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Resultados de buscar : pasado

Dejar atrás el pasado

Por Daniel Molina 14 comentarios

Dejar atrás el pasado

Lo necesario de dejar atrás el pasado

El pasado está para siempre escrito en nuestra memoria. Hemos tenido a lo largo de nuestra vida multitud de experiencias tanto positivas como negativas. Todas ellas son parte de nosotros, de nuestra historia, y han conformado la persona en que nos hemos convertido. Pero es de vital importancia saber dejar atrás el pasado.

Somos dueños de nuestro presente. Del pasado nada podemos cambiar, y los momentos futuros no podemos controlarlos, ya lo que ocurrirá es una incógnita. Perdemos a menudo las cosas que nos depara nuestro presente por tener la mirada puesta en el pasado o en futuro.

Es normal que a menudo miremos al pasado y recordemos ciertas vivencias. Lo nocivo es cuando nos escudamos en esos recuerdos. Hay personas que reviven una y otra vez las vivencias que ya han ocurrido albergando la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor.  Al contrario, existen personas que no afrontaron los problemas del pasado, no superando aquello que debían superar, y reviven una y otra vez lo ocurrido en su mente. Son pensamientos recurrentes que incapacitan que podamos disfrutar de nuestro presente.

El pasado, pasado está. Tenemos que recordar aquellas experiencias positivas, y aprender de aquellas no lo fueron tanto. El pasado debería ser una herramienta de aprendizaje. Aprendemos mediante la experiencia. No debemos remover en nuestro interior eternamente aquello que nos hizo daño y no logramos superar en su debido momento.

Con todo esto no quiero decir que debemos renunciar a nuestro pasado, sino superarlo para que no se convierta en una atadura o un lastre que nos impida poder avanzar. Sentir la necesidad de vivir en el pasado es un obstáculo para nuestro desarrollo personal.

Cómo centrarse en el presente

¿Cómo logramos desprendernos de ese lastre que supone el pasado?

  • Reflexiona acerca de tu pasado. Ten presente aquellos recuerdos positivos, y saca provecho de aquellos recuerdos negativos, ya que estos son un aprendizaje que te ayudará en resto de tu vida.
  • Acepta tu pasado. Nada de lo ocurrido puedes cambiar. De nada sirve revivir en tu mente aquellos sucesos, solamente te harán más daño.
  • No te culpabilices ni culpes a nadie. Si en el pasado te han hecho daño, o has cometido errores, ejerce el perdón. No vivas con rencor o rabia. Solo perdonando lo ocurrido podrás superarlo y avanzar.
  • No te obsesiones con los malos momentos que viviste en el pasado, ni tampoco idealices los momentos buenos. Todos esos pensamientos harán que no puedas disfrutar de tu presente enquistándose en tu interior. Reflexiona todo lo ocurrido, acéptalo, perdona y deja marchar tu pasado.
  • Renuncia a vivir en el pasado. Tu momento es ahora. Libérate de esa cargar y vuelve a buscar nuevos objetivos y experiencias. Ilusiónate de nuevo.

“Deja el pasado, vive el presente, y reflexiona acerca del futuro”

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Emociones

Causas de necesitar controlar a tu pareja

Por Daniel Molina Deja un comentario

Causas de necesitar controlar a tu pareja

La necesidad de controlar a tu pareja

Hay personas que perciben a su pareja como su posesión. Sus miedos, sus inseguridades, y su percepción de si mismos de un modo negativo, les empuja a intentar saber en cada momento donde está su pareja y que hace. Son comportamientos totalmente tóxicos, destinados a intentar aliviar toda la ansiedad y angustia que esta clase de personas sienten en todo momento. Sus miedos son tan intensos que tienen la necesidad de aliviarlos con el control. Si te reconoces en este tipo de conductas, deberías tratar esa problemática que padeces, y antes de ello, deberías averiguar las causas de necesitar controlar a tu pareja.

La necesidad de controlar a la propia pareja, los celos y la posesividad son el fruto de los propios miedos, y el miedo incontrolado siempre lleva a la violencia. Al final, ese tipo de comportamientos autoritarios son un maltrato. Nadie merece ser controlado, ni es la posesión de nadie. Cuando alguien considera que otra persona es suya, la convierte en un objeto, y no olvidemos que la libertad es uno de los pilares en lo que debe basarse cualquier relación.

Normalmente, esta clase de conductas tan tóxicas acaba por hacer daño tanto a quienes la ejercen, como a las víctimas. Si intentamos tener el control sobre algo o sobre alguien, enseguida nos daremos cuenta de que no podemos hacerlo, y esa frustración siempre lleva al controlador a actitudes más autoritarias y agresivas. Una relación basada en el control al final acaba por destruirse por completo.

Las personas que sucumben a sus propios miedos e inseguridades necesitan controlarlo todo, incluso a su pareja. Tener la sensación de tener el control sobre su entorno más cercano, les proporciona algo de alivio a toda la angustia que padecen. Pero como ya sabemos, los miedos son capaces de paralizarnos, y percibirlo todo como un posible peligro. En definitiva, todos nuestros miedos se convierten en una pesada carga, que solamente nos causará dolor y sufrimiento. Es por ese motivo que debemos aprender a superar aquello que tememos, y liberarnos de toda esa ansiedad.

