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superar dependencia emocional ex pareja

Ser emocionalmente dependiente

Por Daniel Molina 2 Comentarios

ser emocionalmente dependiente

¿Eres emocionalmente dependiente?

Ser emocionalmente dependiente es un modo de ser. Todos arrastramos carencias y anhelos, es parte del desarrollo del ser humano. Normalmente al hacernos mayores, logramos saber cómo gestionar todo aquello que nos ha dañado o las carencias que hemos sufrido. Pero existen personas que son incapaces de superar ese dolor, y buscan en los demás el modo de compensar aquello que no tienen. De ese modo, buscarán la atención que necesitan de las personas que le rodean.

La dependencia nace de la necesidad, nunca del amor. Ser emocionalmente dependiente significa que dejamos a un lado todo aquello que somos, para ser aquello que quieren los demás. A cambio obtendrán todo la atención que necesitan en cada momento. Son personas que buscarán a su vez a personas dominantes, para que tomen las riendas de la relación. Serán relaciones basadas en el sometimiento, y en la búsqueda de recompensas emocionales a cambio de comportamiento tóxicos y dañinos. Son relaciones totalmente enfermizas donde ambas partes obtienen aquello que más anhelan.

Las personas dependientes son capaces de sucumbir a las necesidades de los demás, antes que mirar por las suyas propias. Necesitan la atención que tanto han necesitado a lo largo de su vida, y se unirán a personas que se la aporten. A cambio serán capaces de lo que sea, por tener a esas personas a su lado. Las necesitará siempre. Al final, para las personas emocionalmente dependientes utiliza a los demás como simples objetos capaces de obtener de ellos la atención y el cariño que tanto necesitan.

Pero ser emocionalmente dependientes significa pagar un gran precio, ya que la persona debe abandonarse para contentar a los demás, y cubrir sus necesidades emocionales mediante atenciones. Ese comportamiento es muy nocivo a nivel psicológico. Las personas dependientes suelen sufrir estados de ánimo bajo, una autoestima baja, y cuadros de ansiedad debido al miedo que padecen constantemente. Porque el miedo al abandono, a la soledad, y al desamor, suelen estar muy presentes en este tipo de personalidades. Además, necesitan tenerlo todo bajo control, pero sabemos que la vida al final nos lleva por distintos caminos, y ello les genera un gran nivel de estrés, que llega a traducirse en el padecimiento de los temidos ataques de pánico.

La dependencia emocional también empuja a la persona que la padece, a mantener relaciones totalmente tóxicas, ya sean éstas a nivel afectivo, de amistad, familiar, o laboral. Al ser personas con una baja autoestima, y necesitadas de atención y afecto, estarán siempre dispuestas a todo por conseguir aquello que necesitan. Por tanto, no es extraño que las personas emocionalmente dependientes soporten relaciones basadas en el maltrato, en las agresiones e insultos. Serán capaces de soportar cualquier trato con tal de que al final puedas tener todo aquello que anhelas y necesitan a nivel emocional.

La ansiedad y ser emocionalmente dependiente

La dependencia genera un gran estrés a la persona que la sufre. Son personas que necesitan tenerlo todo bajo control. Ello les alivia y evita que caigan presos de sus miedos. Intentarán controlar a aquellas situaciones y personas que temen perder. Lo harán a toda costa, y tenga el precio emocional que tenga. Pero como todos sabemos, no se puede controlar todo, y ello lleva a sufrir a las personas emocionalmente dependientes, un gran nivel de ansiedad.

Ser emocionalmente dependiente, está estrechamente relacionado con la ansiedad, ya que interceden en todo momento los miedos más profundos. Todo ello les lleva a padecer serios episodios ansiosos, y sufrir los temidos ataques de ansiedad.

¿Ser dependientes nos hace victimas?

Si dejamos que el miedo nos domine, y domine nuestras vidas, dejamos a un lado todo aquello que somos y que podemos ser, para someternos a la voluntad de aquello que tememos. Verdaderamente atentamos contra nosotros mismos cuando nos dejamos a un lado para contentar a los demás, y obtener de esas personas las atenciones que tanto necesitamos.

La persona que llega a identificar su dependencia, logra darse cuenta de todo lo que ha renunciado por cubrir sus carencias emocionales, además de sufrir ciertas alteraciones psicológicas como la depresión, la autoestima, o la baja autoestima. El miedo nos hace dependientes, y perdemos el control de nuestras vidas.

También decir que la dependencia nos hace vulnerables, pudiendo caer en manos de manipuladores emocionales que se aprovechen de nuestras necesidades y carencias, para conseguir todo aquello que quieren. Depender de otra persona nos hace esclavos de sus exigencias, y eso al final nos hará daño.

