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depresión síntomas físicos y psicológicos

Cuando la Depresión duele físicamente

Por Daniel Molina Deja un comentario

Cuando la Depresión duele físicamente

Cuando la Depresión duele físicamente

Todos tenemos presente cómo la depresión es capaz de limitarnos, y afectarnos en todos los ámbitos de nuestra vida. Nos limita a la hora de hacer actividades, incluso de llevar a cabo nuestro día a día. Nos limita a la hora de concentrarnos, de trabajar o estudiar. Nos limita a la hora de relacionarnos, y así hasta un largo etcétera de limitaciones propias de esta psicopatología. Pero lo que nadie tiene presente, es que también es capaz de dañarnos y limitarnos físicamente. Es cuando la depresión duele físicamente.

La depresión es capaz de hacer que nos duela todo el cuerpo. Que cada músculo se vea resentido y dolorido. Es capaz de arrebatarnos todas nuestras energías hasta convertirnos en personas incapaces de levantarnos de la cama. La depresión puede traer consigo trastornos de carácter tan físico como son los problemas digestivos, los temblores, o cefaleas. La depresión va acompañada también de una serie de síntomas físicos que debemos tener en cuenta, ya que son los que deciden cuando la depresión duele físicamente.

Tenemos que saber que nuestro organismo es una unidad. Si existe una alteración física, ésta tiene su eco en el plano mental o emocional, y al revés. Cuando nuestra mente está alterada, esos trastornos se verán reflejados en ciertos síntomas. No podemos entender nuestra mente y nuestro cuerpo como entes separados, sino como una unidad indivisible. Un todo que debemos tener muy en cuenta.

Cuando nuestro estado de ánimo es bajo, lo primero que notamos es una falta de energía, y una pérdida interés ante cosas que antes nos apasionaban. Después de ello, irán apareciendo tanto síntomas físicos como psicológicos. Debemos tenerlos presente tanto unos síntomas como otros, ya que saber cómo nos ataca la depresión que sufrimos, nos puede ayudar a desarrollar la mejor estrategia para afrontarla, porque la efectividad de un tratamiento, es una personalización, es decir, tener en cuenta las características de la depresión que sufrimos cada persona.

Síntomas físicos de la depresión

Cuando la depresión duele físicamente es porque los síntomas físicos de la depresión han hecho su aparición. Decir, que no todas las personas sufren la depresión del mismo modo, y cada uno sufre algunos síntomas y otros no. Pero lo cierto es que toda esta sintomatología es capaz de limitarnos, y robarnos nuestro bienestar físico y emocional.

Entre los síntomas físicos más comunes encontramos:

  • Cansancio extremo o falta de energía. Un síntoma muy común es la sensación de estar siempre cansado y agotado. La depresión es capaz de mantenernos postrados en una cama, sin las energías suficientes para levantarnos, y llevar a cabo nuestro día a día.
  • Alteraciones del sueño. Otro de los síntomas más comunes de la depresión son los trastornos del sueño. Las personas con esta psicopatología no son capaces de mantener una buena higiene del sueño, y dormir en exceso, o incluso no llegar a dormir lo suficiente.
  • Dolor de espalda. La depresión hace que nuestras posturas corporales no sean las adecuadas. Es como si el cuerpo nos pesará una tonelada. Esas malas posturas nos pueden acarrear diversos dolores, y el más común es el de espalda.
  • Cefaleas. Esta psicopatología nos produce por causa de diversos trastornos hormonales relacionados, inflamaciones en nuestro cerebro y sistema nervioso, ocasionándonos, los temidos dolores de cabeza.
  • Dolor muscular. Debido a las malas posturas corporales, a la mala higiene del sueño, y ciertos desordenes hormonales propios de la depresión, nos ocasionan graves dolores musculares. Ello es propio de esta psicopatología.
  • Problemas digestivos. La depresión es capaz de atacar nuestro sistema digestivo, pudiendo ocasionar trastornos tales como las náuseas, diarreas, estreñimiento, o digestiones muy pesadas, entre otros.

Cómo podemos observar, todos los síntomas físicos de la depresión son capaces de hacernos daño, y causarnos un dolor tal que se nos hace muy difícil continuar y afrontar la propia enfermedad. Por ese motivo, debemos aprender cómo nos afecta la depresión, y buscar toda la ayuda que sea posible para poder afrontar esta terrible psicopatología.

¿Por qué la depresión nos daña físicamente?

Qué la depresión es capaz de dañarnos físicamente todos lo sabemos. Es un hecho incuestionable. También quien padece dolor acaba por sufrir una bajada en su estado de ánimo, como les ocurre a las personas con fibromialgia o dolor crónico, por ejemplo. Ello es debido a que cómo ya he indicado anteriormente, nuestro organismo es un todo, y cuando existe una alteración ya sea en el plano físico como en el psíquico, acaba por afectarnos un modo global.

