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Depresión

Relación entre depresión y obesidad

Por Daniel Molina Deja un comentario

Relación entre depresión y obesidad

Síntomas de la depresión y la obesidad

La depresión es un trastorno que nos puede llevar a sufrir una gran tristeza y apatía. Nos lleva a sumergirnos en un profundo abismo emocional del cual no podemos encontrar la salida. Esta psicopatología nos llega a robarnos todo lo que somos, nuestra energía y nuestras motivaciones. Sufrir ese gran dolor nos incapacita, y nos lleva a no tener las suficientes fuerzas para hacer nada, ni tan siquiera abordar nuestro día a día. Por ese estado de letargo infinito, podemos llegar a sufrir ciertas alteraciones físicas, y una de ellas es la relación entre depresión y obesidad, como veremos en este artículo.

Tanto si has sufrido algún episodio depresivo como si no, debes entender que cuando una persona carece de motivaciones, y no se ve con las suficientes energías para enfrentarse a su día a día, ello puede empujarle a estar siempre inactivo. Las personas que sufren depresión suelen permanecer inactivas, y esa inactividad siempre acarrea una serie de consecuencias que pueden ser muy perjudiciales para su salud.

Los síntomas de la depresión pueden favorecer la aparición de obesidad, o de agravar un sobrepeso existente. Entre dicha sintomatología podemos encontrar:

  • Apatía grave. Sentir una gran falta de energía para hacer cualquier actividad, por muy cotidiana que sea.
  • Alteraciones del sueño. Puede darse la necesidad de dormir en exceso o muy pocas horas. Y esto tienes unas claras consecuencias endocrinólogas.
  • Aislamiento. Las personas con depresión, sienten necesidad de no relacionarse con nadie, y evitar exponer su sufrimiento a los demás, o poner buena cara cuando no pueden hacerlo,
  • Problemas digestivos. Como la diarrea, las nauseas, o los vómitos. Estas alteraciones nos puede llevar a comer de forma poco sana, o que la comida nos haga ganar peso.
  • Malos hábitos. No tener horarios para nada, ni para comer, o comer de forma insana. Comer a deshora o comer alimentos en busca de un cierto alivio emocional, nos puede llevar a la ingesta compulsiva.
  • Falta de motivación. Sin motivación no tenemos ganas de hacer nada, y eso nos lleva a la inactividad, y un cuerpo inactivo puede llegar a padecer sobrepeso, entre otras alteraciones físicas.

Como podemos comprobar, la obesidad puede llegar a ser una de las consecuencias de sufrir un cuadro depresivo grave. También debemos tener en cuenta que padecer sobrepeso u obesidad puede llevarnos a sufrir una depresión. La relación entre depresión y obesidad es bidireccional, y una puede ser causa de la otra. Por ese motivo, debemos aprender que es esencial que lleguemos a describir las causas de todos nuestros males. Porque de ese modo, con esa información, podemos desarrollar las mejores estrategias para afrontarlo, y volver a sentirnos bien.

Relación entre depresión y obesidad

La relación entre depresión y obesidad es un hecho incontestable. Sufrir un trastorno como es padecer un cuado depresivo, es realmente terrible. Nos roba nuestras energías, y nuestras ganas de vivir. Nos sumergen en un oscuro y profundo abismo, del cual no logramos ver la salida. En ese estado, somos incapaces de movernos, de enfrentar nuestra día a día, ni tan siquiera hacer aquellas actividades que antes nos gustaban. La depresión nos roba todo, incluso todo lo que somos, convirtiéndonos en la sombra de la persona que un día fuimos. Sufriendo tan desanimo y apatía, es común ganar peso, haciéndonos que nos sintamos cada vez peor, no solamente en el plano físico, sino también en el psicológico y emocional.

Los síntomas de la depresión nos incapacitan, nos roban todas las energías que necesita, o incluso para afrontar nuestras rutinas. Toda esa inactividad, unida a la posibilidad de adoptar malos hábitos de alimentación debido al estado emocional tan bajo, puede llevar a la persona que sufre depresión, a ver como su peso se eleva, alterando tanto su físico como su propio estado emocional. Así que, quien tiene sobrepeso debería averiguar las causas de su aumento de peso. La ignorancia nos puede llevar a pensar que quien sufre de sobrepeso es porque come demasiado. Pero las cosas nunca son tan sencillas, y toda conducta tiene su causa subyacente. Comer de forma poco sana suele ser debido a un estado anímico bajo, y eso deberíamos tenerlo en cuenta.

En la relación entre depresión y obesidad debemos también en cuenta que la si la obesidad puede ser una consecuencia de sufrir un cuadro depresivo, también puede ser la que depresión sea por causa de la obesidad. Es decir, una persona con sobrepeso debido a como se siente, a como se percibe, o el daño que puede hacerle el rechazo de los demás, puede llevarle a sufrir un cuado depresivo. Tanto la depresión como la obesidad pueden ser la causa como la consecuencia, la una de la otra, y es algo que debemos tener muy presente.

La obesidad como causa

Hasta ahora nos hemos centrado principalmente en el hecho de que la depresión, y su sintomatología, nos puede llevar a ganar peso, y poder sufrir obesidad. Pero también debemos tener en cuenta que la obesidad, y todo lo que la rodea, puede llevarnos a sufrir un cuadro depresivo. Es una realidad, y es un factor que tenemos que asumir en la relación entre depresión y obesidad.

Una persona que sufre sobrepeso u obesidad, debe enfrentarse a menudo en su día a día, al juicio y las críticas de los demás. Al no tener el patrón corporal aceptado socialmente, suelen ser víctimas de juicios, e incluso insultos. La ignorancia y la falta de valores de ciertas personas, pueden hacer mucho daño a personas que se ven diferentes, y de ese modo, su autoestima acabará totalmente destruida si no pueden gestionar todo ese rechazo y acoso.

Saber que uno no es aceptado, simplemente por físico, es un factor esencial que explicaría por qué podemos sufrir un cuadro depresivo. Aunque uno se acepte tal como es, y se sienta bien consigo mismo, si su entorno le remarcan aquello que creen que es malo, y le reprochan todo lo que es, al final todas esas voces pueden acallar la propia voz de cualquiera de nosotros. Cuando una opinión no es constructiva, se convierte en crítica, y esas críticas pueden destruirnos por completo.

Si una persona con sobrepeso u obesidad se ve rechazada, crítica e insultada, su autoestima y su estado anímico se verán seriamente afectados. Comenzará a cuestionarse a si misma y a su valía, y todo ello la sumergirá en una profunda tristeza. Todo lo que conlleva la obesidad puede hacer que la persona que la sufra pueda caer en una profunda depresión. No hay nada más doloroso que cuestionarse a uno mismo, y eso lo consigue los juicios, o mejor dicho, los prejuicios de los demás. Logran silenciar nuestra propia voz, y nos empujan a un abismo de tristeza y de angustia. La gordofobia pude hacer mucho daño.

