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La desesperanza y la tristeza

Por Daniel Molina Deja un comentario

la desesperanza

Cuando la vida se vuelve en contra, y se van acumulando las adversidades, las decepciones y la tristeza, favorecen la aparición de la desesperanza. Esta emoción es fruto del cansancio mental y la fatiga emocional. Si llegamos a sentirnos vacíos y sin esperanza, ello repercutirá en nuestro estado anímico, y en todo nuestro organismo.

La desesperanza puede llegar a ser un “gran martillo” que nos golpea tan fuerte, que es capaz de destrozarnos las ilusiones, nuestras motivaciones, e incluso, nuestras ganas de vivir. Se alimenta de la amargura producida por los malos momentos. Si caemos en ese pozo oscuro y desolador, nos costará mucho volver a salir a flote. Por ese motivo, es importante remarcar la actuación terapéutica antes los primeros síntomas. Un tratamiento temprano, es esencial para no caer en la más profunda tristeza y apatía.

Tenemos que entender que cuando alguien sufre este tipo de emociones, sufre una pérdida del significado de su propia vida. Es algo realmente peligroso, debido a que no encontrar otra salida, pueden optar por una acción tan terrible como es el suicidio. Es por ello importante la intervención terapéutica con tal de ayudar a la persona remontar, y evitar así que caigan en un abismo emocional.

La desesperanza como respuesta de la tristeza

Todos hemos vivido malos momentos en los cuales nos hemos sentido profundamente tristes, y desanimados. Esa tristeza sin gestionar adecuadamente, puede llevarnos a un estado tan profundo de desolación que no contemplaremos la posibilidad de una salida de ese estado. La esperanza desaparecerá en el mismo momento que nos dejamos abrazar por la tristeza.

Quizás no seamos conscientes de la importancia de tratar la tristeza. Siempre que ésta aparece es para decirnos que algo no va bien en nuestras vidas, y necesitamos cambios. Si miramos a otro lado, ese estado anímico se irá intensificando, y al final no podremos salir de ello por nosotros mismos. Con la aparición de la desesperanza, la percepción acerca de nosotros mismos, y de nuestro futuro se oscurecerán.

Una persona sin esperanza sentirá una pérdida de significado de su propia vida. No le encontrará sentido a nada. Ello también afectará a la autoestima, y se experimentará una sensación de indefensión y vacío que agravará más la situación. La desesperanza hace que experimentemos también una gran apatía, cansancio físico y emocional, y un desinterés total por todo aquello que nos rodea y nos afecta.

Toda esta sintomatología nos afectará a nuestras vidas. Nos afectará en todos los ámbitos: en el trabajo, en nuestras relaciones sentimentales y sociales, y con nuestra familia. Además, no nos dejará avanzar, y llegaremos incluso a sentir una gran frustración y un alto pesimismo. Debemos tener más en cuenta este tipo de emociones, ya que nos pueden destruir sin darnos cuenta de ello.

La falta de esperanza nos puede destruir

Si estamos en un estado tan vulnerable que la desesperanza nos hace sus rehenes, debemos actuar con rapidez y ponernos en manos de un psicólogo que nos puede dar herramientas y estrategias, que nos ayuden a levantar nuestro estado de ánimo. Si dejamos que ésta actúe con total libertad, nos irá hundiendo más y más en un oscuro agujero donde nos costará salir de él.

Al igual que ocurre con la tristeza, si aparece la desesperanza debemos dejar que se exprese. Escúchala. Seguro que lograrás identificar qué quiere decirte. Y una vez sepas que cosas debes cambiar en tu vida, que te sirva para afrontar ese estado de ánimo tan bajo, actúa, y toma las decisiones que creas oportunas. No dejes nunca que la desesperanza actúe a sus anchas.