Ser emocionalmente dependiente nos empuja a una vida totalmente subyugada a los caprichos y voluntades de los demás. Esa vulnerabilidad hace que personas sin compasión se pueden aprovechar de esa debilidad, para conseguir todo aquello que quieren. La dependencia hace que nos alejemos de nosotros mismos.

Causas de la dependencia emocional

La dependencia emocional no es un rasgo de la personalidad que aparece sin más. Aparece por un desarrollo afectivo anormal. Es decir, la persona que es dependiente, es debido a ciertas carencias afectivas que sus seres más cercanos no han sabido trasmitirle, o ella misma no ha sabido gestionar, y ha desarrollado una necesidad imperiosa por ser atendida y cuidada por los demás. Estando siempre a disposición de hacer lo que sea por conseguir las atenciones que tanto anhela.

Las personas emocionalmente dependientes son personas heridas. Quizás nadie les ha atendido y les sabido dar el afecto que tanto necesitaba, y necesita. Eso les lleva a sufrir constantemente, buscando cubrir sus necesidades emocionales. Ello les empuja a empezar y mantener relaciones totalmente tóxicas y dañinas. Ello sólo les aporta más dolor y sufrimiento. Es un círculo vicioso difícil de romper.

Normalmente las personas dependientes, suelen provenir de círculos familiares tóxicos, donde cada uno va a la suya, y no existen lazos afectivos fuertes y sanos. Dentro de estas familias se suele emplear la manipulación y el chantaje emocional para someter a las personas más vulnerables dentro de la familiar. Esa manipulación puede darse entre uno de los progenitores o los dos, hacia sus hijos. Al final éstos acaban siendo un objeto necesario para conseguir aquello que los padres quieren, dejando a un lado las necesidades de los hijos. Ello crea a adultos totalmente dependientes en el plano emocional y afectivo.

Cierto es que todos tenemos nuestra propia historia. Todos tenemos carencias de algún tipo, pero con el paso del tiempo, y con la madurez que otorgan los años, solemos aprender de ello, y afrontamos todo ello lo mejor que podemos. Pero existen personas que no logran superar esas heridas, y éstas les marcarán para toda la vida. Por ese motivo, es necesario ayuda profesional en estos casos.

La dependencia familiar

Como ya he apuntado, la mayoría de las personas dependientes a nivel emocional, suelen proceder de familias totalmente tóxicas, donde se fomentan relaciones donde unos someten a voluntad a los otros. Normalmente suele producirse por parte de los padres, o al menos uno de ellos, hacia los hijos. La persona más fuerte somete a las más vulnerables en estos casos. Y para ello se emplea la manipulación, el abuso, y la violencia si es preciso.

Los progenitores tóxicos que ejercen el poder de la manipulación con las herramientas, que les concede su edad, suelen someter a sus propios hijos para poderlos manejar a su antojo.  Son relaciones basadas en el interés, dejando a un lado las necesidades afectivas y personales de los hijos. Ello crea a futuros adultos emocionalmente heridos, que repetirán esos patrones de conducta, dejándose manipular y utilizar si luego consiguen la atención afectiva que tanto necesitan.

Decir que es un modo de proceder que es aprendido. Los padres manipuladores lo son porque han aprendido a serlo de sus propios padres, y sus hijos pueden heredar ese modo de comportarse con los demás, o al contrario, volverse personas emocionalmente dependientes y sumisas. Sea como sea, esta clase de padres genera tal daño a sus hijos, que éstos sufrirán las secuelas de por vida.

Destruir a los hijos atenta contra toda ley natural. Los padres manipuladores son tan egoístas que no les importan infligir tal daño emocional a sus hijos, con tal de que ellos consigan aquello que quieren. Sus caprichos y su egoísmo generan en sus hijos heridas tan profundas en el alma, que éstas condicionarán por siempre su vida, y el modo de relacionarse con los demás.

La dependencia afectiva

Quien arrastra ciertas carencias afectivas, buscará a alguien que pueda cubrirlas. Los miedos y la falta de atención hacen que las personas dependientes estén constantemente buscando a personas que le aporten todo aquello que necesita, aunque para ello tenga que pagar un precio muy alto, ya que son personas totalmente vulnerables, que pueden ser el blanco perfecto para los depredadores emocionales. Esa clase de uniones se complementan en toxicidad. La persona dependiente busca atención y la persona manipuladora tiene a su víctima perfecta.

Ser emocionalmente dependiente hace que la persona confunda el amor con la necesidad. La necesidad de recibir atenciones, sumado al miedo al rechazo, convierte a cualquier persona en alguien totalmente dependiente de los demás. Quien es dependiente al fin y al cabo es una persona herida que sufre, y que siempre lo hará al menos que no cambie, ya que es la victima perfecta de las personas que se aprovechan de otras, debido a su vulnerabilidad emocional.