Cómo tratar la relación entre depresión y obesidad

Es esencial tratar la depresión para, de ese modo, poder afrontar todas sus consecuencias. Padecer una profunda tristeza, nos lleva a la inactividad, y a sufrir ciertas alteraciones que nos pueden llevar a padecer ciertas secuelas, como puede ser la obesidad. El sobrepeso o la obesidad, como hemos podido ver en este artículo, puede ser la causa o la consecuencia de la depresión, y para tratar una debemos tratar también a la otra. Es decir, debemos tratar la relación entre depresión y obesidad de un modo global y directo.

La depresión se debe tratar mediante la terapia psicológica. Gracias a ella podemos obtener todas las estrategias que necesitamos para afrontar todo aquello que nos hace sentirnos mal, y por tanto, mejorar nuestro estado de ánimo. Al tratar la depresión podemos tratar todos sus síntomas, pudiendo dejar atrás la apatía, la falta de motivación, o la inactividad. Eso siempre nos ayudará a no ganar peso, e incluso reducirlo, además de volver a sentirnos bien de nuevo.

Si sufres depresión debido al odio y el trato recibido por los demás por tu sobrepeso, ese mismo trato que te ha hecho dudar de ti mismo, y de quien eres, deberías tratar tu autoestima y tu estado de ánimo. Recibir el acoso de los demás por cualquier motivo, nos puede llegar a destruir por completo. El dolor y el sufrimiento que produce la gordofobia, puede hacer que la víctima acabe desarrollando un cuadro depresivo. Por tanto, la terapia es también necesaria en estos casos. Es importante que las víctimas de la gordofobia puedan aceptarse tal y como son, reconstruir su autoestima, y mejorar su estado anímico. Todo ello se consigue mediante la psicoterapia.

Por último, decir que, las dietas o cualquier otra técnica para evitar el sobrepeso, son inútiles cuando las causas pertenecen al plano emocional o psicológico. En estos casos es imprescindible la terapia. La ayuda psicológica es necesaria para volver a sentirnos bien, motivados, y con las energías suficientes para afrontar nuestro día a día. Volver a activarnos emocional y físicamente es esencial a la hora de tratar la relación entre depresión y obesidad. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Depresión

Tratamiento para la depresión

Por Daniel Molina

tratamiento para la depresión

Qué es la depresión

Nadie puede estar a salvo de acabar atrapado en una profunda tristeza y en una inmensa apatía. Todos pasamos por malos momentos que no sabemos como afrontar, y eso hace que nuestro estado de ánimo se vea seriamente dañado, y comenzamos a  percibir todo como algo negativo y peligroso para nosotros. En ese instante nos asomamos al abismo que representa este trastorno, que nos roba la alegría y las ganas de vivir, y nos sumerge en un profundo y oscuro pozo de soledad y angustia. Para afrontar ese estado, antes tenemos que saber qué es y cuál será el tratamiento para la depresión.

Podríamos definir la depresión como un trastorno del estado de ánimo, que se caracteriza pro sufrir una tristeza y una apatía persistente e intensa, de la cual no se encuentra consuelo ni manera de afrontarla adecuadamente. Los síntomas de este trastorno son realmente incapacitantes, llevando a quien los padece a una profunda desesperación, y a una falta total de energías, incluso para poder afrontar su día a día. Por ese motivo, hay personas que no acaban de entender que la depresión es grave, y que la persona que la padece queda incapacitada. Y si inactividad no es por pereza ni porque quiere, sino porque padece depresión, y este trastorno consigue arrebatarnos todo aquello que somos, convirtiéndonos en la sombra de la persona que un día fuimos.

La depresión requiere que la persona que la padece saque fuerzas de donde no tiene, y centre todos sus esfuerzos en reconstruirse y volver a sentirse bien. Para ello es necesario toda una lucha que parte de una terapia especializada para afrontar y superar este trastorno, y volver a ser nosotros mismos. Buscar un tratamiento para la depresión es el primer paso para recuperar nuestras vidas, porque consigue arrebatarnos todo aquello que somos, nuestras fuerzas, e incluso nuestra vida. Todas aquellas personas que han sufrido un cuadro depresivo lo describen como estar en un profundo abismo del cual no encuentras la salida. Padecer depresión es mucho más grave de lo que las personas suelen pensar, pero realmente es un trastorno que no tiene compasión ni piedad, y nos puede destruir por completo.

Síntomas de la depresión

Antes de describir los síntomas de la depresión más comunes, tenemos que pararnos para explicar que la depresión ataca a cada persona de un modo diferente. Es decir, habrá personas que padezcan una serie de síntomas, y habrá otras que pueden padecer otros muy distintos. Todo dependerá de las características emocionales y psicológicas de cada persona. Una vez entendido esta cuestión, pasamos a repasar los principales síntomas de este trastorno. Y entre ellos podemos encontrar:

  • -Cansancio extremo, falta de energías.
  • -Apatía, dejar a un lado aquello que antes nos gustaba.
  • -Alteraciones del sueño, o dormir poco o demasiadas horas.
  • -Dolores musculares, articulares y cefaleas.
  • -Falta de apetito o necesidad de comer mucho.
  • -Dificultad para concentrarse o pensar con claridad.
  • -Incapacidad para realizar incluso las actividades del día a día.
  • -Poblemas digestivos.
  • -Posible idealización del suicidio.
  • -Tendencia al aislamiento, problemas para relacionarse.
  • -Tristeza persistente e intensa.

Para poder controlar y superar todos estos síntomas tenemos que buscar un tratamiento para la depresión. Una vez que lleguemos a superar este trastorno y nuestro estado de ánimo mejore, todos estos síntomas irán remitiendo. La depresión es siempre grave, y debemos estar en alerta. No podemos mirar hacia otro lado ni esperar que haya medicaciones milagrosas que la curen. Porque la depresión no se cura, se afronta, y para eso siempre tenemos la terapia. Hay que apostar por el tratamiento para la depresión y por sentirnos bien de nuevo.

Causas de la depresión

La depresión suele aparecer en nuestras vidas de un modo lento pero implacable. Nos roba todo lo que somos. Nos roba nuestro presente y nuestro futuro, y nos hace sumergirnos en una profunda tristeza de la cual no lograremos recuperarnos hasta que no la tratemos. Para poder hacer frente a este trastorno primero deberemos saber cuáles son sus causas. De ese modo podemos establecer una intervención psicológica adecuada en casa caso. Y existen dos principales causas que se puede describir en dos tipos de depresión. Y estas son:

  • -Depresión endógena. Esta depresión es la causada por factores biológicos o químicos dentro de nuestro sistema nervioso y cerebral. Los cuadros depresivos de este tipo suelen darse cuando existe una bajada la segregación de una hormona llamada dopamina. Nuestro organismo rebaja la cantidad que segrega y comenzamos a experimentar una profunda tristeza. Es una depresión que no tiene una causa visible o explicable en un primer momento y es difícil de diagnosticar. En algunos casos muy graves se necesitará que se complemente la terapia con medicamentos. Pero solamente en casos muy extremos que se necesite un aumento rápido del estado de ánimo.
  • -Depresión exógena. Es la depresión más entendible, y es aquella que está causada por factores externos, como puede ser la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, o tener problemas económicos. Podemos encontrar una razón para sufrir este tipo de depresión. Todos pasamos por malos momentos, y sufrir un bajón en nuestro estado de ánimo nos puede llevar a sufrir un cuadro depresivo. Este tipo de depresión se trata mediante terapia. 