Todos sabemos que la tristeza es una emoción que cuesta afrontarla, ya que nos roba nuestras energías y nuestras ganas de vivir, pero no podemos mirar hacia otro lado. No se irá nunca por si sola. Debemos tratarla adecuadamente, y para ello debemos poner todo de nuestra parte. Si no lo hacemos, nos irá destruyendo todo lo que somos, lo que sentimos, y todo aquello que nos importa. Así que, hay que buscar ayuda, y poner todo de nuestra parte.

Cómo superar la desesperanza

Cuando nuestra tristeza se intensifica y no desparece por si misma, podemos estar desarrollando una depresión. La desesperanza es un buen indicador que nos avisa de todo lo que estamos sufriendo. Es siempre recomendable solicitar ayuda profesional, ya que cuando más tiempo estemos bajo el yugo de la tristeza, más difícil será tratarla.

Si bien la tristeza es una emoción que nos indica que algo no funciona en nuestras vidas, y que debemos cambiar algo. Cuando sentimos la desesperanza, es porque esa misma tristeza se ha vuelto patológica, y tiene que ser tratada. No podemos vivir siempre en un estado de ánimo bajo. En ese momento, tenemos la obligación de tomar las medidas que sean oportunas. No podemos rendirnos ante la desesperanza.

Para poder combatirla debemos:

  • Identificar aquello que sentimos. Es importante que reflexionemos acerca de todo lo que estamos sufriendo y experimentando. Al ponerle nombre a que nos pasa, nos ayudará a afrontarlo de modo más eficiente.
  • Acepta tus emociones. Una vez identificado la problemática, debemos aceptarla. Está ahí, y ahora debemos tratarla. No podemos mirar hacia otro lado, e intentar que desaparezca por si misma. Ningún problema grave se soluciona solo. Tenemos que decidirnos y responsabilizarnos acerca de nuestra recuperación.
  • Realizar cambios. Si queremos superar una situación adversa, debemos realizar todos los cambios que sean oportunos. No podemos seguir haciendo lo mismo cuando ello sólo nos reporta dolor y sufrimiento. Realizar cambios nos ayuda a tener otras perspectivas, y a tener otras herramientas para afrontar la desesperanza con éxito.

Todos pasamos por momentos muy duros. Forma parte de la vida. La tristeza a veces aparece para decirnos aquello que debemos cambiar y desaparece, pero en algunos casos, ese estado de ánimo es permanente, dejando paso a la desesperanza. Cuando esto ocurra, debemos ser responsables con nosotros mismos, y buscar la ayuda que necesitamos. De ese modo podremos seguir adelante, y subir nuestro estado de ánimo, porque no tenemos que vivir con esa carga a cuestas. Debemos aprender a afrontar todas estas situaciones negativas. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Escucha a tu tristeza

Por Daniel Molina Deja un comentario

escucha a tu tristeza

Escucha a tu tristeza

Todos hemos experimentado la tristeza en algún momento de nuestras vidas. Es una emocional normal y muy común. Suele aparecer siempre que atravesamos un mal momento. A veces aparece sin más, pero incluso en estos casos, tiene algo que decirnos, porque algo que no sabemos no funciona bien, o necesitamos un cambio en nuestras vidas. Por ello escucha a tu tristeza.

Ya he dicho que la tristeza es una emoción de lo más normal y común. Pero todos hemos tenido que reprimirla o esconder aquello que sentimos. Pero cuando estamos tristes siempre dejamos un rastro visible, tanto para los demás como para nosotros mismos. Intentar acallar a nuestra tristeza, hace que empeore la situación. Escucha a tu tristeza, porque sólo así podrás superarla. Verbaliza todo lo que ocurre en tu interior, y garantizarás que esa tristeza que sientes no estará contigo para siempre.

Es muy cierto que culturalmente, nos han inculcado que debemos dejar la tristeza a un lado, y aparentar ser fuertes. Es una actitud muy peligrosa, ya que las emociones no se pueden reprimir, y cuando se intenta hacerlo, éstas se intensifican. La tristeza no es cosa de personas con falta de voluntad o actitud, sino que es un estado emocional que todos en un momento u otro, lo experimentamos.