¿Y si dependen de ti?

A veces, debido a nuestro carácter, alguna persona dependiente aparece en nuestras vidas. Es fácil distinguirlas, ya que sus creencias y falta de seguridad hará que su comportamiento se base en la búsqueda de atenciones por parte de los demás, y la busca de confirmación. Son relaciones tóxicas que acabará dañando a ambas partes, por ese motivo debemos estar alerta ante este tipo de personalidades, y establecer unos límites desde el principio.

Como ya he dicho, una persona emocionalmente dependiente, es fácilmente identificable. Normalmente lo consultan todo. Consultan qué hacer, cómo hacerlo, y cuando hacerlo. Y tú debes darle esa respuesta que tanto necesita. Eso consume mucha energía, y puede acabar con nuestra paciencia.

Además, buscarán siempre la confirmación de los demás. No darán ni un paso sin que los demás le confirmen que es lo correcto. Es debido a su falta de seguridad, y es por ello, que son fácilmente manipulables. Son las victimas perfectas para cualquier manipulador o chantajista emocional.

Toda relación de dependencia acaba por romperse. Es totalmente agotador mantener una relación tan tóxica durante mucho tiempo. Por eso, este tipo de relaciones las buscas y mantienen, ese tipo de personas que necesitan tener a una persona que dependa directamente de él. Así que según que perfiles, basados en la manipulación y la necesidad, puede buscar personas con estas carencias emocionales, para poder ejercer su control. Se inicia así una relación de codependencia.

Cómo dejar de ser emocionalmente dependiente

Ser emocionalmente dependiente es totalmente dañino y destructivo. Por ello, si sufrimos cualquier tipo de dependencia, debemos tratarla adecuadamente. Será necesario ayuda profesional, y todo el apoyo que podamos reunir.

Es muy importante tratar todas nuestras carencias personales y afectivas, y de ese modo, cerrar todas nuestras heridas emocionales. Podemos así, mejorar nuestra autoestima, y aumentan nuestra autonomía.

La dependencia es tratable, y dicho tratamiento debe estar encaminado a cambiar el modo de afrontar la vida, así como el cambio de comportamiento y de forma de pensar. Para conseguir esos objetivos se necesita las estrategias que puede aportar la ayuda psicológica. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Las trampas de la Dependencia Emocional

Por Daniel Molina Deja un comentario

trampas de la dependencia emocional

Las trampas de la dependencia emocional

Una de las trampas de la dependencia emocional más comunes, es la resistencia al cambio. Es decir, a abandonar el tipo de vida basado en la necesidad, y de ese modo, volver a ser personas emocionalmente independientes. No podemos dependen der eternamente de los demás, y debemos reconciliarnos con nosotros mismos. Para poder dejar de ser personas emocionalmente dependientes, tenemos que dejar atrás esa necesidad y el miedo a quedarnos solos.  

Debemos tener en cuenta que la dependencia emocional nace por un apego patológico e insano hacia los demás.  Normalmente, la dependencia se centra en una sola persona, pero lo cierto es que es una forma de relacionarse, que la persona ha ejecutado a lo largo de su existencia.

Otra de las trampas de la dependencia emocional que tenemos que tener en cuenta, son los sentimientos. Las relaciones basadas en la dependencia se alejan del amor, es una necesidad promovida por las carencias emocionales de las personas que la padecen. Normalmente, este tipo de dependencias se producen dentro de las parejas, en las que uno de los miembros que la conforman, suelen idealizar a la otra persona, creyendo que, su propia felicidad depende de la continuidad de la relación, y de la presencia de su pareja. Por otro lado, la dependencia emocional actúa como un pañuelo que nos ciega, y que nos permiten prolongar la situación de dependencia en la cual nos podemos encontrar cómodos, pero es una de las trampas de la dependencia emocional más incisiva, que llegará a destruirnos lentamente.

La persona dependiente desde la infancia, ha desarrollado una forma de relacionarse basado en la dependencia y en el miedo. Es un modo de ser y de comportarse, destinado a aliviar el miedo al rechazo, y a quedarse solo. Esos miedos, son los que nos empujan a apoyarnos a toda costa en los demás. Y buscaremos cualquier tipo de motivos para prolongar ese tipo de relaciones de necesidad, donde vemos saciadas nuestras carencias afectivas y emocionales.

Quien caiga en las trampas de la dependencia emocional, llegará a ningunearse a si mismo, y a no creerse lo suficientemente fuerte emocionalmente, como para ser lo suficientemente autónomos, y necesitarán siempre, sentirse arropados por los demás. Este tipo de necesidad, les lleva a buscar a personas que les ayude a cubrir ese vacío del cual emana su miedo a la soledad.