Pero existe una explicación más científica al respecto. Cuando la depresión nos duele físicamente es porque se produce en nuestro interior diversos trastornos. Entre ellos está las alteraciones en la segregación de ciertas hormonas que afectan a nuestro estado anímico, y por ende, al posible dolor corporal que podamos sentir. Entre dichas alteraciones en la segregación de hormonas nos topamos con la falta de dopamina, que nos ayuda a regular nuestro estado de ánimo, y la sobre producción de cortisol, otra hormona que en una segregación elevada nos lleva a sufrir estrés. Todo ello nos lleva a un mal funcionamiento hormonal del cual se ve alterado nuestro sistema nervioso, y se produce una sensación de dolor físico insoportable propio de un estado de ánimo bajo.

Se ha comprobado mediante diversos estudios que cuando la depresión duele físicamente también es porque se produce un efecto inflamatorio en nuestro cerebro, a causa de esta psicopatología. Esta inflamación hace que la sensación de dolor está presente, y se eleve su intensidad. Por ello, podemos llegar a sufrir cefaleas, dolores musculares y de articulaciones, etc. La depresión es capaz de arrebatarnos todo aquello que somos, para convertirnos en la sombra de lo que fuimos, y castigarnos con dolores físicos que acaben con toda esperanza y bienestar.

¿Qué podemos hacer cuando la depresión nos duele físicamente?

Cuando la depresión nos duele físicamente vemos como nuestro cuerpo de vuelve en nuestra contra, en los momentos más oscuros de nuestra vida. Es algo totalmente limitante que no nos permite afrontar la propia depresión con todas las fuerzas que se requiere. Por ello es necesario siempre la ayuda profesional. Con una terapia enfocada a tus necesidades reales puedes superar la depresión, con tiempo y esfuerzo. Por tanto, debemos dejarnos ayudar siempre, ya que por nosotros mismos no podremos tener la suficiente fuerza ni tendremos nuestras capacidades en pleno funcionamiento.

Aparte de la psicoterapia, deberíamos recurrir a otra clase de ayudas que complementarias nuestra recuperación. Si tenemos problemas al dormir, deberíamos acudir a un especialista que nos aporte estrategias para conseguir tener una buena higiene de sueño. Si sufrimos trastornos digestivos debido a la depresión, deberíamos acudir a un nutricionista, etc. Sin ayudas complementarías que puede ayudarnos a afrontar mejor la depresión, junto a la psicoterapia.

Por último, también te animo a que hagas actividades que te permitan conseguir que la mente este centrada en algo positivo y constructivo, y que te ayude a obtener cierto bienestar, como puede ser tocar algún instrumento musical, hacer ejercicio, actividades como el yoga, etc. Haz cualquier cosa que te permita estar activo y sentirte bien. La depresión se debe afrontar, y de ese modo, podrás superarla. No desesperes y pide toda la ayuda que necesites. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Cuando confundimos tristeza con cansancio

Por Daniel Molina 2 Comentarios

Cuando confundimos tristeza con cansancio

Cuando confundimos tristeza con cansancio

A veces pasamos por temporadas en las cuales, cualquier actividad por pequeña que ésta sea, nos supone emplear mucha energía y un gran esfuerzo. Son momentos en los que todo se hace cuesta arriba, y el transcurso de un día, se convierte en una gran odisea. Quizás lo que estemos sufriendo, no sea un cansancio extremo sin más, propio de un periodo de gran actividad, sino que se trate de algo más relacionado con nuestro estado de ánimos: la tristeza. Y como veremos en este artículo lo que ocurre cuando confundimos tristeza con cansancio.

Cuando la tristeza se instala en nuestro interior, el estado de ánimo se ve seriamente mermado. Es entonces cuando comenzamos a experimentar ciertos síntomas propios de la tristeza, como la falta de energía, la necesidad de dormir más, alteraciones en el apetito, el cansancio, o la tendencia al aislamiento. Cuando nuestro estado anímico es bajo, va acompañado con una necesidad total de inmovilidad, ya que carecemos de la energía necesaria para afrontar nuestro día a día.

La tristeza es un estado emocional que es tan común que a veces lo pasamos por alto. Cuando experimentamos momentos de fatiga, no conseguimos relacionarla con ella. Creemos que ese cansancio debe tener cualquier otra causa, pero jamás contemplamos que puede tener algo que ver con sentir tristeza.

Nuestro estado de ánimo está estrechamente relacionado con nuestro estado físico. Cualquier alteración que se produzca a nivel psicológico o emocional, también afecta a nuestro estado físico, y viceversa. Es por ello que cuando nuestro estado de ánimo se ve seriamente dañado, afectará también a nuestro bienestar físico. Uno de esas afectaciones las encontramos en el hecho de no tener la suficiente energía para afrontar nuestro día a día. Por ese motivo, la desesperanza aparece cuando confundimos tristeza con cansancio.