Es importante que escuches a tu tristeza, siempre aparece cuando tienes que cambiar algo en tu vida, o cambiar algo en ti mismo. De nada sirve intentar escapar de ella, simplemente deja que te diga lo que tiene que decirte. Esa es la única forma de hacer que desparezca. Haz los cambios que necesitas.

¿Por qué aparece la tristeza?

Escucha a tu tristeza. Ella aparece siempre por diversos motivos. Puede que sea por una pérdida de empleo, una ruptura sentimental, o el padecimiento de una enfermedad. Son estos algunos ejemplos. La tristeza siempre aparece cuando tenemos que afrontar algo serio. Viene a recordarnos que tenemos que reaccionar y afrontar todo lo que venga.

El problema de la tristeza es cuando no sabemos gestionarla adecuadamente. Entonces estas emociones negativas nos paralizan, y se convierten en dueñas de nosotros. Escucha a tu tristeza, es muy importante, ya que de ese modo podremos identificarla, y superarla.

Si la tristeza consigue instalarse en nuestras vidas, puede hacer verdaderos estragos en nuestro estado anímico, en nuestro comportamiento, y en nuestros pensamientos. Tenemos que llegar a ser capaces de mirarla directamente, observarla y analizarla, porque siempre tiene un mensaje que trasmitirnos. Por poner algunos ejemplos:

  • Cuando la tristeza aparece después de sufrir una ruptura, sea cual sea ésta, habrá un proceso de duelo que debemos de afrontar. Sentir en este caso, tristeza, nos ayudará a pasar página y seguir nuestro camino.
  • Si la tristeza aparece cuando estamos sufriendo una enfermedad, ésta nos permite que adquiramos una verdadera conciencia, de lo vulnerables que podemos llegar a ser. Sentirnos triste puede ser un gran estímulo para que aprendamos a mirar hacia adentro en vez de hacia fuera.
  • Ante una mala racha, estar tristes nos puede ayudar a plantearnos algunos cambios en nuestras vidas. Quizás el camino que hemos seguido hasta ahora deje de sernos válidos.

Realmente podemos sacar algo de provecho del hecho de sentirnos tristes. La tristeza nos puede servir para parar y reflexionar acerca de lo que estamos viviendo. Gracias a ello podemos aprender de la experiencia, y buscar las salidas más adecuadas. Escucha a tu tristeza, siempre tendrá algo que decirte. Quizás necesites cambiar algo. Si es así, hazlo.

Síntomas que pueden ocultar la tristeza

La tristeza es una emoción muy común y fácilmente apreciable. Todos hemos sufrido episodios de tristeza, y sabemos que se siente. Pero también existe una serie de síntomas que pueden ocultar una tristeza subyacente, y estos son:

  • Mal humor o rabia. Los estados de furia a menudo son el disfraz perfecto de la tristeza. Es simplemente el modo que tienen algunas personas de liberarse de ese estado.
  • Cansando, lentitud, o dolores musculares. Las emociones siempre se expresan tanto a nivel psicológico como físico. A veces la tristeza se manifiesta mediante algún trastorno de tipo psicomotor o de dolor. El estado anímico nos afecta físicamente, y viceversa.
  • Incapacidad de concentración. Cuando una persona sufre una alteración anímica, su capacidad para poner atención en cualquier asunto o persona se ve mermada. Toda nuestra mente se centra sólo en la propia tristeza, y no nos permite ver más allá.
  • Mayor sensibilidad. Es otro de los síntomas que pueden esconder la tristeza. Esta emoción nos hace mucho más sensibles y empáticos con las emociones ajenas, y nos conecta con todo lo que nos rodea de un modo más sensitivo.