Las parejas de las personas emocionalmente dependientes, pueden llegar a faltarles el respeto, a serles infieles, a tratarles mal, sin embargo, se verán incapaces de romper esos lazos tan tóxicos. Es un dolor que puede aplacar las carencias afectivas, es por ello que pueden dejar que les dañen con tal de no quedarse solas, porque la soledad les aterra. De ese modo, no serán capaces por si mismos a dar el paso, ni cambiarán su actitud de dependencia, y buscarán cualquier tipo de motivos para mantener las relaciones que tanto necesitan, aunque sean totalmente tóxicas. Son las trampas de la dependencia emocional.

Hasta que la persona dependiente no logre identificar qué tipo de carencias sufre, y porqué lleva la vida que lleva, no buscará ayuda profesional. Mientras que ello no pase, la persona creará mil motivos, para seguir aferrados a la persona que tanto daño les hace.

Principales trampas emocionales

Respecto a la dependencia emocional, las trampas que nacen de éstas pueden ser tantas como personas dependientes existan. Es decir, cada persona puede crear sus propias trampas emocionales que más se amolden a sus necesidades personales. En este sentido, existen tantas verbalizaciones tóxicas y dañinas para justificar la propia dependencia, que sería imposible describirlas todas. Por ese motivo, en este artículo, se describirán las más comunes. Y éstas son:

  • Creer que todo puede cambiar. Esta es una de las trampas de la dependencia emocional más comunes y clásicas. Para poder dejar de pensar que la persona que tenemos al lado, no es ni de lejos, la persona adecuada para nosotros, nos decimos que cambiará, que quizás necesite tiempo para darse cuenta de lo que valemos, y todo lo que la aportamos. Pero como ya sabemos, eso es una trampa, porque una persona no cambiará porque si. Dándole la espalda a la realidad, lo único que conseguimos es prolongar nuestro sufrimiento, y hacer más grande nuestras heridas. Es mucho más sano, asumir que la otra persona no cambiará, y que la aceptamos tal y como es, o seguir nuestro camino sin ella. Al final se trata de una decisión, y ésta puede cambiarlo todo.
  • Creer que es una relación de amor. A veces llegamos a la conclusión, que en el amor, todo vale. Creemos que el amor justifica todo, aunque nos llegue a doler. Pero el amor jamás puede subyugarse al dolor, porque sí es así, éste carece de todo sentido. La persona emocionalmente dependiente, quizás logre justificar los golpes, pero no podrá esconder el dolor. Porque aguantar la manipulación, las faltas de respeto, y los ninguneos, no justifica ningún amor. Ello es propio de la necesidad.
  • No tener en cuenta todos los malos momentos. Todas y cada una de las parejas tiene momentos muy buenos, y otros que no lo son tanto. Es una realidad. La principal cuestión es plantease si los momentos malos superan en frecuencia e intensidad, a todos los buenos momentos dentro de la pareja. Si existen los desprecios, las humillaciones, y las discusiones, ello solapa todo lo positivo que pueda proporcionarte tu relación de pareja. En esos momentos es necesarios plantearse si continuar con esa relación tóxica, o no.
  • Creer que debemos esperar a los cambios. Es una de las trampas de la dependencia emocional perfectas para no poner fin a una relación. Va muy unida a la afirmación de “algún día tiene que cambiar”. Es una trampa emocional que parte del deseo de que las cosas vayan bien, haciendo que nos anclemos en la ilusión de un futuro mejor que tiene que llegar. Por ese motivo se crea la falta necesidad de esperar, ya que desprenderse de la persona a la cual dependemos emocionalmente, es terriblemente costoso emocional y psicológicamente. Quizás puede que la pareja haya hecho algunos cambios, pero al final quien es como es, siempre volverá a su esencia. No podemos huir de todo aquello que somos. Por ese motivo, debemos tomar las decisiones que más nos beneficien emocionalmente. SI dependemos de una persona, y eso nos hace daño, debemos poner fin a esa clase de relación tóxica, y efectuar el correspondiente duelo.
  • Ser incapaz de tomar una decisión. El momento para dejar una relación, sea del tipo que sea, nunca es el idóneo, al igual que no existe una forma perfecta para romper con nuestra pareja. La clave está en hacerlo cuanto antes mejor. No debemos esperar el momento perfecto, porque siempre encontraremos un buen motivo para prolongar la ruptura. Este tipo de asuntos hay que tratarlos de forma directa y sin titubeos. Claro está que tenemos que evitar hacer daño a la otra persona, pero con una comunicación asertiva, podremos afrontar una ruptura de un modo más constructivo. Debemos pensar si las trampas de la dependencia emocional, son realmente motivos verdaderos para postergar tu deseo de seguir con tu camino, y dejar atrás esas relaciones que tanto te dañan.