El cansancio puede esconder algo más

Cuando nuestro cuerpo no responde, y nos encontramos profundamente cansados, debemos encontrar su causa. A menudo se trata simplemente de cansancio físico, debido al propio desgaste del día a día. En otros casos, será el síntoma de alguna enfermedad. Pero es muchas otras veces, es a causa de un estado de ánimo bajo, es decir, por la tristeza.

Cuando confundimos tristeza con cansancio, siendo un hecho muy común, no sabemos cómo reaccionar. Si nos encontramos fatigados, lo normal es pensar que es por agotamiento físico, y nunca tenemos en cuenta las causas emocionales o psicológicas. Estar tristes nos empuja a un estado de apatía y desanimo tal, que perdemos también nuestra fuerza física.  El cansancio en un síntoma muy común de la distimia y la depresión.

Realmente cuando existe una alteración psicológica también repercute en el plano físico, y viceversa. Se puede explicar la falta de energía en los momentos en los que nuestro estado de ánimo es bajo. Cuando experimentamos una baja anímica, la segregación de ciertas hormonas se ve alterada, como pasa con la dopamina. Al no recibir la cantidad adecuada de esta hormona, nos sentimos tristes, y realmente cansados. Nuestro cerebro interpreta esa alteración como la necesidad de descansar y reponerse. Es por ese motivo, que cuando no sentimos profundamente tristes, notamos una fatiga extrema difícil de aliviar solo con descanso. Cuando confundimos tristeza con cansancio, no podremos afrontar adecuadamente ese estado de ánimo alterado, debido a no saber qué nos pasa realmente.

Debemos aprender a escuchar a nuestra tristeza

Si nos encontramos realmente cansados, sin una causa visible ni aparente, debemos reflexionar acerca de nuestro estado de ánimo. Cuando confundimos tristeza con cansancio, debemos escuchar todo lo que estamos sintiendo ene se momento. La fatiga constante nos puede indicar que necesitamos revisar cómo nos encontramos y que emociones estamos experimentamos.

Normalmente la tristeza nos produce un gran rechazo. Todos la tememos, e intentamos acallarla con la esperanza de que desparezca por si sola. A veces pasamos por un simple bache emocional que hace que experimentemos una profunda desesperanza. Pero, en cuanto todo mejora, también lo hace nuestro estado de ánimo. En otras ocasiones, esa misma tristeza aparece sin causa aparente. Ésta es la más peligrosa, ya que puede ser el principio de un proceso depresivo. Sea como sea, debemos aprender a escuchar a nuestra tristeza. Siempre tiene algo que decirnos.

La tristeza es una emoción, y aunque popularmente tenga un carácter negativo, siempre aparece para indicarnos que algo no funciona en nuestras vidas. La tristeza se convierte en un buen indicador de que algo en nuestras vidas debe de cambiar. Por tanto, no debemos nunca mirar hacia otro lado. Debemos mirar a la tristeza a la cara, y preguntarle qué quiere decirnos. De nada sirve intentar huir. No podremos escapar de aquello que perturba nuestro interior.

Si te sientes totalmente agotado, y compruebas que tus fuerzas te han abandonado, mira hacia tu interior. Averigua cómo te sientes, y cómo está tu estado de ánimo. Es un momento de reflexión e introspección. En cuanto hagas los cambios que debas de hacer en tu vida, tu estado de ánimo subirá, y con ello, desaparecerá el cansancio extremo que padeces.

Cuando confundimos la tristeza con el cansancio, dejamos que la tristeza campe a sus anchas. Si el cansancio no tiene un origen físico, tendrá un origen psicológico, y por tanto, estará estrechamente relacionado con el estado de ánimo. Pon tanto debemos estar alerta antes las posibles señales. El cansancio, la apatía o la falta de energías son síntomas propios de la distimia o la depresión. Así que, si los padeces, ten en cuenta su origen, y escucha qué tiene que decirte tu tristeza. De ese modo podrás hacer los cambios que necesitas, subir tu estado ánimo, y volver a sentirte bien. Todo está en tu mano. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Síntomas de Depresión

Por Daniel Molina Deja un comentario

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La depresión y sus síntomas

Los síntomas de depresión son muy variados. Tan particulares como son cada persona que los padece. No todos los síntomas aparecen siempre, ni tampoco tienen el mismo efecto en una u otra persona. Al final la depresión afecta siempre de forma diferente. 

Sin embargo, todos los síntomas de depresión confluyen en una misma y oscura realidad: una incapacidad total para afrontar la vida en toda su extensión, y un pesimismo profundo. Tenemos que pensar que estamos ante una enfermedad, que es extremadamente compleja e invalidante para quien la padece. La depresión no hace nunca ninguna distinción, pudiéndola padecer cualquier persona, independientemente de su sexo, edad, o posición social. Y aun así, está envuelta en miles de estigmas y prejuicios.