Cómo combatir la tristeza

Para poder superar cualquier momento triste y desalentador, escucha a tu tristeza. Si no le prestas atención, poco a poco ese bajo anímico te dañará profundamente, creándote heridas en el alma y en la mente. La vida dejará de tener sentido para nosotros, y simples gestos cómo levantarse de la cama, será toda una odisea. Caeremos de ese modo, en la temida depresión.

Escucha a tu tristeza en primer término para combatirla. Después, el siguiente paso, es aceptarla, y aceptar lo que quiere decirnos. De nada sirve negarla, o mirar hacia otro lado. La tristeza no desaparecerá hasta que no le prestes la atención que te requiere.

Expresa todo lo que sientes en esos momentos de intensa tristeza. Ese hecho te ayudará a expulsar toda esa presión que se acumula en tu interior, además le podrás dar información a las personas que te rodean de cómo pueden ayudarte.

Por todo ello llora cuando lo necesites. Grita, chilla, o estalla. No te guardes ni reprimas tus emociones. Si intentas retenerlas en tu interior, harás que te hagan verdadero daño. Así que deja atrás tus miedos, y deja que tus emociones se expresen como quieran.

No debemos olvidar el llanto. El hecho de llorar es un verdadero ejercicio de limpieza del alma. Nos permite deshacernos de todo ese dolor que llevamos dentro, y exteriorizarlo. De ese modo podremos aliviar esos momentos más oscuros y tristes.

Busca también actividades que te hagan sentir bien contigo mismo, y te ayuden a elevar tu estado anímico. Por ejemplo, comienza a hacer de nuevo aquellas cosas que te gustaban y disfrutabas de ellas, como puede ser tocar algún instrumento, o montar en bicicleta.

Es positivo mantener unos hábitos fijos y cotidianos para combatir la tristeza. Entre esos hábitos están el descansar correctamente, comer saludablemente, y tener una rutina de actividades diarias establecidas.

Escucha a tu tristeza, siempre tiene algo que decirte. Normalmente te muestra que algo va mal en tu vida, y que debes hacer ciertos cambios. Hazlo. Quizás te cueste horrores al principio, pero si vas introduciendo pequeños cambios que necesitas, conseguirás que la tristeza de aleje de tu vida.

Y por último decir, que si no consigues por ti mismo combatir y vencer la tristeza, busca ayuda profesional. Podrás tener todo el apoyo que necesitas, y te proporcionará estrategias personales para que puedas superar ese estado de ánimo bajo.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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La tristeza

Por Daniel Molina 2 Comentarios

la tristeza

La tristeza

¿Quién no se ha sentido abatido en algún momento de su vida? Todos nos hemos sentido alguna vez totalmente decaídos y sin ánimos de nada. Es normal que a menudo la tristeza llame a nuestra puerta y se quede a nuestro lado. La vida son rachas, donde la alegría y la más profunda tristeza van apareciendo. Tenemos que entender la tristeza.

No podemos esperar que nuestra vida sea lineal. No es así. Todo son altibajos, y tenemos a que aceptar y entender la tristeza del mismo modo que a la alegría. Pero a veces ocurre que la tristeza es tan intensa que nos envuelve de tal modo que no podemos desprendernos de ella. Si ese estado nos acompaña de forma continuada durante más de dos años, estaríamos hablando de distimia.

Entender la tristeza

Entender la tristeza, nuestra propia tristeza es una tarea muy complicada. Entender la tristeza que estamos sufriendo implica que admitimos que existe, y que la estamos padeciendo. Nuestra pena nos habla de un dolor que nos ha destrizado nuestra alma. Un dolor insoportable que necesita expresarse.

Sería muy sencillo poder aceptar que estamos tristes, si no fuera porque caer en la tristeza está mal considerado. Todo el mundo acepta de buen grado la alegría. Parece que nadie puede pasar por un mal momento. Y si lo pasa tiene la obligación de callar y superarlo como pueda. Pero realmente cuando la tristeza se aloja en nuestro interior perdemos las fuerzas, y la capacidad de superar esa situación.