Tratamiento para la depresión

Aunque muchos profesionales de la medicina y muchas personas apuesta por la mediación como forma de “curación” de la depresión, eso es solo un atajo pero sin salida. Los fármacos destinados a la depresión solamente sirven para aumentar el estado de ánimo, no para tratar la depresión. El único tratamiento efectivo para este trastorno es la terapia. La intervención psicológica es esencial para poder vencer nuestra depresión. Solamente en los casos más extremos sería recomendable complementar la terapia con mediación. Pero en aquellas personas con un cuadro depresivo muy severo. Debemos apostar por un tratamiento para la depresión efectivo.

Para poder superar la depresión deberemos poner todo nuestro esfuerzo, y saber que requiere de tiempo. Como este trastorno nos roba todo lo que somos y lo que nos importa, debemos reconstruirnos, y eso requiere mucha fuerza de voluntad. Es por ese motivo que para vencer a nuestra depresión necesitamos ayuda terapéutica. La terapia nos dará todas las herramientas que necesitamos para controlar sus síntomas, y mejorar nuestro estado de ánimo. Y hay que recordar que la depresión no se cura, se afronta. Si padeces depresión toma la decisión de afrontarla, o toda esa oscuridad que se ha instalado en tu interior se quedará para siempre. Este trastorno nunca desaparecerá por si solo. Requiere un proceso terapéutico para afrontarlo. Apuesta por la terapia como tratamiento para la depresión

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Recomendaciones para el tratamiento de la depresión

Ya hemos descubierto que el método más efectivo para superar la depresión es la terapia. Una intervención terapéutica continua nos ayudará a identificar que nos ocurre, y nos dará las herramientas para poder aumentar nuestro estado de ánimo. Pero también podemos complementar la terapia con ciertas acciones que nos ayudarán a reducir los efectos de nuestra depresión, y sentirnos poco a poco mejor. Y entre dichas recomendaciones encontramos:

  • -Actívate. Sabemos que la depresión nos roba nuestra alegría, nuestras fuerzas, y las ganas de hacer cosas. Debemos hacer el esfuerzo de hacer actividades que nos permitan sentirnos bien además de activos. Podemos probar con el deporte, o con algo más liviano como es pasear. Tenemos que poner de nuestra parte y sentirnos activos de nuevo.
  • -Exprésate. Ponle nombre a todo lo sientes, y todo lo que estás sufriendo. Saber identificar que nos ocurre nos ayudará a poder hacerle frente. Así que, dale voz a tus emociones. Si estás al límite, díselo a tus seres queridos y a las personas que te ayudan. Deben saber qué te ocurre, y te darán el apoyo que necesitas.
  • -Haz aquello que te gustaba. En esos momentos tan oscuros es cuando es más necesario volver a encontrarnos a nosotros mismos. Una buena opción es volver a hacer todo aquello que nos gustaba hacer antes de sufrir nuestra depresión. Eso nos ayudará a sentirnos bien de nuevo, y recontarnos con la persona que éramos.
  • -No te aísles y relaciónate. La depresión nos obliga a aislarnos y a consumirnos en nuestro dolor. No se lo permitas. Haz el esfuerzo y sal a la calle. Vuelve a quedar con las personas más cercanas y queridas, y dedícales tiempo. Porque de ese modo te estarás dedicando tiempo a ti mismo. También incluso puedes aventurarte a conocer a nuevas personas. Haz todo lo que puedas por no aislarte.
  • -Busca apoyo. No eres ni serás la única persona que se ve atrapa por su depresión. Comunícate con tus seres queridos y explícales qué te ocurre, y todo lo que estás sufriendo. De ese modo sabrán como ayudarte. Déjate ayudar por aquellas personas que te rodean y que te quieren.
  • -Organízate. Establecer un horario para todo, te permitirá saber qué hacer en cada momento, y no caer en la apatía propia de la depresión. Un día a día organizado te permitirá tener la mente organizada, y eso te hará sentirte mejor.
  • -Ten hábitos saludables. Duerme las horas necesarias. Come bien. Y ten hábitos saludables que te permitan tener una buena salud física. Eso es importante para que tu mente se encuentre bien. Procura no consumir productos que empeoren tu estado anímico como el alcohol o las drogas. 

Con toda esta información decirte que si padeces depresión, no malgastes tu tiempo y tus energías en buscar atajos ni medicamentos milagrosos que te permitan sentirte bien de nuevo. La única vía para afrontar la depresión es la terapia. Requiere de tiempo y de mucho esfuerzo, pero si quieres superar todo lo que estás sufriendo deberás pasar por ese proceso terapéutico. Así que, busca tratamiento para la depresión, apuesta por la terapia y siéntete bien de nuevo. ¡Adelante!

Preguntas frecuentes

¿Qué es la terapia online?

La terapia online es una intervención psicológica que se implanta mediante las nuevas tecnologías, como por chat, teléfono móvil, o videoconferencia. 
Debemos tener en cuenta que la terapia online tiene las mismas garantías y efectividad que la terapia presencial, pero con grandes ventajas, como son la comunicación directa y continua, el anonimato, realizar las sesiones donde y cuando quieras, etc. Apuesta por la terapia online y siéntete bien de nuevo.

¿Qué garantías tiene la terapia online?

La terapia online siempre será impartida por un psicólogo cualificado, empleando las mismas técnicas que la terapia tradicional. Por lo tanto, podemos afirmar que la terapia online tiene las mismas garantías terapéuticas que la terapia presencial.

¿Qué ventajas tiene la terapia online?

Entre las grandes ventajas que podemos encontrar en la terapia online, es recibir la ayuda que necesitas sin desplazamientos innecesarios, y en el horario que tú necesites. También puedes optar por el anonimato si lo prefieres, además la comunicación puede ser más directa y continua que en la terapia presencial. Y por último, el precio suele ser más asequible que la terapia impartida en una consulta física.

¿Para quién está dirigido la terapia online?

La terapia online está dirigida a cualquier persona que esté pasando un mal momento, y busque ayuda para afrontar esa situación. Además, es un servicio óptimo para todas aquellas personas que no quieran o no puedan desplazarse a una consulta presencial.

¿En qué consiste la terapia online?

En la terapia online se siguen las mismas estrategias y métodos que la terapia presencial. Así que, la terapia constaría de cuatro fases diferenciadas. En la primera se reuniría toda la información acerca de la problemática que quieras tratar. En un segundo paso, se establecerán los objetivos terapéuticos que se quieren alcanzar. Posteriormente, se realizaría la intervención terapéutica. Y por último, se haría sesiones de seguimiento para comprobar la evolución, y evitar recaídas.

¿Cuánto dura la terapia online?

La duración de la terapia dependerá de cada persona y de lo que quiera tratar. Puede ocupar desde pocas sesiones hasta las necesarias para poder superar la problemática que se quiera superar.

¿Cómo funciona el servicio de Terapia Online?

Los servicios de terapia online consisten en una suscripción mensual, que consta de dos sesiones mensuales de 45 minutos, pudiendo elegir entre hacerlas mediante chat escrito o llamada telefónica. Seguimiento continuo, y acceso a todos los cursos de apoyo emocional, que son un gran complemento a la terapia.