Dejar atrás la dependencia emocional

Desprenderse de todas aquellas trampas emocional que prolongan nuestra dependencia jamás es sencillo. Son muchas las ataduras emocionales que tenemos. Dejarlas atrás supone un enorme paso, lleno de incertidumbre y miedo. Pero no podemos vivir para siempre subyugados a los demás. Tenemos que tener en cuenta nuestras necesidades, sueños y metas. Nos tenemos que cuidar más de lo que lo hacemos. Para ello es importante centrarnos en nosotros. Es importante fomentar una buena autoestima.

Relacionarnos con los demás está muy bien, pero aun es más importante, relacionarnos con nosotros mismos. SI nos queremos y nos aceptamos, los demás también lo hará. Realmente somos quien enseñamos a los demás a cómo tratarnos. Si nos tratamos con amor y respeto, los demás también lo harán.

No contemples una relación como un regalo, sino como una fuente de mejora personal, y como método para compartir un camino común con otra persona. Una relación sana no se basa en ceder y en contentar a la otra persona, sino en compartir libremente. Quizás sea hora de replantearte tu modo de relacionarte con los demás, y contigo mismo. ¡Adelante!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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La Dependencia Emocional. ¿Qué es?

Por Daniel Molina Deja un comentario

la dependencia emocional

Desde siempre han existido personas que han tenido la necesidad de atarse emocionalmente a otra persona. No es un mal de hoy en día. Las personas interiormente vulnerables siempre han estado presente y han sido víctimas de su baja autoestima. Y han utilizado cualquier herramienta de manipulación para conseguir de las otras personas aquello que querían. En este artículo describiremos las características más funndamentales de la dependencia emocional, para así comprenderla.

Gracias a las nuevas perspectivas de la psicología respecto a los propios apegos emocionales, hemos conseguido entender la complejidad de la dependencia emocional, sus consecuencias en la salud psíquica de quien la padece, y cómo podemos abordarla terapéuticamente.

¿Qué es la Dependencia Emocional?

Tenemos que entender la dependencia emocional como una necesidad interior por estar al lado de una persona o conjunto de personas. Se basa en refuerzos positivos que acaban generando en una dependencia psicológica. Es decir, la persona dependiente sólo se siente bien y segura cuando está al lado de determinada persona. Necesitan esa seguridad, y el propio apego actúa como una droga para ellos. Necesita sentirse completos al lado de alguien.

Características de la dependencia emocional

La dependencia emocional tiene una doble cara al igual que una moneda. Por un lado encontramos la necesidad de tener a la persona amada a nuestro lado, y por el otro el sufrimiento de no sentirse seguros ni completos por ellos mismos

A continuación describiremos las principales características de la dependencia emocional:

  • Aunque la relación sea tóxica y dolorosa, la persona dependiente jamás será capaz de poner fin a la relación.
  • La existencia de la manipulación. La persona dependiente evitará por todos los medios ser abandonado por la otra persona. Y para ello utilizará todas las herramientas psicológicas y manipulativas a su alcance. Ello favorece a su vez la aparición de celos, desconfianzas y chantajes.
  • Dentro de la dependencia emocional se dan conductas exageradas de sobreprotección hacia la persona amada. El centro de la vida para la persona dependiente es la persona por la cual siente ese apego tóxico, y lo demás será secundario, pudiendo dejar a un lado a familiares y amigos.
  • En toda relación de dependencia existen dos perfiles. Por un lado está la persona dependiente, que su miedo a ser abandonado y su baja autoestima le empujarán a una relación toxica en manos de la otra persona. Y la existencia de otra persona capaz de dejarse avasallar con los cuidados y las atenciones patológicas que le proporciona la persona dependiente. Ambos perfiles se unen para generar una relación nociva y dañina pero que ambos necesitan.
  • La dependencia es difícil de detectar, más aun para las personas que la sufren, y cuando se intenta abordar terapéuticamente ya el daño es grande y difícilmente tratable.

Posibles causas de la Dependencia emocional

La principal causa que podemos encontrar para explicar cómo una persona se convierte en emocionalmente dependiente, es una baja autoestima. El hecho de valorarse siempre a la baja, y de quererse aún menos, está la clave para entender el origen de dicha necesidad de sentirse querido y protegido.

La dependencia emocional genera en el individuo un deseo irrefrenable de sentirse querido, aunque sea un amor tóxico basado en la manipulación y la necesidad. Hablamos de manipulación porque en una relación basada en la dependencia emocional, siempre habrá una persona que intenta por todos los medios recibir la atención de los demás, y otra persona que necesita someter a los demás para conseguir todo lo que quiere.