Causas de necesitar controlar a tu pareja

Entre las principales causas de necesitar controlar a tu pareja, están:

  • Un estado de ánimo bajo. Si una persona se siente anímicamente mal, percibirá el mundo que lo rodea, y a si mismo de un modo negativo. Dentro de toda esa negatividad, puede surgir la necesidad de tenerlo todo bajo control, incluso la propia relación de pareja. Sería como una tabla de salvación, ya que saber que todo va como uno espera, puede darnos algo de tranquilidad y paz, aunque no sea real. Sentirse mal nos puede llevar a ser personas inseguras, y a desconfiar de los demás, y ello puede favorecer la aparición de la necesidad de control, y de controlar a tu pareja.
  • Sentir desconfianza. Quizás su pareja ha hecho algo que le hace desconfiar, o tal vez, ha tenido experiencias traumáticas en el pasado, en las que ha sufrido algún tipo de traición o deslealtad, pero a veces la necesidad de controlar a la propia pareja nace de ese tipo de experiencias tan dolorosas. Sufrir experiencia tan traumática puede hacer que desconfiemos por todo, ya que evitaremos volver a sufrir, y padecer semejante dolor y sufrimiento.
  • Sufrir ansiedad. La ansiedad se alimenta de nuestros miedos. Si tenemos pánico a que nuestra pareja nos sea infiel, o tenemos un miedo atroz al abandono, por poner dos ejemplos, hará que podamos necesitar tener el control sobre nuestra pareja. En estos casos, donde la angustia es tan elevada, sentir que podemos controlar algo o alguien, nos dará cierta paz. Pero es una paz ficticia, porque realmente lo único que podemos controlar es lo que hacemos nosotros mismos. Es realmente desgastante tener que estar siempre encima de alguien para de ese modo controlar nuestros propios miedos e inseguridades. Esta clase de conductas controladoras siempre llevan al sufrimiento, y deben ser tratadas con tal de que no se destruya la propia pareja, ni a nosotros mismos.
  • Creencias tóxicas. Hay personas que crecen con la idea de que los demás pueden convertirse en una posesión. Son creencias que justifican los celos, la autoridad, y la posesión dentro de las relaciones de pareja. Para esta clase de personas, su pareja es una simple propiedad, y ellos tiene el pleno derecho de controlarlas. Esa despersonalización puede llevar a la violencia o al abuso, y son conductas realmente peligrosas. Debido a la rigidez mental de este tipo de personas, se hace realmente difícil que logren cambiar, debido a que no identifican su comportamiento como tóxico e insano. Y este tipo de conductas acaban por hacer mucho daño.

El dolor que produce las conductas controladoras

Que alguien a quien quieres se muestra autoritario y posesivo, es algo muy difícil de gestionar. Si se permite esta clase de conductas controladoras, la víctima se sentirá totalmente angustiada y estresada, por no incumplir las expectativas de su pareja, y no que no se enfade con ella. Esa angustia puede llegar a convertirse en verdaderos cuadros de ansiedad. También, el estado de ánimo de cualquier víctima se puede ver mermada, ya que comprar que nuestra pareja no confía en nosotros, y necesita controlarnos, pudiendo hacer que nos sumerjamos en una profunda tristeza. Una persona sin libertad al final acaba por ahogarse emocionalmente.

Es difícil asumir que nuestra pareja no confíe en nosotros, y sus miedos le empuje a controlarnos por completo. Esta clase de conductas hace que toda víctima se replantee quienes son, y son verdaderamente personas en las que no se puede confiar. Este hecho puede llevar a una percepción negativa de nosotros mismos, y por ende, desarrollar una autoestima baja. Además, toda víctima que está siendo controlada por su pareja, puede llegar a padecer emociones tan negativas como el rencor, la culpa, o la ira. Es realmente doloroso comprobar que la persona que amamos tiene que controlarnos porque no confía en nosotros, debido a sus propios miedos e inseguridades.

Si te preguntas las causas de necesitar controlar a tu pareja, decirte que deberías tratar tus miedos, así como tus propias inseguridades. Piensa que toda pareja debe sustentarse sobre pilares tales como el cariño, el respeto o la propia libertad. La unión de dos personas se produce porque ellas libremente lo deciden. Así que, nadie es tu propiedad. Continuando con esas conductas tan tóxicas, al final acabarás por destruir aquello que quieres proteger: tu relación de pareja. También acabarás por hacer daño a tu propia pareja y a ti mismo.

Cómo dejar de controlar a tu pareja

Entre las conductas propias de controlar a tu pareja podemos encontrar desde la manipulación, el chantaje, los reproches o las amenazas, entre otras. Todos estos comportamientos están destinados a someter a la pareja, y de ese modo, puedes controlarla sin ninguna oposición. Si logras identificar esa clase de conductas en ti, deberías buscar ayuda psicológica. La terapia te ayudará a afrontar tus miedos, y a dejar a un lado este tipo de conductas tan tóxicas e insanas. Deja de preguntarte las causas de necesitar controlar a tu pareja, y busca toda la ayuda que necesites.

Quien se ve atrapado por sus miedos e inseguridades, es una persona que sufre, y hace sufrir a los demás. En definitiva, son adultos heridos, y esas heridas les empuja a cometer cierta violencia contra su pareja con tal de controlarla, y de ese modo, poder soportar su angustia. Toda persona que tenga la necesidad de controlar a los demás, debe reconstruir su autoestima, y aprender a percibirse a si mismo, y a los demás, de un modo positivo y constructivo.

Por el contrario, si eres una víctima de una persona controladora, simplemente abandona ese tipo de relación. Si continúas con tu pareja, te hará daño, y destruirá todo lo que eres. Nadie es la propiedad de nadie, y si tu relación carece de libertad o de confianza, lo mejor que puede hacer es alejarte lo más posible de esa persona. Ningún tipo de amor justifica en control. Al final el control es un tipo más de violencia. No caigas en ello. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Pareja

5 heridas emocionales más persistentes

Por Daniel Molina Deja un comentario

5 heridas emocionales más persistentes

Causas de las heridas emocionales

Todos somos fruto de aquello que hemos vivido y experimentado. Si nuestras vivencias han sido positivas y constructivas, nuestro desarrollo habrá sido sano y consistente. En cambio, hemos sufrido experiencias negativas, seguramente habremos desarrollado ciertos daños que nos acompañarán por siempre. En este artículo nos centraremos en las 5 heridas emocionales más persistentes.