Es cierto que verbalizar el dolor, es el primer pasado para afrontar esta enfermedad. Piensa que, si somos capaces de identificar nuestro dolor, podemos diagnosticarlo, y así plantear el mejor tratamiento para su curación. Por ello es fundamental que podamos reconocer todos los síntomas de depresión. De ese modo tendremos más herramientas para afrontar todo lo que estamos sufriendo.

Todos sabemos lo extremadamente difícil que es poder reconocer nuestro pesar y nuestro dolor, y explicarlo. Por ese motivo es totalmente necesario, la ayuda profesional. Como para todo, no existen los atajos. La depresión se debe tratar desde el principio.

Cuando estamos sumidos en la depresión, todo nos pesa, y todo nos agota. Nuestra percepción de las cosas, y de aquello que nos pasa, está totalmente distorsionada. Es por ello que las personas que sufren esta psicopatología, les cueste mucho reconocer su dolor, y expresarlo adecuadamente. La propia depresión anestesia emocionalmente a quien la padece.

Quizás este sea el principal motivo por lo cual se erra tanto a la hora de hacer un diagnóstico. A veces se cofunde los síntomas de depresión con ciertas enfermedades o afecciones. Incluso se les llega a diagnosticar como estrés, tristeza por pasar una mala época, o cosas por el estilo. Aun no se tiene una verdadera conciencia del alcance y los efectos de la depresión.

Decir que, una detección temprana de la depresión, ayuda enormemente en la recuperación de la persona que la padece. Cuando más tiempo trascurra más difícil será el tratamiento y su efectividad. Porque la depresión no desaparece por si sola. Así que es fundamental que aprendamos a reconocer los síntomas de depresión. De ese modo tendremos más herramientas para el diagnóstico precoz, y la efectividad terapéutica.

Síntomas comportamentales de depresión

Entre los síntomas de depresión asociados con el comportamiento de la persona que la padece, están:

  • Las actividades que antes nos reportaban felicidad, y eran agradables para nosotros, ahora ya no lo hacen, y resultan poco motivadoras e interesantes.
  • Dificultad a la hora de tomar decisiones o llevar a cabo ciertas responsabilidades, como las laborales.
  • Las actividades o tareas que antes las realizábamos en poco tiempo, ahora nos resultan agotadoras y cuestan muchísimo esfuerzo.
  • Desinterés por relacionarnos o socializar.
  • Hipoactividad o hiperactividad. Aunque la depresión la asociamos con una falta total de energía, lo cierto es que existen casos, en que la persona que padecen esta psicopatología necesitan estar siempre ocupados, y de ese modo no pensar demasiado.

Síntomas emocionales de depresión

Entre los síntomas emocionales de depresión encontramos:

  • Contante malhumor.
  • Sensación perpetua de frustración.
  • Falta de confianza en los demás y en uno mismo.
  • Pensamientos catastrofistas.
  • Falta de esperanza en el futuro.
  • Pensamientos obsesivos. Analizar las cosas en exceso.
  • Sentimiento de decepción.
  • Sensación de incomprensión.
  • Sentimiento de ser poco valorados.
  • Tristeza permanente.
  • Ira y enfados constantes.

Síntomas cognitivos de depresión

Entre los síntomas cognitivos de depresión más comunes, encontramos:

  • Serios problemas de concentración.
  • Pérdida de memoria.
  • Sensación de desconexión con la realidad, o niebla mental.
  • Pensamientos erráticos.

Síntomas físicos de depresión

Es cierto que los síntomas de depresión son especialmente visibles mediante el plano físico. Esta sintomatología es la que realmente empuja a la persona a acudir a su médico, para recibir ayuda. Pero esos trastornos físicos no responden a ninguna enfermedad orgánica, sino es de tipo mental, como mostrarán las pruebas médicas. Estos síntomas sólo desaparecerán si se trata adecuadamente la propia depresión. Y entre dichos síntomas, encontramos:

  • Cefaleas.
  • Dolor muscular y calambres.
  • Problemas digestivos o intestinales.
  • Aumento o baja de peso.
  • Alteraciones del sueño.
  • Cansancio extremo.
  • Pérdida de cabello.
  • Problemas dermatológicos.
  • Debilitamiento del sistema inmune.

Pensamientos suicidas

Uno de los síntomas de depresión más temidos, es sin duda, los pensamientos suicidas. Al principio esta idealización suicida son sólo pequeños pensamientos, que a veces a aparecen en la mente de la persona depresiva. Pero cuando la depresión no se trata, estos pensamientos comienzan a hacerse más fuertes y permanentes, llegando al extremo de transformarse en alguna tentativa real. Por ello debemos estar muy atentos a este tipo de verbalización interna, como por ejemplo:

  • “Si ahora mismo muriera no pasaría nada”.
  • “Ojalá me durmiera y ya no me despertara nunca más”.
  • “Todos estarías muchísimo mejor sin mí”.
  • “Si me muriera, nadie notaría mi ausencia”.