Tenemos el derecho de caer. Y tenemos el derecho de levantarnos a nuestro ritmo, con nuestras propias herramientas, o con la ayuda que necesitemos en ese momento. Todos deberíamos ser más empáticos con nuestra tristeza, y con la de los demás. Tenemos que entender la tristeza como una emoción que forma parte de nuestra vida, y forma parte de todos.

Sí, tenemos una vida, y sería fantástico poder estar alegres la mayor parte del tiempo, pero no es así. Aparecen los problemas, las pérdidas, y las dificultades que nos someten a una dura presión. Todo ello hace que nuestro estado de ánimo se vea seriamente dañado. Pero así es la vida. Es luz y oscuridad, y debemos aceptarlo tal y como es.

La tristeza debe ser escuchada

La luz siempre tiene más resplandor cuando hemos estado sumergidos en la más absoluta oscuridad. Es una metáfora que nos ayuda a entender la tristeza. Gracias a los sinsabores, a la decepción, a todas esas despedidas, y a todo lo malo que aparece en nuestra vida obtenemos lecciones que nos ayudan a valorar todo lo bueno que tenemos, y que nos aporta la vida.

Todas las experiencias negativas nos hacen ser más fuerte y más sabios. La oscuridad nunca es eterna, siempre da paso a la luz. Sólo necesitamos paciencia, y dejar que todo fluya. No podemos ignorar la tristeza. Tenemos que entenderla, y para ello, debemos dejar que se exprese, que nos diga porque ha aparecido y cuál es su función en nuestras vidas.

No dejes que nadie le quite valor a tu tristeza

Nadie va a sentir lo que nosotros sentimos. Y por tanto nadie tiene el derecho de despreciar nuestra tristeza. Si tienes que llorar, llora. Si tienes que cabrearte, hazlo. Los demás te darán consejos destinados a que tu tristeza se silencie. No caigas en la trampa. Para que la tristeza de paso a la luz, debemos dejar que se exprese y no diga aquello que quiera decirnos.

Cada uno tiene su dolor, y lo vive de diferente manera. Así que es importante que entiendas tu tristeza, y sepas como reaccionas ante ella. Rodéate de las personas que respeten tu dolor, y dejen que lo superes a tu manera.

No permitas que te tachen de débil por estar triste. Tú bien sabes lo que duele, y lo difícil que es salir de ese pozo negro y oscuro. Respétate y respeta tu dolor, y aléjate de esas personas que no comprendan por lo que estás pasando.

Comparte tu dolor con quien quiera hacerlo

No hay nada que alivie más que soltar todo aquello que nos presiona en nuestro interior, y que ese mensaje sea entendido por la otra persona. Cuando compartimos nuestro dolor soltamos parte de esa pesada carga.

Al comunicarnos normalizamos nuestra tristeza, y tenemos una vía por donde expulsar al exterior todo aquello que nos perturba interiormente. Así que busca alguien que te comprenda. Llora, hablar, y ríe con ella. Tu tristeza no está preparada para ello, y conseguirás que se aleje de ti rápidamente.

Es importante encontrar la compañía adecuada. Debe ser una persona que respete tus tiempos, y que no tenga prisas. Que sepa que es el dolor, y entienda por todo lo que estás pasando. Un buen apoyo hace que nos levantemos con más fuerza.

¿Qué tenemos que saber de la tristeza?

Lo primero que debemos saber de la tristeza, es que tenemos el derecho a sentirla. No tenemos que esconderla, ni camuflarla en una forzada sonrisa. Tu mundo se reconstruirá de nuevo una vez que dejes que la tristeza te diga aquello que quiere decirte. No hay que temerla, sólo tenemos que aceptarla como parte de nosotros.

El hecho de estar triste no significa que estemos enfermos. La tristeza es sólo una emoción más. Un estado de ánimo bajo que es temporal, que nos permite parar, reflexionar acerca de los cambios que debemos realizar, y obtener las fuerzas para levantarnos.