Toda persona requiere desde su más tierna infancia de ciertos cuidados, cariño y protección de todo su entorno, y sobre todo, de las personas que más tienen que darle esas atenciones, como son los padres o las madres. Pero si alguien ha sufrido el abandono y el descuido de todo su entorno, sus experiencias habrán sido muy negativas, sobre todo a la hora de construir su propia personalidad y su madurez emocional.

Debemos entender que, un niño que ha sufrido tanto se convertirá en un adulto herido. Y esas heridas serán capaces de condicionar todas las experiencias futuras, y afectar a todos los ámbitos de la vida de quien lo sufre, como por ejemplo, en el trabajo, o en la forma de relacionarse. Las heridas emocionales son tan persistentes que siempre nos acompañarán a no ser que sean tratadas.

Lidiar con un pasado que nos atormenta nunca es sencillo. Comenzar a reconstruirnos y sanar nuestras heridas es algo muy complicado, necesitando mucho tiempo y esfuerzo. Pero es importante poner todo de nuestra parte para afrontar ese dolor, y pasar página para poder tener una vida libre de esas cargas emocionales. Para ello reparemos en este artículo las 5 heridas emocionales más persistentes. Quizás si reconoces algunas de ellas, puedas pedir la ayuda que necesitas.

El dolor de un pasado que no hemos superado

Dejar que nuestro pasado se apropie de nosotros y de nuestro presente, es algo que siempre esconde un precio a pagar. En este caso, podemos llegar a padecer ciertos trastornos que hará que nuestro sufrimiento se vea incrementado. Una de las secuelas de padecer heridas emocionales, es una bajada de nuestro estado de ánimo. El dolor, y el sufrimiento que padecemos, puede afectarnos de tal manera, que puede favorecer la aparición de la depresión. Sumergirnos en una profunda tristeza es un signo inequívoco de que estamos emocionalmente heridos, y necesitamos de toda la ayuda que podamos reunir.

Vivir en un presente condicionado por un pasado traumático, puede hacer que nuestros niveles de angustia y de estrés se vean incrementados. Esos altos niveles de angustia puede llevarnos a padecer trastornos relacionados con la ansiedad. Sufrir una gran presión durante un tiempo muy prolongado puede llevarnos a padecer los síntomas de la ansiedad, y llevarnos a sufrir siempre miedo y angustia.

Un niño que ha crecido bajo el abandono, los reproches y las criticas, se habrá convertido en un adulto con una autoestima dañada. Es una de las secuelas más comunes de las heridas emocionales. Reconstruir esa autoestima es esencial, y para ello se necesita de ayuda profesional. El dolor y el sufrimiento que sufren las personas emocionalmente heridas pueden favorecer la aparición de emociones tan negativas como el rencor, la rabia, o la culpa. Todas estas emociones son el fruto de un dolor intenso que ha perdurado durante mucho tiempo.

Las 5 heridas emocionales más persistentes 

Entre las 5 heridas emocionales más persistentes podemos encontrar:

  • Miedo a las críticas y a los reproches. Una persona que ha desarrollado su personalidad y su autoestima bajo las críticas, los juicios y los reproches constantes de las personas que más quiere, y más deberían cuidarle, hará que esa persona se sienta totalmente insegura, y se perciba a sí misma de un modo totalmente negativo. Esa persona desarrollará un miedo atroz a fallar a los demás, y ser criticados. Por ello será muy rígido con sus actuaciones, y muy crítico con sus propios errores. Eso le hará intentar por todos los medios, no decepcionar a nadie, con tal de no recibir esas críticas o juicios que tanto daño le hacen. Incluso pueden desarrollar una gran fobia a cometer errores, y eso les llevará a hacerlo todo bajo cierta supervisión. Se convertirán en personas muy dependientes de los demás.
  • Miedo al abandono. Una persona emocionalmente herida siempre buscará el cariño y las atenciones que nunca ha tenido. Eso les llevará a tener relaciones totalmente dependientes, y tóxicas. Al necesitar a otra persona para sentirse bien, ello les empujará a desarrollar ciertos miedos. Y el miedo más grande que pueden experimentar, es el miedo al abandono. Sentirse rechazados les causa pavor, y les lleva a aceptar cualquier condición con tal de que la persona amada o querida se quede a su lado. No están dispuestas a aceptar una pérdida así, porque emocionalmente no lo soportarían.
  • Miedo a ser traicionados. Cuando una persona ha estado sometida a la dejadez y la falta de atenciones desde pequeños, por parte de su entorno, se sentirá en cierta forma traicionado. Eso le hará siempre desconfiar de los demás, ya que estará permanentemente en alerta para no ser dañado. Ese miedo a ser de nuevo traicionado les llevará a no ser capaz de tener relaciones sanas y constructivas. No se puede tener relaciones con otras personas basadas en la desconfianza. Eso solamente nos llevará al dolor y al sufrimiento más extremo. Es difícil volver a confiar en alguien en estos casos, pero es algo necesario si se quiere tener relaciones más sanas y plenas.
  • Miedo a ser humillados. Quien se ha visto expuesto a los reproches o las críticas de las personas más cercanas y queridas, desarrollará un miedo intenso a ser humillados. A nadie le gusta que alguien le diga aquello que hace mal, o que tiene que mejorar. Menos aún cuando esos reproches se hacen en público. Nadie que reciba ese maltrato puede tener una autoestima positiva o sana. Si una persona ha sufrido constantemente humillaciones, se percibirá a si mismo como alguien incapaz o no válido, y tendrá un terror abismal a volver a ser humillado, y sentirse tan mal consigo mismo.
  • Miedo a la culpa. Si alguien te ha culpabilizado durante toda tu vida por todo lo malo que le ha ocurrido, al final desarrollarás un gran sentimiento de culpa, y los remordimientos no le dejarán avanzar. Esta es una de las 5 heridas emocionales persistentes más comunes. Quien siente esa culpa tan intensa, hará todo lo posible para no sentirse así. Este hecho puede ser utilizado por personas que quieran manipularle o chantajearle. Una persona que se sienta tan culpable, acabará incluso por dañarse a si mismo, y no creerse merecedor de nada bueno que pueda pasarle. Al final, esos sentimientos se convertirán en un modo de pensar y de actuar totalmente destructivo.