Síntomas de depresión en la infancia

Es esencial destacar una vez más que a cada persona, la depresión le afecta de un modo u otro. No tienen que aparecer los mismos síntomas, y tener la misma intensidad o duración. A su vez, la edad marca ciertos rasgos que pueden caracterizar los síntomas de depresión. En la infancia pueden aparecer los siguientes síntomas de depresión:

  • Pérdida de interés por los juegos.
  • Dificultades para dormir y pesadillas.
  • Aparición de miedos muy intensos.
  • Falta de apetito.
  • No quiere acudir al colegio.
  • Actividad psicomotriz agitada o inhibida.
  • Expresión de la agresividad o de pensamientos negativos mediante dibujos.
  • Conductas autolesivas.

Síntomas de depresión en la adolescencia

Entre los principales síntomas de depresión en la adolescencia encontramos:

  • Irritabilidad.
  • Cambios bruscos de humor.
  • Autoestima baja.
  • Necesidad de estar en soledad.
  • Conductas autolesivas.
  • Cansancio o agotamiento extremo.
  • Alteración del sistema inmune (afectación de gripes, resfriados, etc.).
  • Bajo rendimiento académico.
  • Dificultad para socializar.
  • Tendencia al aislamiento.

Síntomas de depresión en la vejez

Entre estos síntomas encontramos:

  • Mal humor.
  • Pérdida de apetito.
  • Cansancio e inactividad.
  • Problemas digestivos.
  • Somnolencia.
  • Pérdidas de memoria.

Síntomas de depresión que pasan desapercibidos

Existen algunos síntomas de depresión que pasan totalmente desapercibimos. No es que quien los padezca, necesariamente esté deprimido, sino que simplemente, son indicios que pueden sugerir que existe este tipo de trastorno anímico. Todo dependerá del diagnóstico que se realice. Y entre dichos síntomas encontramos:

  • Cancelar o postergar tanto actividades como encuentros personales. Las personas que padecen depresión, suelen encontrarse siempre muy cansados. Ello afecta a la hora de iniciar cualquier actividad, ya que para ellos requiere emplear unas energías que no tienen. También suelen cancelar los encuentros de tipo personal. Todo lo que requiera moverse y mantenerse activo, supone un esfuerzo hercúleo para quien padece esta terrible enfermedad.
  • Moverse muy despacio. Este es uno de esos síntomas de depresión que pasan totalmente desapercibidos. Una persona con un estado anímico bajo no tiene ni los mismos reflejos ni la misma capacidad de movimientos que una persona sin depresión. Esta enfermedad afecta a la propia motricidad, y esto hace que los movimientos de las personas depresivas sean más lentos.
  • Ver demasiada televisión o utilizar en exceso cualquier dispositivo. si una persona pasa demasiado tiempo ante una pantalla, ya sea un televisor, un teléfono móvil, o un ordenador, puede que padezca una depresión. Esta clase de conductas esconde una necesidad de distraerme, y así no pensar demasiado, siendo a su vez, una manera efectiva de aislamiento.
  • Falta de deseo sexual. Cuando la persona carece de deseo sexual, y esto se prolonga en el tiempo, es posible que dicha persona esté padeciendo un proceso depresivo. La alteración que produce la depresión hace que la persona que la padece, sea incapaz de tener ningún tipo de deseo sexual.
  • Cometer errores continuos. Cuando la depresión aparece, la mente trabaja muy lentamente. También existe una dificultad para concentrarse y prestar atención. Esto hace que la persona esté cometiendo errores continuamente. Es un síntoma muy común, y que debería tenerse más en cuenta.

Conclusiones

Es un estado anímico que se caracteriza por el pesimismo, y la falta de energía.  Si nos centramos en lo que la depresión nos hace y nos daña, intensificaremos más sus síntomas. Para poder superarla debemos tratarla adecuadamente, mediante la ayuda profesional. Sólo de ese modo lograremos recudir los efectos de sus síntomas, hasta hacerlos desaparecer. Por ese motivo, si padeces depresión o crees padecerla, pide ayuda de inmediato, sólo así podrás afrontarla. No va a desaparecer por sí misma, y mirando hacia otro lado sólo lograrás agravar sus síntomas y cronificar la propia enfermedad. No dudes en pedir ayuda psicológica. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Mareos por depresión

Por Daniel Molina Deja un comentario

mareos por depresión

Mareos por depresión

Uno de los síntomas más frecuentes de la depresión es el padecimiento de mareos. Los mareos por depresión es una sensación muy molesta. Podemos llegar a sentir que no tenemos control sobre nuestro propio cuerpo. Nos invade una gran debilidad, y tenemos la sensación de desmayarnos en cualquier momento, y en cualquier lugar.

La depresión es uno de los trastornos más comunes, y con una sintomatología de lo más extensa. A quien la padece está en alerta sobre los síntomas psicológicos, pero normalmente se le presta menos atención a los síntomas físicos de la depresión, como puede ser los mareos, las cefaleas, o las alteraciones digestivas.