¿Hay permanencia o periodos mínimos?

En Psicólogo Emocional online no creemos en las permanencias ni en periodos mínimos. Tienes la plena libertad de darte de alta y de baja. Recuerda que tú gestionarás tu cuenta.

¿Tengo que pagar algo por darme de alta o de baja?

De ninguna manera. Darte de alta y de baja es totalmente gratuito. El único pago que efectuarás es la cuota mensual.

¿Cuál es la forma de pago?

El pago se efectuará mediante tarjeta, ya sea de débito o de crédito. El pago es totalmente seguro, y tendrás la garantía de que todos tus datos estarán siempre protegidos. Una vez te des de alta, el cobro de tu suscripción se efectuará el mismo día de cada mes. Es decir, si por ejemplo, te das de baja el día 5 de un mes determinado, el cobro se realizará el mismo día de cada mes de manera automática.

¿Y si solamente quiero apuntarme un mes para probar?

Una vez que te des de alta, tendrás tu nombre de usuario y una contraseña. Tú gestionarás tu propia cuenta. Por lo que si solamente quieres probar, puedes darte de baja tú misma cuando quieras.

¿Cómo me doy de alta?

Es muy sencillo. Solamente tienes que elegir el modo de terapia online que prefieras, y seguir los pasos de la plataforma de pagos. Al hacerlo tendrás tu nombre de usuario y tu contraseña, y una vez efectuado el pago tendrás acceso a tu cuenta. Es un proceso rápido y sencillo.

¿Cómo me doy de baja?

Es tan sencillo como darte de alta. Una vez quieras darte de baja, solamente tienes que acceder a tu cuenta y hacerle click al enlace de darte de baja, y ya está.

¿Qué hago si he olvidado mi contraseña?

No te preocupes. Siempre que olvides tu contraseña, podrás recuperarla en la pestaña que encontrarás cuando quieras acceder a tu cuenta.

¿Puedo suscribirme al servicio de terapia online si vivo fuera de España?

¡Por supuesto! Puedes suscribirte vivas donde vivas. Lo único que tienes que recordar es que las sesiones se realizan en el horario de España. Así que, si vives en otro país, ten en cuenta la diferencia horaria.

Contacta conmigo si tienes alguna duda acerca de cómo funcionan los servicios o de los precios de la terapia online. 🙂

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    Publicado en: Depresión

    Por qué la depresión nos lleva a aislarnos

    Por Daniel Molina Deja un comentario

    Por qué la depresión nos lleva a aislarnos

    La depresión y la necesidad de aislarnos

    La depresión es un trastorno del estado del ánimo que nos roba todo lo que somos. Poco a poco acaba con nuestras energías y con nuestras ganas de vivir. Porque debemos comprender que esta enfermedad mental no se basa solo en la tristeza, sino que tiene una sintomatología muy extensa. Entre dichos síntomas está el aislamiento, es decir, la necesidad imperiosa de no tener contacto con nada ni con nadie, y es propio de este trastorno. En este artículo descubriremos el por qué la depresión nos lleva a aislarnos de todo y de todos.

    Una persona con depresión carece de motivaciones ni de energías para llevar a cabo cualquier actividad, esto le lleva a pasar muchas horas durante el día en un estado de inactividad muy intenso. Cuando una persona está sumergida en esa enorme apatía no quiere relacionarse con nadie, ni salir a disfrutar del exterior. Solamente busca calma y tranquilidad, porque en su cabeza está padeciendo mucho ruido. Quien padece un cuadro depresivo busca el silencio, y eso solamente lo conseguirá no relacionándose ni experimentando nada. Y esa es la cruda realidad de la depresión.

    Tenemos que entender que relacionarse implica hacer el esfuerzo por escuchar, hablar, reír, etc. Eso es justamente lo que nos roba la depresión. Cuando sufrimos este trastorno no tenemos las suficientes fuerzas para interactuar, al igual que hacer otra actividad. En ese estado solamente queremos refugiarnos en ese lugar donde podemos descansar, sin el ruido de todo lo externo. Justo por ese motivo, las personas que sufren depresión rehúyen de toda actividad social. No tienen las energías suficientes para llevar a cabo esa actividad, y su estado de ánimo le impide interactuar con los demás.

    La aparición de la depresión y su sintomatología tan aguda se puede explicar mediante los desbarajustes biológicos que se producen en nuestro organismo. Cuando sufrimos este trastorno dejamos de segregar la cantidad de serotonina que deberíamos tener, y comienza a segregar cortisol. Esta alteración hormonal hace que nos sintamos siempre cansados, apáticos, y sin energías para realizar incluso las actividades más leves y comunes. Es importante conocer por qué la depresión nos lleva a aislarnos, ya que ese efecto de este trastorno puede empeorar aún más si cabe nuestra situación.

    Síntomas de la depresión

    Todos asociamos erróneamente la depresión con la tristeza. Y la tristeza es solamente uno de los muchos síntomas que tiene este trastorno. Hemos descubierto en este artículo que el aislamiento puede ser un síntoma muy común que padecen las personas que sufren un cuadro depresivo. Es importante conocer al menos los síntomas más frecuentes de este trastorno para saber como nos ataca, y poder así buscar la ayuda necesaria para poder combatirlo. Y entre los síntomas de la depresión más comunes encontramos:

    • Sentimiento de vacío y de desesperanza.
    • Ganas inmensas de llorar.
    • Tristeza profunda y duradera.
    • Episodios de rabia e ira. 
    • Sensación de impotencia.
    • Alteraciones del sueño. Necesidad de dormir mucho o pocas horas.
    • Falta de apetito o necesidad por comer en exceso.
    • Percepción de incapacidad para hacer cualquier cosa.
    • Cuadros de ansiedad y angustia.
    • Sentimientos de culpa.
    • Dificultad para pensar con claridad o concentrarse.
    • Cansancio extremo. Falta total de energías para incluso hace actividades cotidianas.
    • Dolores físicos.
    • Idealización acerca del suicidio.
    • Problemas para relacionarse. Tendencia al aislamiento.

    Por qué la depresión nos lleva a aislarnos

    La depresión es un trastorno que nos puede atacar a cada persona de un modo diferente, pero hay ciertos síntomas que son frecuentes en todas las personas que la padecen. Uno de ellos es la necesidad de aislamiento. Aislarse puede tener una serie de funciones adaptativas como veremos a continuación. Pero antes me gustaría señalar que emociones tales como la tristeza o la apatía nos indican que debemos hacer ciertos cambios en nuestras vidas. No podemos obviarlas, ni silenciarlas. Si experimentamos estas y otras emociones durante la depresión, deberíamos escuchar qué quieren decirnos. Normalmente, nos gritan que cambiemos cosas en nuestras vidas. Cosas que nos hacen daño y nos paralizan.