Cómo sanar las heridas emocionales persistentes

En esos casos, para poder sanar las heridas emocionales es necesario la ayuda psicológica. La terapia te dará todas las herramientas que necesitas para afrontar tu dolor y sufrimiento, y de ese modo, puedas sanar todas tus heridas. Pero también decirte que, necesitarás de tiempo y de esfuerzo personal. Piensa que después de años sufriendo tanta angustia y tristeza, debes reconstruirte por completo, volverte a encontrar, y superar todo ese dolor.

Es estos casos, es totalmente necesario reconstruir nuestra autoestima, así como la percepción que tenemos acerca de nosotros mismo. También deberemos cambiar nuestro modo de pensar y actuar. De ese modo, podremos sentir en bienestar que tanto necesitamos. No podemos vivir siempre con esa carga. Nadie debería hacerlo. Para ello es necesario que apuestes por la terapia. Hazlo, y vuelve a sentirte bien. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Emociones

8 rasgos de las personas autodestructivas

Por Daniel Molina 2 comentarios

8 rasgos de las personas autodestructivas

Cómo son las personas autodestructivas

Todos nacemos con el instinto de buscar siempre nuestro bienestar y nuestra propia seguridad. Es un principio extrapolable a todo ser vivo. Una persona sana jamás atentará contra si misma, y siempre intentará hacer todo lo posible por estar a salvo, tanto en el plano físico como en el psicológico. Por ese motivo, nos parece realmente extraño que haya personas capaces de hacerse daño a si misma y boicotear todo lo que hacen, como si buscarán castigarse. En este artículo nos centraremos en los 8 rasgos de las personas autodestructivas más comunes.

Debemos comprender que existen personas capaces de dejar a un lado ese instinto de promocionarse cierto bienestar y seguridad, y realizar conductas que atenten contra su integridad física y psicológica. Su experiencia y vivencias personales les empujan a autocastigarse. Los sentimientos de culpa, los remordimientos, o una percepción negativa de si mismo, puede hacer que estas personas desarrollen conductas autodestructivas como método de castigo sobre ellos mismos.

Todo tiene una causa, y es por eso que es importante saber que puede causar una conducta tan autodestructiva. Tenemos que recodar que esta clase de personas suelen soportar un gran dolor y sufrimiento, y necesitan de toda la ayuda que sea posible. Toda conducta autodestructiva siempre tiene un origen, y es imprescindible saber cuál es, para de ese modo saber como poder intervenir terapéuticamente. Toda aquella persona que tiene heridas emocionales que sanar, requiere de un proceso terapéutico. La terapia le dará todas las herramientas para cambiar ese modo de actuar y de pensar que tanto daño hace.

Podemos convertirnos en nuestros peores enemigos. Seremos quienes más severamente nos juzguemos, y de ese modo, podemos caer en el error de castigarnos. Al final, toda esa ira que podemos acumular siempre acabará siendo un arma contra nosotros. La ira siempre se convierte en dolor y en sufrimiento. Y es por ese motivo que debemos conocer los 8 rasgos de las personas autodestructivas, porque si logramos identificar esos rasgos en nosotros, deberíamos buscar ayuda inmediata.