Los mareos por depresión son una realidad, que suele estar acompañados por náuseas y vómitos. Suele degenerar en un mal funcionamiento de nuestro sistema digestivo. Incluso llega a alterar nuestro sistema respiratorio y circulatorio. El problema real es que a menudo, no somos conscientes de que ciertos malestares físicos que padecemos suelen ser fruto de la depresión. Por ello no solemos buscar la ayuda necesaria para poder tratar este trastorno psicológico tan común, y de ese modo tratar toda su sintomatología física.

Características de los mareos por depresión

Los mareos como concepto tienen como su definición principal la siguiente: es un estado físico que lleva a sentirnos como si estuviéramos en el mar”. De mar deriva la palabra “mareo”. Es una sensación de inestabilidad similar a cuando estamos de pie en una pequeña embarcación.

El vértigo es parte de los propios mareos. Es como su nuestro equilibrio estuviera seriamente comprometido. De igual modo, sentimos que nuestras funciones psíquicas se ven alteradas, experimentando una sensación de irrealidad. No nos sentimos plenamente conscientes, sino es como si estuviéramos a punto de perder el control de nuestros sentidos y de nuestra mente.

Cuando sufrimos mareos, éstos están acompañados de una debilidad muscular, visión borrosa, lentitud en el funcionamiento cognitivo, y una sensación intensa de malestar general. Los mareos pueden derivar en casos muy extremos al desmayo.

Los mareos por depresión como síntoma

La depresión es un trastorno mental que también tiene como respuesta una sintomatología física clara y extensa. Las reacciones están basadas en alertas que nuestra mente percibe ante ciertos estímulos que merman nuestro estado anímico. Estas reacciones pueden aparecer, aunque no haya un motivo real y ni racional para la propia tristeza. Pero nuestra mente los vive como si fueran válidos.

Una depresión grave suele corresponder en la actualidad a una demanda de nuestro entorno, que son abrumadoras e inabarcables. Es decir, se nos pide más, mucho más, de lo que podemos hacer o dar. Y ese hecho eleva nuestros niveles de estrés, que repercute en nuestro estado de ánimo, e incluso nos lleva a padecer la temida ansiedad.

Se nos exige más de lo que podemos abarcar, y ello hace que nuestra depresión de dispare. Nuestra capacidad de respuesta ante nuestro entorno se ve mermada, y por tanto percibimos nuestro alrededor como algo hostil y peligroso, llevándonos a una profunda tristeza.

Los mareos por depresión es uno de los síntomas más frecuentes, y que aparecen de un modo temprano. Podemos decir que aparecen en las primeras fases de la propia depresión, y son el producto de haber estado expuestos a situaciones altamente estresantes y desesperanzadoras. La mayoría de las veces aparece si avisar. Sin aviso previo. Y no tiene porque estar relacionados con un evento o situaciones negativas.

Identificar los mareos por depresión

La dificultad para diagnosticar los mareos por depresión, es que los propios mareos son un síntoma de multitud de enfermedades. Por ese motivo es tedioso identificar esos mareos como producto de la depresión. ¿Cómo podemos saber si la depresión es la que provoca nuestros mareos?

Para conectar a la anterior pregunta, lo principal es descartar que tenga un origen físico, y que sea debido a una enfermedad subyacente. Por eso es necesario pruebas médicas para descartar ese origen. Una vez descartado, hay que realizar pruebas psicológicas que nos ayudará a tener un diagnostico completo, y averiguar si esos mareos son fruto de la depresión.

Normalmente los mareos de origen nervioso, tienen algunas características que nos facilitan edificar el origen, como por ejemplo, el hecho de que aparecen después de una sensación de tensión muscular. También el ritmo de la respiración se ve seriamente alterada.

Cuando la respiración se ve seriamente alterada, la demanda de oxigeno aumenta. Si este hecho se prolonga en el tiempo, el cuerpo se va debilitando, los músculos pierden su fortaleza, el cerebro se ralentiza y comienza los mareos por depresión.

Para aliviar las consecuencias de este síntoma tan común en las personas que sufren depresión es realizar ejercicios respiratorios, que nos ayuden a controlar la entrada y salida de oxígeno, y la utilización del diafragma para ello. Es una gran forma de aliviar los mareos por depresión. Pero para poder eliminarlos por completo, debemos atender terapéuticamente la propia depresión.

El diafragma respiratorio

Todos nosotros, cuando pensamos en la respiración, se nos viene a la cabeza la imagen de los pulmones funcionando. Pero realmente es el diafragma el responsable de este proceso. Lo podemos encontrar justo ahí, debajo de nuestros pulmones, separado por el tórax de la zona abdominal. Se mueve cuando respiramos, y si lo hacemos con cierta amplitud, será capaz de estimular a otros órganos como puede ser el hígado, y a un gran número de tejidos que favorecer la circulación sanguínea. Incluso es capaz de favorecer la eliminación de las toxinas.