    Cuando sufrimos depresión su sintomatología nos arrebata todo lo que somos, convirtiéndonos en la sombra de quienes fuimos. Nos llega a impedir incluso a realizar las actividades más leves y cotidianas. Sentir esa falta de energías hace que nos repleguemos sobre nosotros mismos. El aislamiento es un efecto directo de padecer un cuadro depresivo. Y por ello aprenderemos a continuación por qué la depresión nos lleva a aislarnos. Y las causas más comunes son:

    • La tristeza. Sentir una profunda tristeza, y sentir como si estuviéramos sumergidos en un profundo y oscuro pozo, nos hace empuja a intentar gestionar todas esas sensaciones y todo ese dolor. No se puede escuchar a nuestras emociones si hay mucho ruido a nuestro alrededor. Por ese motivo, en ese estado, tenemos la imperiosa necesidad de aislarnos por completo, y gestionar como podamos nuestro sufrimiento. Sufrir un mal momento nos lleva a ser más reflexivos, y a querer relacionarnos menos. Nuestras energías menguan, y solamente queremos descansar, y hacer que todo ese ruido que tenemos en nuestra cabeza cese. Este es uno de los motivos esenciales a la hora de necesitar aislarnos cuando sufrimos un cuadro depresivo.
    • Comprender lo sucedido. Caer en una profunda depresión es realmente terrible. No tener las energías suficientes para hacer nada, ni tan siquiera para ser quien somos, nos lleva a un estado de letanía intensa de la que no encontramos ningún remedio. Es importante en estos momentos que la persona reflexione acerca de lo que le ocurre, de sus causas, y de como debe afrontarlo. Para conseguir identificar aquello que sufrimos, debemos estar en paz, y eso solamente se consigue mediante al aislamiento. Forzarnos a relacionarnos en esos momentos puede ser contraproducente, porque puede angustiarnos y empeorar las cosas. Que alguien esté obligándonos a relacionarnos y a salir, puede generarnos más dolor y sufrimiento. Cada persona tiene su proceso, y hay que respetarlo. También debemos darle tiempo a esa persona. Intentan forzar las cosas nunca es la solución.
    • Para recuperarnos. Tenemos que comprender que la depresión nos arrebatan todas nuestras energías, y nos impide llevar una vida normal. Intentar hacer cosas nos puede llevar al límite, tanto a nivel mental como a nivel físico, y ello necesita de un tiempo para recuperarnos. Estar aislados nos permite descansar, y volver a recomponernos. El reposo es necesario para recuperarnos tanto de las enfermedades físicas como de las mentales. Por tanto, en ese estado es difícil poder relacionarse con normalidad, y la persona que busque aislarse para poder encontrarse mejor. Al final es un proceso adaptativo que nos puede ayudar a la hora de afrontar con éxito nuestra lucha contra la depresión.

    Qué hacer si la depresión nos lleva a aislarnos

    El aislamiento propio de la depresión puede ser incluso adaptativo y funcional como ya hemos visto en el apartado anterior. Pero a veces ese aislamiento se produce por motivos más peligrosos, como puede ser que la persona padezca un profundo sentimiento de culpa, de fracaso, o de vergüenza por encontrarse en esa situación. Esos sentimientos tan negativos puede llevar a cualquiera a aislarse por completo, consumiéndose lentamente. Igual que el aislamiento adaptativo es necesario para el proceso de recuperación, aislarse por esta clase de motivos puede ser realmente dañino, pudiendo a la persona a destruirse por completo.

    Por tanto, hay que esta siempre en alerta, e identificar las causas que llevan a la persona deprimida a aislarse. Saber por qué la depresión nos lleva a aislarnos es esencial para saber como debemos afrontar este trastorno, y poder superarlo con éxito. No podemos dejar llevarnos por la falsa idea que la depresión es por nuestra culpa, y que no sabemos afrontar cualquier adversidad. Nadie tiene la culpa de padecer depresión, y tener esos pensamientos acabará por destruir a quien padece este trastorno. 

    Lo principal es superar este trastorno que nos arrebata todo. Para ello siento decirte que no hay milagros ni atajos. Los medicamentos antidepresivos solamente te estabilizan, y te permiten estar lo suficientemente bien para funcionar, pero no te curarán la depresión. La terapia farmacológica solamente se debería dar en casos muy extremos, pero nunca en todos los casos. La única herramienta efectiva para tratar este trastorno del estado de ánimo es la terapia. Así que, si padeces depresión apuesta por la terapia. ¡Adelante!

    Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

    Publicado en: Depresión

    Relación entre emotividad negativa y depresión

    Por Daniel Molina Deja un comentario

    Relación entre emotividad negativa y depresión

    Relación entre emotividad negativa y depresión

    La depresión es un trastorno que consigue poco a poco arrebatarnos todo lo que somos, convirtiéndonos en la sombra de las personas que algún día fuimos. Nos roba la alegría, las ganas de vivir, y las ganas de superarnos entre otras cosas. Nos arrebata todo, incluso nos puede robar nuestra capacidad de sentir, y es aquí donde podemos descubrir la relación entre emotividad negativa y depresión.

    La emotividad negativa es la incapacidad de sentir o de percibir todo de un modo negativo. Debemos tener en cuenta que la depresión nos anestesia para no sufrir, quedándonos en una letanía donde no logramos ver la luz que nos marca la salida. La depresión no solo nos sumerge en un oscuro y profundo pozo de tristeza y apatía, sino que también nos lleva a no ser capaces de sentir, ni de experimentar ningún tipo de emoción.

    Padecer un cuadro depresivo nos hace percibir todo como algo adverso, malo y peligroso. No encontramos sentido a nada, ni siquiera a nuestras vidas. Y eso hace que nuestro estado de ánimo se vea seriamente dañado. Sentirnos mal nos hace experimentar emociones tan dañinas como el miedo, la culpa o la desesperanza. La depresión logra dominarnos, y nos arrebata todo lo que somos. Nos arrebata todo.

    Debemos comprender que la depresión es uno de los trastornos más complejos, y difíciles de tratar. Ese estado de ánimo tan bajo consigue vaciarnos por completo, y de ese modo dejamos de sentir. Es aterrador que un trastorno de esta magnitud nos puede atrapar por completo, y hacernos sucumbir en la desesperanza. Es importante que aprendamos a darle la importancia que tiene sufrir depresión, y lo importante que es la intervención psicológica para poder superarla.

    Qué es la emotividad negativa en la depresión

    Podríamos definir la emotividad en la depresión como la incapacidad de sentir y la percepción de que todo lo que nos rodea es negativo y peligroso, y ello es debido a la depresión que podemos llegar a sufrir. Tenemos que entender de una vez que sufrir una depresión no es solo padecer una profunda tristeza, este trastorno del estado de ánimo tiene multitud de síntomas, es decir, tiene muchas formas de manifestarse. Hay veces que se manifiesta mediante el padecimiento de un gran estrés, o quizás un cambio de humor tan drástico que la persona que padece depresión pueda romper con todo su entorno.

    La relación entre emotividad negativa y depresión es una realidad. Este trastorno nos hace que nos centremos en todo lo malo y negativo de la vida. Es un síntoma de la depresión muy intenso, que nos arrebata las ganas de afrontar nuestra vida, y nos hace incapaces de sentir plenamente, haciéndonos percibir el mundo que nos rodea como algo hostil y peligroso. En definitiva, nos quita las ganas de vivir.