8 rasgos de las personas autodestructivas

  • Pensamientos negativos. El modo de percibirse esta clase de personas siempre será negativa. Se ven así mismos como alguien incapaz o no válido, sintiendo la necesidad de castigarse por todo. Los sentimientos de culpa estarán siempre en su mente. Y todos los pensamientos que tiene estarán fijados en la idea de tener que imponerse un castigo, porque creen que no son merecedores de nada bueno. Su modo de pensar les lleva a las denominadas “profecías autocumplidas”, es decir, cuando una persona se repite a si misma que no puede hacer algo, que no es capaz o que no es merecedora de ello, y que al final logran que nada positivo les ocurra. Ese modo de pensar tan destructivo les llevará a sufrir un gran dolor.
  • Postura pasiva. Cuando alguien se ve incapaz de hacer algo, simplemente deja de hacerlo. Tener una postura pasiva es un signo inequívoco de ser una persona autodestructiva. Aunque estén ante algo que les causa daño y dolor, serán incapaces de hacer frente a la problemática que sufren. Suelen creer que no sirve de nada actuar, y se dejan llevar, aunque eso le produzca un gran sufrimiento. Su inactividad da más fuerza a su creencia de que son personas carentes de habilidades, y de ese modo se castigan aún más. Su dolor se ve intensificado con esa postura victimista.
  • Hábitos insanos. Uno de los 8 rasgos de las personas autodestructivas más comunes, son el desarrollo de ciertos hábitos dañinos, como puede ser las conductas alimentarias inadecuadas, o el abuso de sustancias. Es muy frecuente, en estos casos, que esta clase de personas desarrollen unos hábitos alimentarios totalmente insanos. Pueden optar tanto por hacer ingestas incontroladas, como por ejemplo, dejar de comer. Son conductas destinadas a maltratarse a si mismo, También se puede adoptar conductas tan nocivas para uno como fumar en exceso, beber alcohol, o consumir drogas. Todos esos comportamientos son conductas de riesgo, que pueden atentar contra quien decide comportarse así, y los daños suelen llegar a ser muy grandes en un espacio corto de tiempo.
  • Hacer daño y hacerse daño. Esta clase de personas autodestructivas siempre buscan cualquier situación para dañarse en un primer término, y dañar a los demás, tanto de un modo consciente como inconsciente. Su modo de comportarse siempre estará dirigido a boicotearse, y hacerse daño. Normalmente, cuando uno se hace daño a si mismo, llega también a dañar a las personas más cercanas y queridas. No hay nada más doloroso que ver a alguien a quien quieres hacerse tanto daño. Quien es capaz de hacerse daño, es capaz de lesionarse. Por ese motivo, es muy habitual en estos casos, que la persona llegue a desarrollar conductas autolíticas, es decir, que se pueden lesionar físicamente contra ellos mismos, incluso pudiendo llegar a atentar con su vida. Llegando a estos casos tan extremos, la persona requerirá internamiento médico para evitar que pudiera hacerse daño a si mismo o a los demás.
  • Aislamiento social. Las personas que se hacen daño a si mismas, suelen aislarse por completo, y sabotear todas las relaciones que puedan tener. La soledad les permite regodearse en su dolor, y tampoco creen que se merezcan que nadie se relacione con ellos. Al percibirse tan negativamente, tienen la creencia que no deben involucrarse en ninguna relación que les aporte algo positivo. También al rechazar a los demás no tienen que dar explicaciones a lo que sienten, ni poner buena cara. Ese aislamiento les permite fustigarse más a si mismos, y no tener al lado a nadie que pueda aportarle algo de luz. Todo se trata de autocastigarse.
  • Descuido físico y emocional. Quien desea castigarse, también lo hará en el plano físico y mental. Esta clase de personas suelen descuidarse por completo. No tienen en cuenta cosas tan cotidianas como la higiene, o la alimentación. Simplemente, irán actuando sin ningún control. Al no cuidarse, comenzarán los problemas físicos, como el cansancio, o problemas en la piel, y también alteraciones de tipo psicológico, como por ejemplo, una bajada del estado de ánimo, o cuadros de angustia y ansiedad.
  • Autocompasión. Otro de los 8 rasgos de las personas autodestructivas más comunes es la autocompasión. Esta clase de personas se perciben a si mismas como personas no válidas, y no merecedoras de nada bueno. En esa visión pesimista y negativa de uno mismo, siempre puede darse paso sentir una autocompasión muy intensa. Es muy sencillo para estas personas sentir compasión por ellos mismos, y sentirse una víctima. Eso les quita responsabilidad y les permite no salir de esa dinámica de castigarse y acentuar todo lo malo que hay en ellos y en su vida. Es un modo de pensar totalmente desgastante, y puede agravar aún más los problemas emocionales que puedan padecer.
  • Rechazar ayuda. Las personas con conductas autodestructivas son incapaces de identificar sus emociones y sentimientos. No saben identificar que les ocurre, ni la problemática que sufre. Por ese motivo, son incapaces de aceptar que necesitan ayuda. Además, si obtienen esa ayuda no pueden castigarse del modo que creen merecer. Por ese motivo, suelen rechazar la ayuda terapéutica, y si la aceptan será de un modo leve, no implicándose demasiado. La terapia les ayudaría a dejar de comportarse de ese modo tan destructivo.

La necesidad de pedir ayuda

Cuando una persona opta por castigarse y maltratarse, debe buscar las causas, para de ese modo, poder recibir la ayuda que se necesita en estos casos. La terapia psicológica es la única vía para que estas personas sanen sus heridas, y dejen de dañarse. Nadie opta por hacerse daño porque sí. Esas conductas siempre responden a traumas y experiencias muy negativas del pasado. Las personas autodestructivas necesitan volver a encontrarse, quererse y aceptarse a si mismas. Una buena autoestima es esencial para que esta clase de personas puedan reconstruirse, y tener una vida plena.

Si te has sentido identificado con los 8 rasgos de las personas autodestructivas, acepta que sufres una problemática emocional seria, y necesitas de toda la ayuda que sea posible para sanar todas tus heridas, y volver a sentirte bien contigo mismo. Nadie debería castigarse ni hacerse daño. Por ese motivo, apóyate en tus seres queridos, déjate ayudar, y apuesta por la terapia para afrontar tus problemas, y poder sanar. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Emociones

Por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales

Por Daniel Molina Deja un comentario

Por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales

La importancia de dejar de seguir a tu ex en las redes sociales

Cuando una relación finaliza, debemos asumir que esa persona ya no estará en nuestras vidas, ni compartiremos el camino con ella. Es un punto y seguido, pero solamente para nosotros. Es el momento de aceptar lo ocurrido, asumir la pérdida y seguir hacia adelante. No podemos quedarnos estancados en el dolor, y en el sufrimiento. Para ello es necesario realizar un proceso de duelo adecuado, que nos permita asumir nuestra pérdida, y nos permita pasar página. Ese es un de los motivos del por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales.

Asumir una pérdida tan grande nunca es sencillo. El dolor que sentimos es tan intenso que no sabremos como gestionar todo lo ocurrido. Es un momento donde la angustia y la tristeza estarán totalmente presentes en nuestras vidas. Es frecuente sufrir ciertos trastornos en estos casos, como son la depresión o la ansiedad. En ese estado de ánimo tan bajo lo menos recomendable es seguir a tu pareja en redes sociales, y quizás comprobar que ella no está viviendo esa separación como tú.