Decir que esta clase de relaciones tóxicas no sólo se dan en el ámbito sentimental o de pareja, sino en cualquier tipo de relación ya sea familiar, social o laboral. Siempre existirán estas dos clases de perfiles que se buscarán para establecer una relación a medida, pero igualmente nociva.

Son relaciones tan basadas en la necesidad, que cuando se rompen se produce un síndrome de abstinencia igual que la persona que deja de consumir una sustancia tóxica o droga. Para no llegar a esos extremos es fundamental siempre buscar ayuda psicológica que pueda guiar a los dos tipos de perfiles que puedes conformar una relación de dependencia, ya que los daños emocionales y psicológicos suelen ser muy graves.

Perfil del dependiente emocional

Como ya hemos dicho, el dependiente emocional tiene una autoestima baja. No es capaz de valorarse ni de quererse. Por tanto buscará siempre la aceptación y la afectividad de los demás. El sentirse una persona querida llega a ser una droga para este tipo de perfiles, y para alcanzar esa afectividad enfermiza será capaz de todo, incluso de someterse a la voluntad de los demás.

Son personas que una vez tengan a su lado a la persona que te proporciona ese supuesto apego emocional, le tratará como una prioridad, dejando a un lado a las demás personas, e incluso los demás aspectos de su vida.

Siempre querrán una constante atención de la persona a la cual se apegan emocionalmente. SI no es así, nacerá en ellas emociones tan negativas y nefastas como los celos, la angustia y la ira. Por tanto necesitarán controlar en todo momento a la otra persona para tenerla a su lado.

Una persona afectivamente dependiente siempre querrá a la persona objeto de su deseo en exclusividad. Siempre lo querrá para ella, y no dudará en intentar aislarla de los demás para tener toda su atención. No quiere compartir a esa persona que considera su propiedad.

Otra de las cosas que genera la dependencia emocional es idealizar a la persona querida. Sienten que son personas muy valiosas, y que le aportan la luz y la seguridad que al dependiente le falta. Por ese motivo  vanaglorian a la otra persona, y ellas a su vez se sienten inferiores.

Son personas que no dudan en someterse a la persona querida con tal de que éstas no las abandonen. Toman un papel sumiso para que la otra persona pueda sentirse por encima. Ello es debido al pánico al abandono que sufren. La soledad les aterra.

Cuando están solas siempre buscarán una persona con un tipo de perfil determinado a la hora de establecer una nueva relación. Suelen buscar personas que sufran cualquier trastorno o problemas que les haga vulnerables, y sientan la necesidad de tener una relación de exclusividad mutua. Intentan siempre buscar personas que se asemejen a ellas, y tengan la misma necesidad de sentirse querido.

Normalmente se trata de personas con un amplio historial de relaciones sentimentales rotas, ya que como sabemos, toda relación tóxica y basada en la necesidad afectiva acaba por romperse en mil pedazos.

El dependiente emocional siempre busca ser valorado por los demás, y para hará todo lo posible por agradar, aunque ello suponga mantener un papel sumiso y dócil, que intenta solventar las necesidades de los demás.

Si al final su relación se rompe. Las personas dependientes sufren un auténtico síndrome de abstinencia, como si fueran consumidores de sustancias tóxicas. Su necesidad por sentirse queridos y amados actúa como una droga para ellos. Una vez les falte esa afectividad tóxica generará en ellos multitud de trastornos como un aumento de su ansiedad, o una afectación de su estado de ánimo.

Cómo vencer la dependencia emocional

  • Busca la raíz de la problemática. Para ello debemos ser sinceros con nosotros mismos, y poner todo nuestro esfuerzo en buscar ayuda profesional que nos empuje a buscar la causa de nuestra dependencia emocional. Puede que tengas un miedo patológico a la soledad. Quizás tu autoestima sea tu peor enemiga. Sólo podrás afrontar tu dependencia si sabes su causa.
  • Vuelve a encontrarte con la soledad. Debes aprender de nuevo a encontrar un espacio y un tiempo sólo para ti. Tienes que volver a disfrutar de tu compañía y de todo aquello que te gustaba hacer. Vuelve a ser una persona autónoma.
  • Sé consciente de tus emociones negativas. Como sabrás, una persona dependiente sufre en exceso. Siente celos, impotencia y frustración. Tiene miedos que la paralizan. También llega a sentir ira y rabia. Todas emociones negativas deben ser expresadas. De ese modo podrás liberarte de ellas. Con la ayuda adecuada puedes aprender a gestionar esas emociones tan negativas.
  • Perdónate. Nadie quiere acabar siendo dependiente de nadie ni de nada. Así que no te fustigues ni te juzgues de modo severo. Es hora de buscar soluciones y el modo de afrontar todo lo que te pasa. No te centres en los problemas sino en las soluciones.
  • Comunícate con los demás. Es bueno que las personas que te rodean sepan que te pasa. De ese modo sabrán cómo pueden ayudarte. Así que apuesta por la comunicación. Confía en ti y en los demás.
  • Busca la ayuda de un psicólogo. La dependencia emocional hace mucho daño tanto a las personas que la sufren, como a las personas que se ven involucradas. Por ese motivo es esencial que puedas acceder a una terapia que te aporte las herramientas necesarias para afrontar tu dependencia, y a gestionar todas las emociones negativas que experimentes durante el proceso de recuperación.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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Dependiente emocional ¿cómo son?

