas, y es la evolución natural de toda pareja. Pero hay personas que eso no les basta, y buscan nuevas sensaciones, estando abiertos a conocer a otras personas. Si en esos momentos se logra conectar con otra persona, esa atracción será muy intensa.
  • Sentirse confundido. En los casos en los que no nos sentimos bien, y estamos atravesando problemas personales, nos puede llevar a querer experimentar esas emociones y sentimientos de la fase de atracción. Si en esos momentos tan oscuros para nosotros, logramos conectar con alguien, nos sentiremos atraídos por esa persona, aunque esa persona solamente nos ofrezca su amistad. Las personas que están sumergidas en esos problemas personales, pueden confundir la amistad o ciertas señales con amor, a causa de su necesidad de buscar una salida a todo lo negativo que sienten. Es un momento vulnerable para caer en la tentación si logran conectar con alguien.

Sea cual sea la causa, debemos saber qué hacer si aparece otra persona. Tenemos que evaluar todo aquello que sentimos, y que nos aporta nuestra pareja, y esa otra persona. Y tomar las decisiones que tengamos que tomar. Debemos actuar de un modo pausado y maduro, porque no podemos caer en el error de tomar decisiones basadas en la impulsividad y en las prisas. En cuestiones del corazón debemos ser más reflexivos.

Qué hacer cuando aparece otra persona

Al aparecer otra persona en nuestras vidas, y tener pareja, antes de tomar una decisión definitiva, debemos tener en cuenta ciertos aspectos. No podemos actuar a la ligera, y sin evaluar aquello que sentimos. Cuando tenemos pareja, debemos pensar en ella, e intentar por todos los medios ser empáticos y cuidadosos con nuestros actos y palabras. No podemos hacer daño de forma gratuita. Nunca jamás. Así que, si alguien nuevo aparece en tu vida, y sientes atracción por esa persona, deberías:

  • Analizar tus sentimientos. La atracción que sientes por esa persona te aportará ciertas sensaciones positivas y agradables, pero debes evaluar tus verdaderos sentimientos por tu pareja. Al final debes guiarte por aquello que sientes, y no puedes caer en error de dejarte llevar por las primeras sensaciones que experimentes. Que tu decisión sea reflexiva.
  • Analizar que sientes por tu pareja. Como ya he dicho, en estos casos es normal que comencemos a centrarnos en todos los defectos de nuestra pareja. Y eso no es justo, ni racional. Si aparece alguien nuevo en nuestras vidas, debemos evaluar nuestros sentimientos hacia nuestra pareja. Volver a revisar porque nos enamoramos de ella, y qué nos hace sentir. Céntrate también en toda sus virtudes.
  • Tomarte tu tiempo. No tienes que tomar decisiones precipitadas, y menos cuando están por medio tantos sentimientos. Espérate hasta que puedas reflexionar y tener la mente más fría, y sobre todo no tomes esas decisiones de un modo impulsivo. Las prisas no son buenas consejeras. Nunca lo son.
  • Evaluar que sientes por esa persona. Está claro que sientes una atracción muy intensa por esa persona que has conocido. Pero tienes que evaluar si esos sentimientos son firmes, o son fruto del momento. También debes evaluar si esa atracción que sientes es debido a una atracción física o sexual, o por el contrario, es porque han aflorado en ti un amor completo por esa persona. Debes evaluar lo que sientes por esa persona antes de tomar ninguna decisión.
  • Hablar con tu pareja. Debes hablar con tu pareja, y explicarle todo aquello que crees que no funciona en vuestra relación. Es importante contar con ella, y gracias a eso, te ayudará a aclarar tus sentimientos. Si ella conoce tu percepción, quizás podáis reconducir vuestra relación de pareja. También puede ayudarte a tomar alguna decisión al respecto.

Saber qué hacer cuando aparece otra persona es fundamental. No podemos caer en el error de centrarnos solamente en la atracción que sentimos por esa nueva persona. Debemos evaluar todo lo que sentimos, y todo lo que perderemos si tomamos la decisión de dejarnos llevar por esos nuevos sentimientos. Pero tomes la decisión que tomes debe estar dirigida a ser lo más feliz posible. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Pareja

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