Debemos tener en cuenta que las redes sociales son totalmente irreales, mostrando una realidad totalmente distorsionada. Todos subimos nuestras mejores fotos, y en nuestros mejores momentos. No se suelen subir fotos que muestren nuestras tristezas, ni en situaciones duras para nosotros. Así que, contemplar unas publicaciones positivas de la vida de nuestra ex sin nosotros, lo único que hará es hacernos más daño. Y aparte de sufrir una bajada de nuestro estado de ánimo, y una subida de nuestro nivel de angustia, puede afectarnos en nuestra autoestima. Incluso puede hacer que afloren en nosotros emociones tan dañinas como el rencor o la ira. De ahí radica por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales.

Aunque te asegures que habéis quedado como amigos, los sentimientos que ha habido no te dejarán avanzar, al no ser que no mantengas el contacto, ni siquiera el virtual, y de ese modo poder seguir con tu vida. Al sufrir una pérdida semejante, podemos sumergirnos en la más profunda desesperación, y ello nos puede empujar a realizar actos irracionales, que nos pueden hacer más daño. Ante una ruptura debemos hacer todo lo posible por asumir lo recurrido, y para conseguirlo debemos dejar que pase el tiempo, y poner todo de nuestra parte para ser lo más constructivo posible.

El proceso de duelo

Todos ante cualquier pérdida necesitamos reconstruirnos emocionalmente, a la vez que reconstruir toda nuestra vida. Porque aunque no lo queramos, tenemos que asumir que nuestra expareja no volverá, y que tenemos que seguir nuestro propio camino. Aunque en un primer momento, el dolor y el sufrimiento que estamos padeciendo no nos dejen pensar con claridad, tenemos que centrarnos en nosotros mismos, e intentar sentirnos lo mejor posible, y eso lo conseguiremos con un proceso de duelo adecuado.

El proceso de duelo es necesario para asumir cualquier gran pérdida. Cuando conseguimos experimentar sus cinco fases, podremos aceptar lo ocurrido, y de ese modo, podemos pasar página y seguir con nuestras vidas. Si en las primeras fases no logramos asumir que hemos perdido a nuestra pareja, en las últimas fases podremos tener la consciencia necesaria para poder asumir nuestro dolor. Ese es el primer paso para procesar correctamente nuestra pérdida. Lo realmente peligroso es cuando nos negamos a asumir lo ocurrido, y no hacemos ese proceso de duelo necesario. Y si optamos por no realiza el duelo, nos quedaremos sumergidos en un profundo dolor para siempre, y eso es un auténtico error. 

Una de las decisiones más saludables que podemos tomar cuando nuestra relación se rompe, es dejar de seguir a tu ex, y menos mediante las redes sociales. Es tentador querer saber como le va a la otra perdona, y en cierta medida, no romper los lazos emocionales que te unen a ella. Pero si logras superar esa tentación, podrás hacer un duelo más constructivo y sano. Además, si crees que no puedes hacerlo solo, simplemente pide la ayuda que necesites. La terapia te ayudará a hacer ese proceso de duelo, y encajar esa pérdida para que puedas seguir con tu vida.

Por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales

Todos sabemos que las redes sociales son una gran ventana donde podemos mirar a golpe de clic aquello que otras personas hacen. Las fotografías o vídeos, solamente reflejan lo mejor de las vidas de las personas que seguimos. Por lo tanto, podemos llegar a suponer que las publicaciones son el reflejo de la vida misma, cuando es una muestra irreal y arbitraria de aquello que quieren mostrar los demás. La vida de los demás no está publicada, únicamente lo está aquello que quieren mostrar, y pueden vanagloriarse de ello. Las redes sociales es la muestra de una realidad distorsionada. 

Si tu relación se ha terminado, y optas por seguir a tu expareja en las redes sociales, solo podrás ver aquellas experiencias positivas de su vida. Es decir, lo mejor que le está pasado. Y supondrás que su vida es extraordinaria, y solamente sufres tú. Tendrás una visión totalmente distorsionada de la realidad, y eso únicamente te traerá más dolor y sufrimiento. Y ese es uno de los motivos del por qué dejar de seguir a tu ex en redes sociales.

Entre los demás motivos para dejas de seguir a tu ex en redes sociales, encontramos:

  • Te centrarás en lo negativo. En toda relación siempre hay momentos buenos y malos. Cuando esa misma relación finaliza, simplemente nos centramos en los momentos más oscuros, que suelen ser los más recientes. Esos recuerdos hacen que no logremos romper los lazos que nos unen con nuestra expareja, y eso solamente genera más dolor y sufrimiento. Con cada nuevo post o publicación de la persona que ha sido nuestra pareja, será un motivo para generarnos más sufrimiento. Al no pasar página, solamente nos centraremos en todo lo negativo, favoreciendo la aparición de emociones tan dañinas como el rencor, o incluso la ira. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales solamente agrandará nuestra percepción negativa de ella, además de sumergirnos en un inmenso dolor.
  • Puedes tener falsas esperanzas. Hay veces que cuando estamos sufriendo una gran pérdida queremos buscar cualquier atisbo de esperanza. Queremos dejar de sufrir, y que todo vuelva a ser como antes, pero eso es un imposible. Cuando una relación se rompe, normalmente lo hace para siempre, y es algo que tenemos que asumir. Al principio nos costará, y el dolor será muy intenso, pero gracias a un proceso de duelo adecuado, llegaremos a asumir todo lo ocurrido. En ese momento el dolor cesará, y podremos seguir nuestro camino. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales nos puede generar ciertas esperanzas de que vuelva a nuestro lado. Es un modo de romper esos lazos que nos unen a ella. Incluso podemos llegar al caso de buscar cualquier señal que nos dé un poco de esperanza, y dejar de sentirnos tan vacíos. Pero eso solamente prolonga nuestro dolor, y no nos deja avanzar, y eso acabará por destruirnos por completo.
  • Puedes llegar a idealizar a tu expareja. Si decidimos seguir a nuestra expareja en redes sociales, podemos caer en el error de banalizar lo ocurrido, y de idealizar a la otra persona, que muestra su mejor versión en sus publicaciones. Podemos caer en el inmenso fallo de creer que nuestra expareja es superior a nosotros, y que su vida es fabulosa, queriendo volver a formar parte de ella. Esas falsas expectativas solamente nos llevará a tener una visión distorsionada de lo que está ocurriendo, y no podremos hacer un proceso de duelo adecuado. Si idealizamos a nuestra expareja, seguramente nos centraremos en lo malo que hay en nosotros, y eso sin duda hará mella en nuestra autoestima. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales es un gran error porque nos generará un gran sufrimiento.