Por Daniel Molina Deja un comentario

dependiente emocional

Dependiente emocional

Antes de saber si somos una persona dependiente emocional debemos saber el significado real de la Dependencia Emocional. Es un concepto popularmente conocido, pero poco tratado en profundidad.

Aunque sea natural que siempre exista algún tipo de dependencia emocional en  nuestras relaciones, pero cuando la persona se encuentra atrapada en la necesidad de necesitar a la otra persona emocionalmente, estamos ante un problema, y en este punto surge la denominada dependencia emocional.

El dependiente emocional presenta un patrón tóxico de necesidad general y excesiva. De igual modo presentan un profundo temor a la pérdida de la persona amada, la soledad y el abandono.

Las dependencias emocionales casi siempre se dan dentro del núcleo familiar o de amistad, así como de las relaciones amorosas especialmente. Para este tipo de personalidades el amor es control. No soportan no poder controlar a sus parejas, y por ello son incapaces de tener un amor basado en el respeto mutuo. Es un amor insano y poco constructivo.

Quienes presentan este tipo de dependencia generalmente tiene un comportamiento sumiso respeto a la otra persona. Estas conductas tan forzadas al final acaban por derivar en el padecimiento de diversos trastornos como los ataques de pánico, trastornos de ansiedad, depresión, etc.

Características del dependiente emocional

  • Necesidad de complacer a los demás. Las personas dependientes tienden a sacrificar sus necesidades para poder atender primero a su pareja o a la persona de la cual se siente dependiente.
  • No expresan nunca sus preferencias. Son personas que se someten a los demás. Su dependencia les obliga a ello. Por ello son incapaces de verbalizar sus necesidades y anhelos. Llegan a pensar que al expresar sus opiniones pueden dañar a los demás, y se puede arriesgar a perder a la persona querida.
  • Comunicación disfuncional. Este tipo de personalidades son incapaces de comunicar sus pensamientos, ideas y anhelos. Su miedo a decir la verdad es extremo, ya que no quieren herir no molestar a la otra persona. Su esquema comunicativo se vuelve rígido, poco honesto, y confuso, ya que no quiere defraudar a la persona que tiene delante.
  • Autoestima Baja. Su autoestima siempre estará subordinada a la aprobación de los demás. Su preocupación por los demás y por lo que piensan respecto a ellos, que se someten de un modo enfermizo.
  • Miedo al rechazo y al abandono. Son personas que no saben gestionar la soledad. Sienten una profunda tristeza y un gran sentimiento de culpa cuando se sientes solas. Necesitan estar con más personas con tal de bajar su nivel de ansiedad.
  • Negación. Son incapaces de jugar a los demás, y si encuentran defectos, o rasgos problemáticos en sus parejas o relaciones, les quita importancia o los niegan simplemente.
  • Intentan cambiar a los demás. Suelen tener la esperanza de cambiar los aspectos negativos de la persona que aman. Pero siempre suelen ser sutiles. Si no lo consiguen simplemente miraran hacia otro lado.
  • Incapaces de poner límites. A menudo, las personas emocionalmente dependientes, se sienten responsables de los sentimientos y problemas de los demás. Se muestran excesivamente empáticos. Al no tener unos límites de responsabilidad marcados, llegan a absorber las emociones de las personas que les rodea, haciéndose responsables de ellas.
  • Mantienen relaciones tóxicas. Su dependencia emocional les lleva siempre a tener relaciones insanas y poco maduras. Aunque sepa que la otra persona es igual de tóxica que ella, son capaces de aferrarse a esa relación antes de estar solos. Su mente les dicta la idea irreal de infelicidad si se alejan de esa persona.
  • Sus niveles de ansiedad sólo bajan si son capaces de controlar a los demás. Si tienen todo bajo control podrán seguir con su vida, pero si ocurre algo que escapa de su control hará que su ansiedad aumente hacia un estado patológico. Necesidad la tranquilidad que les proporciona tener todo bajo control.
  • Tienen obsesiones. Las personas dependientes emocionales, tienden a pensar mucho, hasta llegar a la obsesión. Suelen obsesionarse con otras personas y con los errores cometidos.