Debemos tener en cuenta esta área de nuestro propio cuerpo. El diafragma es una parte esencial en la mayoría de las técnicas de respiración. Asó que, debemos tomar consciencia de él, y aprender a estimularlo. Y se activa así:

  • Colocamos una mano en el abdomen, y la otra en nuestro pecho.
  • Debemos tener la espalda totalmente recta.
  • Tenemos que asegurarnos que el área que se hincha es el diafragma (abdomen), y no el pecho.
  • Inhalamos por la nariz y exhalamos lentamente por la boca.
  • Realizaremos entre 6 y 1 respiraciones pausadas por minuto.

Gracias a esta técnica de respiración conseguiremos aliviar los efectos de los mareos por depresión. No los trata, pero alivia esa sensación tan negativa. Para poder eliminar por completo estos mareos, debemos tratar psicológicamente la propia depresión.

Tratar la depresión para tratar los mareos

Como he señalado anteriormente, los mareos por depresión, para que desaparezcan por completo, debemos tratar el trastorno subyacente, es decir, tratar la depresión. Cuando la tratamos conseguimos que todos sus síntomas desparezcan por completo.

No existen atajos para tratar la depresión. Debemos acudir a la terapia psicológica para poder averiguar las causas y el origen de nuestro estado de ánimo bajo, y de ese modo poder tener herramientas que nos ayuden a controlar y llegar superar este trastorno tan común. Así que, si sufres depresión, no lo dudes, no es un problema que desaparecerá por sí solo. Quizás consigas controlarlo durante un tiempo, pero siempre te acompañará, y saldrá en el momento más inesperado. Si sufres depresión pide ayuda profesional. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Síntomas físicos de la Depresión

Por Daniel Molina Deja un comentario

síntomas físicos de la depresión

Síntomas físicos de la Depresión

Los síntomas psicológicos son bastante más conocido que los síntomas físicos de la depresión. Pero ambos cursan simultáneamente. Quizás los primeros síntomas que podemos apreciar cuando estamos cayendo en una depresión son aquellos relacionados con la dimensión física, como pueden ser las cefaleas, los dolores musculares, el insomnio, o el cansancio extremo entre otros.

Cuando algo no va bien en nuestro estado de ánimo, nuestro cuerpo nos avisa, porque también se ve implicado. Es por ello que debemos tener en cuenta los síntomas físicos de la depresión, ya que son unos indicadores fiables acerca de todo lo que está sufriendo nuestra mente. La depresión es una enfermedad mental que tiene un gran impacto en el funcionamiento de todo nuestro organismo. Nos puede llevar a sufrir dolor, cansancio, fatiga, inflamaciones musculares y de articulaciones, alteraciones del sueño etc.

Los trastornos mentales como es la depresión, son responsables de muchas enfermedades físicas. A veces no conseguimos relacionar nuestro malestar físico con nuestro malestar psicológico, ya que es más fácil admitir un mal físico que mental. A menudo no somos capaces de admitir que estamos anímicamente destrozados.

A veces la vida se nos pone cuesta arriba. Todos en algún momento hemos sufrido decepciones, fracasos y pérdidas. Son situaciones que nos hacen sufrir, y a menudo no sabemos cómo podemos gestionarlo. A veces también nos vemos envueltos en una angustia emocional que no sabemos de dónde proveniente, ni su porqué. Es un estado de ánimo bajo del cual desconocemos su origen concreto. La depresión tiene mil formas, y puede aparecer sin avisar.

La depresión suele también combinarse con la temida ansiedad. Son trastornos que suelen entremezclarse, ya que un estado de ánimo bajo lleva a que nuestros niveles de ansiedad se vean alterados. Son estados en los que los pacientes pueden describir el padecimiento de un cansancio extremo a la vez que se sienten agitados. Es un estado en el cual nos podemos llegar a sentir totalmente paralizados con las ganas de huir de todo aquello que nos asusta, y nos perturba.

Nunca es fácil superar cualquier trastorno relacionado con la mente. No existen los atajos ni las vías fáciles. Así que, si buscas ayuda profesional que te de las herramientas que necesitas para superar la depresión, se debe tener en cuenta los síntomas físicos. Al final la mente y el cuerpo siempre van unidos, y se deben tratar conjuntamente.

Atención a los síntomas físicos de la depresión

La depresión destruye poco a poco a la persona que la sufre. Es una enfermedad mental capaz de paralizarnos, y hace que nuestros pensamientos sean tan negativos que nos hagan daño, nos generen angustia, desánimo y apatía. Pero lo cierto es que se presta muy poca atención a la sintomatología física. Los síntomas físicos de la depresión son tan dañinos como los síntomas psicológicos y emocionales.