Es cierto que no debemos sucumbir por completo a la tristeza. Si no tenemos la voluntad de levantarnos, se quedará con nosotros, y ello prolongado en el tiempo puede desarrollar diversos trastornos, como la depresión o la distimia.

La tristeza viene y va, y aunque en ocasiones intentemos con todas nuestras fuerzas encontrar su origen, quizá son lo tenga. A veces es un estado de ánimo bajo temporal sin más. No hay que tenerle miedo, simplemente dejar que se expresa, y se vaya del mismo modo que vino.

La tristeza como estado anímico

Todos entendemos la tristeza como una emoción negativa. Aunque a veces se asocia a un evento drástico y negativo, como puede ser una pérdida o un fracaso, lo cierto es que a veces no existe un origen como tal.

  • A veces la tristeza responde a una simple apatía y decaimiento personal. Es decir, a una necesidad por estar con nosotros mismos, y reordenar nuestros pensamientos.
  • Estar triste no tiene por qué deberse al miedo, o la necesidad de huir de algo.
  • La tristeza es a menudo una simple bajada de nuestro estado de ánimo.

La resistencia de la tristeza

La tristeza tiene como principal enemigo la aceptación y la comunicación. Cuando la persona que la sufre, vive su tristeza en soledad, sin compartirla, hace que esta emoción se haga cada vez más resistente y fuerte.

Si dejamos que la tristeza se apodere de nosotros, llegaremos a padecer trastornos más graves como es la depresión. Por ese motivo debemos evitar que nuestra tristeza se haga fuerte y resistente. Para ello debemos hacer que se exprese, y salga al exterior. De ese modo la sacaremos de lo más profundo de nuestro interior, y de ese modo lograremos alejarnos de ella.

Cómo ayudar a una persona triste

La persona triste siempre va agradecer que estés a su lado, que le des tu apoyo, y le muestres tu interés. No necesita los reproches, ni mermarle aún más la autoestima con críticas, ni intentar justificar su tristeza. Sólo necesita comprensión y comunicación.

Para ayudar a una persona triste debemos:

  • Comprender y entender su tristeza. Estar a su lado mientras llore y se sienta abatida.
  • Respetar sus tiempos, y su modo de enfrentarse a su tristeza. Cada uno es como es, y lucha a su manera. No debemos atosigar ni obligar a los demás a comportarse como queramos.
  • Escucharla en todo momento. Es importante mostrar nuestro interés. Además, al escuchar podremos averiguar la forma de ayudar a esa persona de una forma más eficiente.

¿Cómo combatir la tristeza?

Para no llegar a desarrollar un cuadro depresivo, es conveniente no dejar que la tristeza se instale cómodamente en nuestro interior. Y para ello deberías:

  • Aléjate del drama. Asume la tristeza como algo temporal, y no le hagas fuerte.
  • Vuelve a experimentar situaciones positivas y placenteras. Ves acotando tu tristeza.
  • Busca estar lo más relajado posible. Estar en un estado positivo no deja que la tristeza se haya fuerte, y vaya reduciendo su intensidad.
  • Haz aquello que te gusta, ya sea caminar, leer, hacer deporte, etc. Toda actividad aleja a la tristeza.
  • Desahógate cuando lo necesites. Llora sin sentir vergüenza. Deja que la tristeza se exprese, y salga de ti.
  • No pierdas la esperanza. La tristeza es una emoción temporal que desaparecerá. Así que no te cierres a la vida. Ten paciencia y mira hacia el futuro.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Las 3 grandes diferencias entre tristeza y depresión

Por Daniel Molina Deja un comentario

diferencias entre tristeza y depresión

Tristeza y depresión

Debemos aprender las diferencias entre tristeza y depresión. Nos pasamos toda la vida intentado rehuir de la tristeza. Creemos que no es normal sentirse triste, y por ello debemos siempre estar al 100%. Pero es algo irreal. La tristeza forma parte de nosotros y de la propia vida. No debemos intentar huir, sino aprender a convivir con ella.