Existe la idea generalizada y equivocada de que estar enamorado significa sufrir. Si alguien piensa así es porque no conoce otro tipo de relaciones más sanas y constructivas. Si llegamos a percibir que hemos perdido nuestra individualidad, nos encontramos socialmente aislados, y estamos obsesionados con nuestra pareja, ente otras cosas, es entonces cuando debemos plantearnos buscar ayuda profesional.  Recuerda que pedir ayuda es siempre un comportamiento valiente.

4 pasos para dejar de ser un dependiente emocional

Superar la dependencia emocional siempre es posible. Una vez somos conscientes de que estamos sufriendo tal dependencia, debemos tomar la firme decisión de cambiar. Nuestro objetivo debe ser mejorar nuestra autoestima y mejorar nuestra calidad de vida. Las personas que sufren un apego patológico no disfrutan de su vida ni de las relaciones. Pierden su individualidad, y dejan de ser aquello que son. Pierden su esencia sometiéndose a otra persona, y a sus voluntades.

Estadísticamente existe un porcentaje mayor de mujer que de hombres que sufren este tipo de problemática. Aunque lo cierto es que el porcentaje de hombres que acuden a la ayuda profesional es muy inferior que la población femenina, ya que sienten una gran vergüenza hacerlo.

Entre los pasos para dejar de ser dependiente emocional están:

1-.Reconocer que tenemos un problema.

La clave para superar cualquier problemática es reconocerla y aceptar lo que estamos sufriendo. Sólo así haremos lo necesario para buscar todas las soluciones posibles.

Por ese motivo debemos analizar nuestras relaciones. No sólo existen relaciones de dependencia dentro de una relación sentimental, sino que también se pueden dar en relaciones de amistad, de trabajo, en familia, y con personas de nuestro entorno más cercano. Es una problemática que se puede establecer en cualquier ámbito.

Qué decir que a todos nos gusta tener a alguien especial a nuestro lado. Lo que marca la diferencia de una persona dependiente a una que no lo es, es que cuando la persona que no sufre una dependencia emocional cuando está en soledad, puede tener momentos de melancolía, pero ello no le impide seguir disfrutando de todas las demás facetas de su vida. La persona dependiente emocional necesita de otra persona para ser feliz y disfrutar de su vida.

2-. Hacer un listado de todas las cosas que nos perjudican.

Una vez que el problema ha sido reconocido, y tenemos la firma decisión de dejar de ser dependiente emocional, debemos realizar un listado de todas esas cosas que hemos llegado a hacer por alguien y que nos han hecho daño a la vez. Debemos ser conscientes de que al ser dependientes se deja a un lado el bienestar personal, ya que se prefiere contentar a la otra persona que cubrir nuestras necesidades.

Debes analizar que te hizo daño. Que te perjudicó y no te dejó avanzar. Quizás sean conductas y actos tuyos. Quizá sean por parte de la otra persona. Etc. Apunta todo lo que creas que te ha llevado a sufrir.

Es fundamental que seas plenamente consciente del sufrimiento que has padecido por der una persona dependiente emocional. Reflexionar acerca de lo nocivo de tus relaciones, y tus conductas. Ello te ayudará a superar tus dependencias emocionales.

3-. Refuerza tu Autoestima.

La autoestima baja es el factor primordial de la dependencia. Una persona con una autoestima baja siempre tenderá a intentar contentar a los demás con tal de ser aceptado y querido. Es urgente tratar la autoestima de la persona con tal de que supere sus dependencias. Estos tratamientos deben estar proporcionados por un profesional.

4-. Aprende a convivir con la soledad.

El amor sano siempre llega cuando estamos bien con nosotros mismos. Por ese motivo debemos aprender a estar en soledad y a disfrutar de ella. No podemos tener una relación sana y constructiva si somos incapaces de desarrollarnos en solos.

A todas las personas le gustaría tener una pareja con quien compartir su vida y sus objetivos vitales. Pero una cosa es “necesitar” y otra bien distinta es “desear”. La necesidad sólo trae dependencia. Si uno no se quiere a si mismo no puede querer a los demás.

Debemos aprender a disfrutar de las demás facetas de nuestra vida. Es decir de aquellas sin pareja. Como por ejemplo, cuidad de nuestras aficiones, hacer nuevas amistades, viajar, etc. Pero por encima de todo debemos aprender a cuidarnos y querernos.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

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