    Percibir todo como una adversidad puede hacer que sucumbamos al miedo, y nos quedemos totalmente paralizados. Sentirnos vacíos y sentir que nada tiene sentido puede ser realmente peligroso. No hay nada más peligroso para nosotros mismos que perdernos, y no encontrarnos por mucho que lo intentemos. La emotividad negativa hace que nos sintamos perdidos y vacíos, y nos hace percibir el mundo que nos rodea como algo peligroso que puede hacernos mucho daño. Eso hará que nos encerremos más en nosotros mismos, y caigamos aún más en ese profundo y oscuro abismo que representa la propia depresión.

    Estados de la emotividad negativa

    La depresión hace que perdamos el control de todo lo que nos rodea y de nosotros mismos. Nos hace percibir las cosas de un modo negativo, y ello repercute en todos los ámbitos de nuestras vidas: familia, amigos, pareja, trabajo, etc. Este trastorno del estado de ánimo hace que caigamos en ciertos estados donde la emotividad negativa se hace visible. Y entre dichos estados encontramos:

    • Sensación de incapacidad. La persona comenzará a percibirse a si misma como incapaz, ya que carece de las energías y de las habilidades propias para afrontar ni siquiera su día a día. Eso hace que el estado de ánimo de quien sufre depresión se vea afectado por completo.
    • Rabia e ira. Sentirse siempre mal, y con un estado de ánimo tan bajo, puede hacer que nos enfademos por ello. Es normal sentir emociones como la rabia o la ira cuando no nos sentimos bien. En este estado de oscuridad  todo nos irrita y enfada. 
    • Aislamiento. La depresión hace que nos encerremos en nosotros mismos. Creemos en ese estado de ánimo que nadie nos comprende, y percibimos hostilidad de los demás, cuando no la hay. Ese agobio y esa angustia por sentirnos incomprendidos por las personas que nos rodean, hace que nos vayamos aislando cada vez más.
    • Perder la esperanza. Cuando estamos sumergidos en ese abismo oscuro e intenso que es la depresión, solemos perder la esperanza. No le vemos solución a lo que padecemos, y no vemos la salida. Eso nos lleva a sentirnos cada vez peor, hasta sucumbir en la más absoluta tristeza. 

    El daño que hace la emotividad negativa en la depresión

    Percibir que todo pueda ser un peligro potencial para nosotros, o una adversidad que no vamos a poder superar, puede hacer que nuestros niveles de estrés se eleven. Y eso prolongado en el tiempo, dará paso a la temida ansiedad. La relación entre emotividad negativa y depresión puede da paso al padecimiento de otros trastornos como la ansiedad, y es por ese motivo que debemos tratar este estado de ánimo.

    Sentirnos vacíos y con la percepción de que no podemos afrontar nada hará que nuestra autoestima se vea dañada. Toda personas que sufra depresión se da cuenta de lo que le pasa, y sabe que no tiene en ese momento tan oscuro de su vida, ni las energías ni las capacidades suficientes para afrontar cualquier problema o adversidad que presente, por muy pequeña que esta sea. Es normal sentirse totalmente incapaz, y eso haga que la percepción que tenemos de nosotros mismos se vea dañada. La autoestima siempre se verá afectada cuando nuestro estado de ánimo es tan bajo.

    Un estado tan bajo de ánimo que nos haga sentirnos incapaces de hacer nada, ni de afrontar cualquier adversidad favorecerá la aparición de ciertos sentimientos y emociones, que si duda nos harán mucho daño, como son los sentimientos de culpa, la tristeza, la apatía, el miedo, o la ira. Si nos encontramos mal todo irá mal, incluso el hecho de asumir y afrontar todo aquello que sentimos y experimentamos en nuestras vidas.

    Cómo superar la depresión

    Como hemos podido descubrir existe una relación entre emotividad negativa y depresión. También hemos aprendido que la depresión no es solo sufrir una tristeza perdurable e intensa, sino que va mucho más allá, y sus síntomas pueden ser muy diversos y dispares. Entre esos síntomas están por ejemplo, la incapacidad para afrontar nuestro día a día, la apatía, la falta de energías, la rabia, o incluso el peligroso sentimiento de culpa. La depresión nos ataca a cada persona de un modo diferente, pero lo que siempre se dará es el hecho de que este trastorno del estado de ánimo nos roba todo lo que somos, y nos convierte en la sombra de quien fuimos.

    Para poder recuperar las energías y las ganas de vivir debemos tratar aquello que origina ese estado de ánimo tan bajo, es decir, debemos tratar nuestra depresión. Para ello siento decirte que no existen atajos, ni medicaciones mágicas que “curen” la depresión. La depresión se debe afrontar, y debe hacerse mediante la terapia. Gracias a la terapia podemos encontrarnos mejor y tener las herramientas necesarias para poder afrontar este trastorno con éxito. 

    Aparte de realizar terapia, hay algunas recomendaciones que nos puede ayudar a vencer a nuestra depresión. Y esas recomendaciones básicas para mejorar nuestro estado de ánimo son:

    • Actívate. Aunque no tengas ganas de hacer nada, intenta hacer algo de actividad. Quizás puedes probar con dar pequeños paseos cada día. O incluso hacer algo de deporte. Esas actividades te harán sentirte mejor y más animado.
    • Relaciónate. Hablar con tus seres queridos, y explícales que te ocurre. Hay veces que las personas necesitan saber como te sientes para saber como ayudarte. No te aísles, y déjate ayudar.
    • Retoma lo que te gusta. La depresión hace que dejemos a un lado cosas que antes nos gustaba hacer, como puede ser tocar algún instrumento, o  pintar, por ejemplo. Vuelve a hacer todo aquello que dejaste a un lado. Mejorará tu estado de ánimo.
    • Organízate. Una de las cosas que más puede ayudarte es organizar tu día a día. Establece un horario para todo, para descansar, para hacer tus actividades, etc. Un día organizado te permitirá mantener tu mente centrada en cosas positivas.
    • No te exijas demasiado. Ten tu ritmo para todo. Y si un día no puedes hacer según que cosas no te culpes, ni te fustigues. Cuando padeces depresión vas a otro ritmo, y tienes otras capacidades. No intentes hacerlo todo, ni querer controlarlo todo en tu vida. Permítete tener días malos. 
    • Expresa tus emociones. Es importante  que sepas identificar que es lo que sientes. Es crucial para saber como actúa la depresión contigo. Y de ese modo podrás saber como puedes afrontarla. También te servirá para poder desarrollar una buena estrategia terapéutica para abordar tu depresión junto a tu psicólogo. ¡Adelante!

    Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

    Publicado en: Depresión

    La depresión y los pensamientos intrusivos

    Por Daniel Molina Deja un comentario

    La depresión y los pensamientos intrusivos - Curso La depresión y los pensamientos intrusivos

    La depresión y los pensamientos intrusivos

    La depresión nos lleva a sumergirnos en un estado de total amargura, y en una profunda apatía. Este trastorno  consigue arrebatarnos todo lo que somos. Nos roba las energías y la esperanza, y al final nos convierte en la sombra de la persona que un día fuimos. Existe una estrecha relación entre la depresión y los pensamientos intrusivos, debido a que caer en ese estado de ánimo tan bajo nos lleva a tener una serie de pensamientos negativos y catastrofistas que aparecen continuamente en nuestra mente.