Por último, añadir que si no logramos romper los lazos que nos unen con nuestra expareja, además de no permitirnos hacer un duelo constructivo y sano, puede favorecer la aparición de ciertos trastornos emocionales, como es la ansiedad o la depresión. Además, puede afectarnos en nuestra autoestima, y hacer que aparezcan en nosotros emociones tan negativas como es el rencor o la rabia. Seguir a nuestra expareja en las redes sociales solamente prolongará el dolor que sentimos por la perdida, y no nos ayudará a la hora de pasar página, y seguir con nuestras vidas. Debemos liberarnos de la tentación que supone saber qué hace la otra persona, y centrarnos en nosotros mismos. Al final somos nuestra responsabilidad, y tenemos que mirar por nuestro bienestar.

Cómo romper los lazos que nos unen a nuestra expareja

Una vez nuestra relación de pareja ha finalizado, debemos centrarnos en recomponernos, y reconstruir nuestra vida sin esa persona. Para conseguirlo es necesario aceptar lo ocurrido, y para ello tenemos que realizar un proceso de duelo adecuado. De esa forma podremos con el tiempo asumir lo sucedido, y de esa manera pasar página. Pero solo lo conseguiremos si somos capaces de aceptar nuestra pérdida. Durante ese proceso podemos seguir las siguientes recomendaciones para sentirnos lo mejor posible. Y estas son:

  • Actívate. Intenta estar lo más activo posible. Puedes aprovechar para hacer todo aquello que te gusta, y te hace sentirte bien. Tienes que hacer actividades que te permitan tener la mente centrada en algo positivo. Te ayudará a reducir la angustia y los pensamientos recurrentes. 
  • No te aísles. Procura salir de casa para pasar un rato agradable con las personas que quieres. Apóyate en tus seres queridos, y expresa todo tu dolor. Si ellos saben que te ocurre, sabrán como pueden ayudarte. No hay nada mejor que sentirse arropado en esos momentos.
  • Date tu tiempo. Todo proceso de duelo requiere de su tiempo. Por ese motivo, no quieras corres, y sigue tu propio ritmo. Es importante que vayas avanzando pero sin presiones. Debes evitar, aumenta más el estrés que puedas padecer.
  • No te comuniques con tu expareja. Al igual que no debes seguir a tu ex en redes sociales, tampoco deberías mantener ningún tipo de comunicación. Para superar una ruptura debemos iniciar el proceso de duelo sin la persona implicada en él. 
  • Céntrate en ti. En los momentos más oscuros de nuestras vidas es donde tenemos que centrarnos más en nosotros mismos. Cuídate, descansa, y haz todo aquello que te permita ser feliz. Es hora de mirar por ti y por tu propio bienestar.
  • Mejora tu autoestima. Para conseguir tener una buena percepción de ti mismo, deberías hablarte bien y con respeto. No tienes que buscar culpables, ni fustigarte por lo ocurrido. Si has cortado la relación con tu pareja es porque así debía ser. Háblate bien, y sé amable contigo mismo. De ese modo podrás mejorar tu propia autoestima.
  • Busca ayuda. Si no consigues hacer un proceso de duelo normal, y sientes que el dolor es tan intenso que te está afectando en todos los ámbitos de tu vida, busca ayuda psicológica. La terapia te ayudará a aceptar lo ocurrido, y sentirte bien de nuevo. Apuesta por ello. Busca ayuda. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Pareja

Qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Por Daniel Molina Deja un comentario

Qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Asumir qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Afrontar una pérdida es un hecho extremadamente difícil de encajar, y de gestionar. Nadie está preparado para perder a un ser querido, ni aunque ya supiéramos que esa pérdida era irremediable. Al perder a alguien a quien queremos y amamos, nos enfrentamos a dos grandes dolores. El primer dolor que sufrimos es por la misma pérdida, y el segundo es por enfrentarnos a una vida sin esa persona. Cuando perdemos a alguien, se produce un vacío en nuestras vidas, que jamás podremos rellenar. En este artículo, nos centraremos en qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres. Es decir, me centraré en lo que todos perdemos o perderemos cuando nuestra madre y nuestro padre falten.

La verdad es que no importa si nuestra relación con nuestros padres fue buena, o por el contrario, fue terrible. O quizás inexistente. Pero cuando ambos progenitores fallecen, nos vemos sumergidos en una vorágine de emociones y sentimientos que debemos saber gestionar. Si no somos capaces de aceptar lo ocurrido de un modo constructivo, la conmoción que sentiremos nos puede llevar a sufrir ciertos trastornos, y vernos atrapados en un profundo e intenso dolor, del cual no podremos escapar.

Para entender qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres, tenemos que comprender que ellos siempre han sido una guía, un apoyo, y en definitiva, una luz en el horizonte que nos ayudaba a seguir adelante. Aunque nuestra relación con ellos fuera mala. Ante tal pérdida debemos reconstruir nuestro mundo, y resituarnos en él. Aprender a caminar solos en algo que tenemos que hacer sí o sí en esos momentos. Al final, si cuando somos pequeños aprendemos a andar, cuando nos quedamos sin nuestros padres, tenemos que aprender a caminar. Y eso es una realidad, lo queramos o no.

Qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres

Cuando nuestros padres fallecen, inevitablemente cambia todo lo que somos. Es decir, en ese preciso momento en el cual nuestros padres no están a nuestro lado, todo lo que somos se transforma. No importa lo más mínimo tu experiencia, ni tu madurez emocional, ni tu edad biológica. Al perder a nuestra madre y a nuestro padre, todo aquello que somos cambia para siempre, y no podemos hacer nada para evitarlo.

Tenemos que entender que mientras nuestros padres vivan, ellos en cierta forma nos atan a nuestra infancia, a sentirnos protegidos y atendidos. Pero cuando fallecen, se pierde para siempre esos lazos que nos unían a nuestra infancia, y nos convertimos en una persona realmente adulta. Personas que ahora caminan solas en cierta manera, sin esa luz que les protegía, y les cuidaba. Ahora tenemos que valernos por nosotros mismos.

En cierto modo, cuando nuestros padres fallecen, pasamos a ser nosotros las cabezas o la guía de las siguientes generaciones. Es decir, pasamos a tomar el relevo de nuestros padres, y eso es muy difícil de encajar. Por ese motivo, en ese preciso momento en el cual debemos gestionar la pérdida, debemos reconstruir nuestra identidad. Tenemos que asumir ese gran cambio en nosotros mismos, y en nuestras vidas.

En definitiva, para saber qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres, debemos centrarnos en el dolor que nos produce esa gran perdida, y en el hecho de tener que asumir una vida sin ellos. Es un gran dolor que genera un gran sufrimiento, y si no se gestiona adecuadamente, nos puede llevar a sufrir ciertos trastornos, como veremos en el siguiente apartado. Aunque es irremediable el hecho de sufrir un gran dolor por nuestra pérdida, debemos saber como afrontarlo de la mejor manera posible, porque si no acabaremos sumergidos en un profundo dolor para siempre. 

Consecuencias psicológicas de perder a nuestros padres

Una vez que nuestros padres fallecen, tenemos que afrontar el dolor que produce esa gran pérdida. Ya no tendremos a nuestros progenitores al lado, ni podemos contar con ellos. Ese hecho puede producirnos una profunda tristeza. Cuando la tristeza no remite, y nos sumergimos en un profundo dolor, podemos llegar a padecer un cuadro depresivo. La depresión es una de las consecuencias psicológicas más comunes cuando perdemos a alguien que amamos y queremos.

Estar delante de una vida sin un apoyo incondicional, como el de nuestros padres, nos puede llevar a padecer un gran nivel de angustia y estrés. El miedo a la incertidumbre, y a tener que caminar sin esa sujeción que representa nuestros padres, puede llevarnos a sufrir ansiedad. Es normal, en estos casos, verse tan aterrados por vernos sin nuestros padres, y por ello, podemos llegar a padecer un cuadro ansioso.

Sin nuestros padres, nos toca averiguar el papel que debemos tomar en nuestras vidas. Cuando nos faltan nuestros progenitores, nosotros pasamos a ser ellos en cierta medida, y tenemos que asumir ser la guía y el apoyo de las generaciones posteriores, como son nuestros hijos. Reconstruir todo aquello que somos, es necesario, ya que en cierto modo, dejamos de ser niños para ser adultos completos. Y ese proceso puede hacer mella en nuestra autoestima, y en la seguridad que deberíamos tener sobre nosotros mismos.

Emociones como la tristeza, la culpa, o el miedo pueden aparecer cuando estamos inmersos en dolor de perder a nuestros padres. Aunque no hayamos tenido mucha relación con ellos, o con alguno de ellos, o incluso, esa relación haya sido tormentosa, una vez que hemos perdido a nuestros padres, nos enfrentaremos a un dolor tal, que nos llevará a sufrir ciertas emociones muy dañinas, que, sin duda, agravarán nuestro dolor.

Cómo afrontar el hecho de perder a nuestros padres

Hasta ahora hemos analizado qué perdemos cuando perdemos a nuestros padres, pero en estos casos deberíamos centrarnos en el hecho de reconstruirnos, aceptar la pérdida, y continuar con nuestras vidas. Un proceso de duelo aplazado o no realizado, puede hacer que nos quedemos sumergidos en nuestro dolor y nuestro sufrimiento. Ante una gran pérdida debemos asumir lo ocurrido. De ese modo, podremos rebajar la intensidad de nuestro dolor, y así, poder seguir nuestro camino. 

Como hemos subrayado en este artículo, ante la pérdida de nuestros padres, además de procesar nuestro dolor a través del duelo, tenemos que hacer un verdadero trabajo personal y emocional, para reconstruir aquello que somos en nuestra nueva realidad. Sin nuestros padres, debemos asumir nuestra adultez de un modo supremo, y tenemos que aprender a caminar sin ellos, independientemente de como se hayan comportado contigo tus padres, o de la edad que tengas cuando falten. Ello requiere de cierta madurez emocional, para de ese modo poder encajar esa nueva vida, y el papel que nos toca aceptar dentro de ella. 

No podemos quedarnos para siempre atrapados en ese profundo dolor, que produce semejante pérdida. Si no logras hacer un proceso de duelo completo y sano, y sigues sintiendo el mismo dolor con la misma intensidad, pasado algún tiempo, deberías replantearte acudir a terapia. La terapia siempre nos irá genial para realizar un proceso de duelo adecuado, y también para cuando nos quedamos atrapados en nuestro sufrimiento, y no somos capaces de asumir la pérdida. Así que, seguir adelante al final es una obligación, y una responsabilidad. Apuesta por sentirte bien de nuevo. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Publicado en: Emociones

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