Diversos estudios han confirmado que la depresión es capaz de alterar todo nuestro organismo. Es capaz de alterar nuestro cerebro y su bueno funcionamiento. Es capaz de alterar la segregación de ciertas hormonas. Por ende, también es capaz de alterar el resto de nuestro cuerpo. La depresión es capaz de dañar nuestro organismo por completo.

Dichos estudios revelaban que un gran número de los pacientes afectados por depresión, acuden a sus centros de atención primaria por cefaleas, dolores de espalda, alteraciones del sueño, o por problemas digestivos, desconociendo que esos malestares son propios de los síntomas físicos de la depresión.

Los síntomas físicos de la depresión más recurrentes

  • Cansancio extremo. Cuando alguien sufre un trastorno depresivo suele experimenta un cansancio total durante todo el día. Siente como su cuerpo se vuelve pesado y lento. Todo movimiento supone un suplicio para la persona que sufre una depresión.
  • Alteraciones del sueño. Es de los síntomas físicos de la depresión más comunes. Quien sufre este tipo de trastorno siente la necesidad de dormir en exceso, aunque se trate de un sueño que no es reparador. O bien padece episodios de insomnio. No consiguen descansar adecuadamente, y afectando aún más a su afectado estado de ánimo.
  • Dolor de espalda. El dolor de espalda es un síntoma físico de la depresión extremadamente común. Este tipo de dolor superaría incluso a las cefaleas. Diversos estudios científicos apuntan que existe un vínculo entre los circuitos cerebrales y las vías inflamatorias. Y cuando nuestra mente experimenta cierta sensación de alarma o peligro nuestro cuerpo se tensa, y por ende, la espalda se ve seriamente perjudicada. El miedo y la angustia son las principales emociones que dañan nuestro organismo si padecemos depresión.
  • Dolor corporal general. Otro de los síntomas físicos de la depresión más comunes es la sensación de dolor general. Nos duelen los brazos, las piernas, las articulaciones, el cuello, etc. La depresión hace que tengamos menor resistencia al dolor, y que lo percibamos más intensamente. Todo ello es causado por las alteraciones cerebrales que se producen a causa de la depresión.
  • Problemas digestivos. La depresión puede causar alteraciones digestivas tales como: calambres, digestiones lentas y pesadas, colon irritable, dolores estomacales, sensación de estar llenos, náuseas, vómitos, etc. Todo ello es fruto del estrés, la ansiedad, el estado anímico bajo, y la angustia emocional.

Como hemos podido comprobar, existe diversos síntomas físicos de la ansiedad que debemos tener en cuenta. No sólo podemos centrarnos en los síntomas psicológicos y emocionales. La depresión debe tratarse globalmente.

Si acudes a un profesional acuérdate de remarcar los síntomas físicos que padeces. Siempre es positivo que tenga todos los datos posibles, con tal de crear la mejor estrategia posible para tratar la depresión que padeces. Recuerda que sea cual sea el tipo de depresión que padeces, es tratable, y se puede superar con tiempo y esfuerzo. Una vez que los síntomas psicológicos y emocionales son tratados, y van remitiendo, los síntomas físicos de la depresión también lo harán. Cuando tu mente consiga la calma que merece, tu cuerpo dejará de gritarte.

Cómo mejorar los síntomas físicos de la depresión

Además de recurrir a la ayuda psicológica, para que se pueda establecer una buena estrategia para abordar la depresión globalmente, existen varios hábitos que podemos realizar para mejorar los efectos negativos de la sintomatología de la depresión como, por ejemplo:

  • Hacer ejercicio. Es importante sentirse activos. No importa la clase de ejercicio hagas. Puede ser desde la natación hasta pasear. Moverse hace que nuestro estado de ánimo aumente, y por tanto estamos atacando a la propia depresión. Además, mejorará nuestros hábitos de sueño, y dejaremos a un lado la sensación de cansancio permanente.
  • Ten una buena higiene de sueño. Es fundamental que tengamos una rutina diaria establecida. Ello favorece la calidad del sueño, y nos permite estar relajados. Por ello es importante marcarnos unas horas de sueño establecidas para que, nuestro cuerpo de habitúe a ello.
  • Mejora la dieta. Evita los alimentos que sean ricos en grasas y azucares refinados. Aumenta el consumo de alimentos saludables y no procesados, como son las verduras, el pescado, o la fruta. Te ayudará a evitar los problemas digestivos propios de la depresión.
  • Apuesta por la relajación. Es esencial que estemos calmados. Aprende alguna técnica de relajación que te permita estar lo más relajado posible. Te ayudará a mejorar tu estado anímico, y podrás dejar a un lado el temido estrés.

No podemos dejar a un lado los síntomas físicos de la depresión. Debemos cuidarnos y superarlos. No podemos mirar hacia otro lado y conformarnos. A medida que mejoremos físicamente, también mejoraremos los síntomas psicológicos y emocionales de la depresión.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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