La tristeza es una emoción que surge como una reacción ante situaciones que nos afectan negativamente. Estar triste no es lo mismo que estar deprimido. La creencia popular tiende a mezclar ambos conceptos, pero tenemos que entender la depresión como un trastorno del estado del ánimo.

Por tanto, la tristeza es una emoción momentánea producida por un acontecimiento adverso, y la depresión es una psicopatología, que suele tener un componente genético y que se activa por un estímulo ambiental o externo, como puede ser la pérdida de un ser querido, o un fracaso personal, entre otros ejemplos.

Todos somos susceptibles de sufrir tristeza y depresión. Este hecho nos empuja a saber diferenciar ambos conceptos para buscar la ayuda que necesitamos en cada caso, pues como veremos a continuación, la tristeza y la depresión tienen sus diferencias conceptuales.

Diferencias entre tristeza y Depresión

1-. La Depresión es una psicopatología y la tristeza no.

La primera de las diferencias entre tristeza y depresión, como hemos citado anteriormente, la tristeza es una emoción, y surge cuando estamos expuesto a una situación adversa. Es un hecho natural. Nuestro estado de ánimo tiene sus altibajos. La vida es un conjunto de experiencias y vivencias, y algunas de ellas son negativas, afectándonos en nuestro estado de ánimo.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo. La tristeza sería sólo uno de sus síntomas. Tiene un componente genético que se activa con una experiencia traumáticamente negativa como puede ser las pérdidas personales o los fracasos.

Quien padece depresión también suele sufrir sentimientos de culpa y de angustia, desesperanza y apatía, entre otros síntomas. Es un trastorno incapacitante y grave que no se supera sólo con el paso del tiempo como ocurre con la tristeza, sino que se  necesita un tratamiento profesional.

2-. La tristeza se desaparece con el tiempo. La depresión no.

La depresión se diagnostica después de que se haya padecido los propios síntomas durante al menos seis meses consecutivos. Es un trastorno que no desaparece por si solo, aunque exista periodos en los cuales se puede experimentar una mejoría. Se necesita un tratamiento psicológico, y en algunos casos deben estar combinados con tratamientos farmacológicos.

En cambio, la tristeza suele remitir con el tiempo. Es una emoción pasajera producida por un bache vital concreto. Cuando el problema desaparece, la tristeza lo hace también.  Sus efectos sólo duran unos días, o a veces algunas semanas.

3-. La depresión viene acompañada de una sintomatología grave.

Otra de las diferencias entre tristeza y depresión es que al sentirnos tristes no falta la energía. No tenemos ganas de hacer nada, y esa apatía se apropia de nuestra rutina. Es un cansancio temporal. Aun así seguimos adelante con nuestro día a día, y vamos poco a poco retomando la positividad que habíamos perdido. Pero la depresión viene acompañada con una sintomatología que llega a incapacitarnos por completo. Las tareas cotidianas se hacen un mundo. Somos incapaces de mantener la concentración y tener las energías suficientes para mantener una rutina. Nuestra  vida cotidiana se convierte en un castigo. No somos capaces de disfrutar de cualquier situación o compañía. Y es una sintomatología que no remite con el tiempo, ni por sí misma. Se necesita de ayuda para poder abordarla adecuadamente.

¿Y sí la tristeza no remite?

Durante nuestra vida experimentamos situaciones y vivencias que nos marcan y que generan tristeza. Son situaciones de las cuales salimos de ellas fortalecimos, y con un aprendizaje vital. No podemos rehuir de la tristeza, sino debemos aceptarla como parte de la vida.

Pero a veces esa tristeza no remite y podemos llegar a sentirnos cada vez peor. Es en ese momento cuando debemos plantearnos acudir a un profesional, ya que una tristeza prolongada puede ser un síntoma de depresión. Es una tristeza que no podemos gestionar nosotros mismos, y no debemos mirar hacia otro lado. Tenemos que afrontar la situación para no agravar la sintomatología que estamos sufriendo.