    Creer que algo malo nos va a suceder, o que estamos a punto de sufrir algún tipo de  adversidad es típico de la depresión. Cuando no podemos gestionar nuestro dolor y nuestro sufrimiento ello nos lleva a preocuparnos en exceso. Intentamos por todos los medios tener algo de control en nuestras vidas, pero la depresión simplemente nos lleva a deriva, y eso siempre nos angustia y nos hace padecer un miedo que no podemos gestionar.

    Tener la mente constantemente ocupada en preocupaciones, y en miedos que nos podemos controlar, es realmente agotador, además de sumergirnos en un profundo pozo de angustia y desesperación. Eso nos llevará a soportar una gran presión. Una presión que prolongada en el tiempo nos llevará a sufrir los temidos síntomas de la ansiedad. Tenemos que recordar que esos pensamientos intrusivos es una gran fuente de tensión mental, y soportar esa tensión nos llevará a sufrir un alto nivel de ansiedad, y ello agravará nuestro pesar.

    Debemos tener en cuenta la relación entre la depresión y los pensamientos intrusivos debido al daño que estos últimos hacen, empeorando la tristeza permanente que ya sentimos cuando sufrimos este trastorno del estado de ánimo. Los pensamientos negativos y catastrofistas nos pueden dañar, y hacer que nuestra vida se convierta en un auténtico infierno. Una mente atrapada en el miedo y en la angustia no avanza, y genera un gran sufrimiento a quien queda preso de este tipo de pensamientos. La única forma de superar este modo de pensar es tratar el trastorno que lo origina: la depresión, como veremos en este artículo.

    El daño que hacen los pensamientos intrusivos

    Que nuestra mente se quede atrapada en una profunda tristeza y apatía es imposible de gestionar. El dolor y el sufrimiento se vuelve totalmente insufrible, y acabamos cayendo en un pozo oscuro y frío de desesperanza del cual no encontramos la salida. Los pensamientos intrusivos aparecen en toda esta oscuridad, para romper nuestra mente, y destruirnos por completo. Estar centrados en la negatividad, en el miedo, y en el dolor solo genera sufrimiento. Un sufrimiento que nos podemos afrontar.

    La relación entre la depresión y los pensamientos intrusivos es una realidad. Cuando nuestro estado de ánimo es tan bajo, nuestra mente se llena de pensamientos negativos y catastrofistas. Es realmente doloroso estar en todo momento pendiente de que algo malo nos va a suceder, o que esa persona u otra nos va a hacer daño. Vivir en alerta hace que nuestros niveles de estrés se eleven, y ello si se prolonga en el tiempo, dará paso a la conocida ansiedad. La ansiedad es una de las consecuencias más directas de esta clase de pensamientos relacionados con la depresión.

    Verse incapaz de realizar las actividades diarias, y no tener la capacidad de activarse propio de padecer un cuadro depresivo, puede hacer que la persona que sufre este trastorno de ánimo se perciba así mismo como una incapaz, y eso le afectará en su autoestima. La depresión nos puede destruir por completo, y convertirnos en la sombra de quienes fuimos. Padecer un cuadro depresivo es capaz de hundir nuestro estado de ánimo por completo.

    Por último remarcar que, sufrir una depresión nos llevará a cambiar nuestro modo de pensar y percibir el mundo que nos rodea. Estar en un estado de ánimo tan bajo de forma permanente, nos llevará a tener pensamientos muy negativos que pueden llevarnos a sufrir ciertas emociones, que nos pueden hacer mucho daño, como son la tristeza, la desesperanza, o la ira. Son emociones capaces de complicar aún más nuestro estado anímico, y empeorar nuestro sufrimiento emocional.

    Clases de pensamientos intrusivos en la depresión

    La relación entre la depresión y los pensamientos intrusivos es una realidad. Cuando estamos tan bajos de ánimos percibimos todo como algo negativo, e incluso podemos llegar a percibir peligros donde no hay. Al final es el miedo y nuestra incapacidad de ver soluciones en esos momentos lo que hace que nos paralicemos. Los pensamientos negativos recurrentes nos hacen ser personas pasivas, que pueden ser golpeadas por la vida, y nos quedamos expectante a ver qué ocurre. Pero debemos entender que eso es fruto de una mente dañada y agotada. Por eso debemos entender como funciona nuestra mente para poder afrontar la depresión que estamos sufriendo. Y entre esos pensamientos intrusivos en la depresión podemos encontrar:

    • Pensamientos recurrentes que no acaban de desaparecer de nuestra mente. Ese modo de pensar es continuo, y acaba por destruir por completo nuestro estado de ánimo, además de agotarnos mental y físicamente.
    • Son pensamientos negativos, ya que cuando estamos mal anímicamente siempre nos ponemos en lo peor, y creemos que todo lo que nos va a suceder será malo o negativo para nosotros.
    • Es un modo de pensar que no es capaz de asumir todo lo bueno que le sucede. Su mente estará centrada solo en todo lo malo que le ocurre.
    • Se perciben los errores o los fallos como algo terrible. En ese estado de ánimo negativo todo se magnifica. La mente de alguien con depresión le prohíbe centrarse en todo lo bueno que hace, si no que se centra en los fallos y en los defectos, y eso siempre es doloroso y paralizante.

    Cómo afrontar los pensamientos depresivos

    Para poder afrontar los pensamientos intrusivos asociados con la depresión, deberemos tratar el trastorno que los origina, es decir, debemos tratar la depresión. Cuando nuestro estado de ánimo aumente, esos pensamientos negativos irán desapareciendo, debido a que son solamente el fruto de la depresión. Por ese motivo, debemos apostar por la terapia psicológica. Al final la terapia es el único método para afrontar y vencer la depresión, y de esa manera volver a sentirnos bien.

    Para poder superar la depresión, aparte de buscar ayuda psicológica, podemos seguir las siguientes recomendaciones:

    • Actívate. Aunque te cueste muchísimo activarte, debes hacer el esfuerzo para poder hacer aquellas actividades diarias que tienes que hacer. También debes empezar a hacer todo aquello que antes te gustaba, y la depresión ha hecho que abandonases esas actividades. Puedes probar con el deporte, pasear, o quizás tocar algún instrumento musical. Haz todo aquello que te permita sentirte bien y mantener la mente alejada de esos pensamientos negativos propios de la depresión.
    • Relaciónate. Sal de casa, y relaciónate de nuevo con las personas que más quieres. Es importante que te sientas arropado por todas esas personas, y además tener la oportunidad de salir de tu zona de confort y tener experiencias nuevas.
    • Ten una rutina. No estés todo el día en la cama, por mucho que el cuerpo y la mente te lo pidan. Comienza a establecer un horario para todo, y respétalo. Ten unas horas para hacer tus obligaciones, ten tiempo para descansar, tiempo para ti mismo, etc. Un día organizado te permite tener una mente organizada.
    • Deja que tus emociones se expresen. Si tienes que llorar, llora. Si padeces un momento de rabia, deja que toda esa rabia salga. Haz lo mismo con todas las emociones. Siéntelas y escúchalas. Todas ellas aparecen cuando necesitas cambiar algo. Identifica el qué, y hazlo.
    • No te exijas demasiado. Haz todo a tu ritmo, sin presiones. No dejes que el agobio entre en tu vida. Tómate las cosas de un modo más pausado. No necesitas crearte más tensiones de las que ya soportas. Disfruta del presente.
    • Pide ayuda. Hazlo siempre que lo requieras. Pedir ayuda es el mejor paso que puedes dar en tu recuperación. No sufras tu dolor sola, apóyate en tus seres queridos, y haz terapia. Apuesta por ti. ¡Adelante!

    Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

    Publicado en: Depresión

    Qué es la depresión agitada

    Por Daniel Molina Deja un comentario

    qué es la depresión agitada

    Qué es la depresión agitada

    Todos cuando hablamos de depresión tenemos una imagen clara en la mente, y esta es la de una persona totalmente abatida por la tristeza, y sumergida en una profunda apatía. Es una de las grandes confusiones que podemos llegar a tener respecto a la depresión. Este trastorno del estado de ánimo se puede manifestar de muchas formas, y una de ellas es mediante una agitación desmedida. En este artículo descubriremos qué es la depresión agitada.

    Normalmente, cuando hablamos con una persona que ha padecido o padece depresión, esta suele describir su estado anímico como estar en un profundo y oscuro pozo del cual no encuentra la salida. La persona que padece un cuadro depresivo empieza a vivir en las tinieblas, donde no encuentra ningún rallo de luz que le indique como salir de ese estado. Y es por ese motivo que las personas que sufren este tipo de trastorno caigan en una angustiosa desesperanza, la cual les roba todas las energías.

    Pero hay una serie de personas que su depresión les lleva a padecer un gran agitamiento, ya sea a nivel físico o motor o también a nivel cognitivo, llevándoles a tener una gran actividad mental. Esta clase de depresión no roba energías, sino que le aporta a quien la padece de una energía inagotable que les impulsa a hacer muchas cosas, y a pensar de forma atropellada, pudiéndolos llevar a un estado total de agitación.

    Estar agitado tanto a nivel físico como mentalmente parece algo impropio de padecer una depresión, sin embargo, como ya he indicado, la depresión nos puede atacar de un modo diferente a cada persona, y hacer que tengamos la necesidad de hacer mil cosas a la vez, y tener una energía desbordada puede ser un tipo de depresión como veremos en este artículo. Por ello debemos saber qué es la depresión agitada.

    Los síntomas de la depresión agitada

    Para entender qué es la depresión agitada debemos comprender en qué consiste el trastorno maniaco-depresivo o trastornos bipolar. Este trastorno consiste en fases donde la persona puede padecer una fase depresiva, e ir alternándola con fases maniacas, es decir, con un estado alterado en el cual los pensamientos y el comportamiento es totalmente acelerado y fuera de control. La depresión agitada es similar debido a que puede considerarse como un estado mixto dentro del trastorno bipolar.

    Cuando afirmamos que la depresión agitada es un estado mixto dentro del trastorno bipolar, es porque este tipo de estado depresivo suele presentar al menos dos síntomas maníacos, como puede ser la agitación motora, el procesamiento cognitivo incontrolado, verborrea, conductas impulsivas, o incluso agresividad, entre otros. Porque la depresión agitada presenta síntomas tanto a nivel emocional, como cognitivo y conductual. Y entre los principales síntomas que podemos encontrar de este tipo de depresión encontramos:

    • Irritabilidad y rabia.
    • Necesidad de llanto y sensación de desesperanza.
    • Sensación intensa de angustia, y nerviosismo.
    • Miedos incontrolables, sensación de que algo malo va a suceder.
    • Hiperactividad, necesidad de estar siempre haciendo cosas.
    • Pensamientos acelerados.
    • Conductas y comportamientos incontrolados.
    • Sensación de pérdida de control.
    • Sentimientos de culpa constantes.
    • Impulsividad. Incapacidad para reflexionar con claridad.

    La necesidad de tener un buen diagnóstico

    Los pacientes que sufren este tipo de depresión agitada no suelen tener un diagnóstico certero. Ello les lleva a no ser tratados adecuadamente y por ende, su sufrimiento y la aparición de sus síntomas se intensifican. Realmente los síntomas que presenta este trastorno nos puede llevar fácilmente a hacer un diagnóstico cercano a la depresión mayor, ya que los episodios depresivos suelen ser muy intensos. Pero la aparición de síntomas maníacos nos debería llevar a dudar de ese diagnóstico, y hacer que nos replanteemos todo.

    Lo peor de todo es que las personas que sufren depresión duelen acudir a la consulta de su médico en vez de a la de un psicólogo, o en su defecto a la del psiquiatra. Los médicos de cabecera suelen recetar antidepresivos de manera  general, cuando en estos casos esa medicación ni cura ni hace ningún bien a esa clase de pacientes, debido a que esta clase de fármacos empeoran el estado de las personas que sufren este tipo de depresión alterándolos por completo.

    Así que, si sufres episodios depresivos, sin embargo, los vas alternando con momentos de gran agitación mental o física, no lo dudes y busca un profesional de la psicología que te pueda orientar y darte un diagnóstico acertado. Como siempre he defendido, cuando tengas un problema grave no busques atajos ni milagros, porque no los hay. En esos momentos debes afrontarlos con toda la ayuda posible, y por tanto busca a los profesionales que puedan ayudarte de verdad.

    Cómo tratar la depresión agitada

    Si sufres este tipo de depresión agitada debes saber que es necesario afrontar todo lo que estás sufriendo con toda la ayuda que te sea posible reunir. Para poder abordar este trastorno puedes seguir las siguientes recomendaciones:

    • Haz terapia. Para poder mejorar tu estado de ánimo y tratar el trastorno que estás sufriendo es esencial que tengas una intervención psicológica adecuada. Gracias al aporte del psicólogo podrás tener tanto un diagnóstico certero, como un tratamiento que se amolde a tus propias necesidades terapéuticas.
    • Busca apoyo en las personas cercanas. Enfrentarse a la depresión es realmente devastador cuando se hace de manera solitaria. Es por eso que deberías buscar todo el apoyo que puedas reunir de las personas más cercanas y queridas. Explícales como te sientes y como te pueden ayudar. Déjate arropar por todas esas personas que se preocupan por ti.
    • Actívate. Busca actividades que te permitan despejar tu mente, y activar tu cuerpo. Tener una rutina y algo que hacer es importante para encontrar la estabilidad que buscamos en esos momentos tan oscuros. Quizás puedes apostar por hacer deporte, o iniciar aquel curso que estabas posponiendo, etc. Haz aquello que te guste y te permita sentirte bien.
    • Utiliza técnicas de relajación. En los momentos de más agitación y nerviosismo es totalmente aconsejable que uses técnicas de relación, como la respiración diafragmática, o incluso puedes probar con el taichi o el yoga. Haz aquello que te permita relajarte y volver a tener la calma que necesitas.

    En los casos más graves quizás sea recomendable pedir también la valoración de un profesional de la psiquiátrica, debido a que tal vez se requiera de usos de medicamentos antipsicóticos para estabilizar a ese paciente. Pero recuerda que la medicación solo es efectiva en los casos más graves. En el resto que son la inmensa mayoría, únicamente la terapia psicológica será realmente efectiva. ¡Adelante!

    Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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