Cuando antes te sometas a la ayuda profesional antes podrás retomar tu vida cotidiana. Lo peor que podemos hacer es dejar que el problema crezca y se vuelva crónico. Aquí no existen atajos. El tratamiento psicológico es la única herramienta eficaz para tratar la depresión.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Distinción entre tristeza y depresión

Por Daniel Molina 1 Comentario

tristeza y depresión

Tristeza y depresión

Coloquialmente utilizamos los términos tristeza y depresión como auténticos sinónimos.  Estar triste no es lo mismo que estar deprimido. La tristeza puede ser un síntoma de la depresión, pero una persona puede sentir tristeza sin padecer una depresión.

¿Qué se puede considerar tristeza?

Consideraríamos tristeza a la respuesta emocional negativa a un infortunio, a la frustración, al dolor o a las situaciones adversas. Sentirse mal anímicamente no significa que se padezca ninguna psicopatología. Cualquier persona puede tener constantes brotes de tristeza debido a la experimentación de situaciones negativas, y no por ello sufre una depresión.

La tristeza es por tanto una respuesta a un hecho externo que nos ha afectado negativamente. Es una emoción que suele manifestarse puntualmente, y suele desaparecer en poco tiempo o verse reducida su intensidad.

¿Qué podemos considerar una depresión?

La depresión por su parte es una enfermedad mental (un trastorno del estado de ánimo, DSM-IV), que suele necesitar ayuda profesional, y en algunos casos más graves, ayuda farmacéutica. Puede que la causa no sea identificable, y puede durar un tiempo muy prolongado.

La depresión puede estar relacionada con aspectos tales como: biológicos, hereditarios, de personalidad y ambientales.

Al sufrir una depresión, la persona se siente profundamente desamparada, sin esperanza y sin energía para enfrentarse a la vida cotidiana.

Diferencias entre tristeza y depresión

-Una de las grandes diferencias entre la tristeza y la depresión, es que la primera suele ser una emoción pasajera, que puede durar desde un instante breve a unos días. En casos depresivos, la duración suele ser prolongado en el tiempo.

-Cuando una persona sufre depresión, ésta no se siente con fuerzas suficientes para afrontar su vida cotidiana, sintiéndose hundida y desesperada. Una persona triste no siente tal grado de desesperanza e incapacitación. Simplemente se siente decaída en momentos puntuales de su vida, y siempre bajo una causa justificada.

-Tenemos que entender que la tristeza puede ser un síntoma de la depresión pero tener sólo un síntoma no implica tener una enfermedad, es necesario que se den cinco o más de los síntomas que os presentamos a continuación para que una persona pueda ser diagnosticada de depresión:

  • La persona sufre un estado de tristeza la mayor parte del día o casi todos los días durante al menos un período de dos semanas.
  • Disminución del interés o la capacidad de placer por todas o casi todas las actividades. Lo que ante le gustaba ahora ni le motiva casi cada día.
  • Pérdida de peso sin hacer régimen, pérdida de apetito casi cada día. O todo lo contrario mayor ingesta calórica y aumento de peso casi cada día.
  • Insomnio, apenas dormir o todo lo contrario hipersomnia aumento de la horas de sueño o incluso no querer levantarse de la cama casi cada día.
  • Agitación o todo lo contrario enlentecimiento psicomotores casi cada día.
  • Sentimientos de culpa, desazón, ideas irracionales casi cada día.
  • Fatiga, cansancio pérdida de energía a diario.
  • Disminución de la capacidad de concentración, de atención y de decisión a diario.
  • Pensamientos o ideas recurrentes sobre la muerte, ideas suicidas.

En resumen, la depresión es una enfermedad o una patología psicológica, mientras que la tristeza es una alteración negativa del estado de ánimo.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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