• Skip to main content

Psicólogo Emocional Online - Psicología Online

Psicología Online

  • Cómo funciona
  • Áreas de mejora
  • Quién soy
  • Precios
  • Blog
  • Contactar
  • Acceder

zona de confort

Ser flexible

Por Daniel Molina Deja un comentario

ser flexible

Ser flexible para no quebrarnos

Ser flexible es fundamental para poder adaptarnos a los cambios. Es la actitud necesaria. Por el contrario, si nuestra mente es rígida, trasformará los cambios en grandes obstáculos difíciles de superar. La persona que emplea la resistencia ante el cambio acabará por romperse emocional y mentalmente.

Podemos ver la importancia de ser flexible en el siguiente cuento:

“Después de una gran tormenta, un gran roble se había caído debido a las fuertes ráfagas de lluvia y viento. Sus raíces fueron arrancadas de cuajo. El gran árbol miró a su alrededor y junto a la orilla de un rio cercano, vio un junco totalmente intacto.

Entonces el roble le preguntó: ¿Por qué sigues en pie? A simple vista eres más débil que yo.

El junco le respondió: Porque soy flexible, y aunque las rachas de viento fueran muy fuertes y destructivas, no pueden quebrarme”.

Ser flexible emocional y mentalmente

El hecho de ser flexible emocional y mentalmente conlleva tener siempre una actitud plenamente abierta. Se basa en estar dispuestos a aceptar nuevos aprendizajes, opiniones, e ideas. A estar abiertos a nuevos modos de pensar, sentir y actuar, adaptándonos a nuevas situaciones, y dejando atrás viejos esquemas que nos atan, no dejándonos avanzar adecuadamente.

Ser flexible está totalmente relacionado con nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios. La vida es un contante cambio. Y nuestra mente debe estar preparada para asumir esos cambios, y obtener las mejores condiciones para nosotros dentro de ellos.

No podemos evolucionar siendo rígidos

Ser rígidos nos desemboca a un día a día lleno de obstáculos y dificultades. Desde que somos pequeños, las inseguridades e incertidumbres están presentes en nuestra vida. Todos tenemos el reto de ir superando esas barreras emocionales. Si optamos por una actitud rígida, quedaremos eternamente atrapados en unas creencias y en una forma de actuar que quizás nos funcionaron en el pasado, pero que son estériles para nuestro presente. Todo cambia, y debemos cambiar de igual modo. Por ese motivo, la clave para superar nuevos retos es optar por una actitud abierta y flexible.

Aunque nuestra mente nos empuje a repetir viejos patrones, debemos ser como el junco del cuento. Al ser flexible, por mucho que nos zarandeé el viento, siempre acabaremos de pie. Los problemas debemos abordarlos con una actitud crítica y una mente abierta.

Ser flexibles para adaptarnos a los cambios

Sabemos que debemos cambiar como cambia todo. Tenemos que hacerlo para evolucionar, para afrontar la vida de un modo más constructivo, y en definitiva, para mejorar. Pero constantemente nos resistimos a recibir de buen grado esos cambios. Lo cierto es que por mucha resistencia que opongamos, el cambió incidirá en nuestras vidas. Por tanto, ser flexible es la única manera de adaptarnos a los cambios.

Es cierto que hay veces que esos cambios son bruscos y no deseados, como por ejemplo perder un trabajo. Pero debemos estar preparados para esos imprevistos. Porque esos cambios pueden llegar a ocurrir en nuestras vidas. En esos casos debemos ser más flexibles si cabe para no rompernos, y aceptar las cosas tal y como vienen, y una vez ha ocurrido, buscar las soluciones que nos saquen de esa mala situación.

Los beneficios del cambio

Entre los mayores beneficios que nos puede aportar los cambios están:

  • Mayor crecimiento personal. Cambiar significa vivir nuevas experiencias, y aprender de ellas. Todo ello te ayudará a crecer y evolucionar. Aceptar los cambios hará que te sientas más pleno y feliz.
  • Ser más flexible. Adaptarte a los cambios que se producen en nuestras vidas, hace que seamos más flexibles, y por tanto superar todos los obstáculos que se nos presenten.
  • Evolucionar y mejorar. Las cosas por mucho que cambien, no son mejores si tú no tienes la actitud adecuada. Si eres una persona positiva los cambios podrán ser positivos, pero si tu actitud es rígida, todo cambio, por muy pequeños que sean, se convertirán en un hecho traumático.
  • Aprender a valorar las pequeñas cosas. Los cambios tienen la virtud de hacernos valorar las pequeñas cosas. Todo tiene un valor.
  • Ganar en fortaleza. Nos resistimos al cambio debido a nuestras propias inseguridades. A medida que aprendamos a aceptar los cambios ganaremos en confianza, y por tanto ganaremos en fortaleza.
  • Abrazar nuevas oportunidades. Los cambios siempre nos traen nuevas oportunidades.
  • Poder empezar de nuevo. Todo cambio nos da la oportunidad de comenzar de nuevo.

Salir de nuestra zona de confort

Todos los cambios implican siempre salir de nuestra zona de confort. Necesitamos seguridad, y creamos a menudo resistencias al cambio para sentir sintiéndonos seguros. Pero todo ello es irreal. La vida y todo lo que está dentro de ella cambia. Es irremediable, y tenemos que ser flexibles para tomar esos cambios de la mejor forma posible.

La zona de confort se basa en el principio: “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, pero sólo se centra en el miedo que tenemos a la incertidumbre. Vamos a experimentar cambios, lo queramos o no, así que debemos amoldar nuestra actitud a esa transformación.

La falta de flexibilidad mental y emocional

No ser flexibles mental y emocionalmente, nos habla de nuestra incapacidad para adaptarnos al cambio, aunque sean totalmente necesarios. También conforma nuestra total incapacidad para ver las cosas de diferentes puntos de vista.

La inflexibilidad nos impide manejarnos adecuadamente en el medio al cual pertenecemos. Éste nos exige respuestas, y tenemos que estar preparados para dárselas. No podemos quedarnos quietos e inmóviles ante la vida. Una mente rígida sólo nos aporta dolor, agonía, y desesperanza.

Al no ser flexibles nuestra mente se resistirá a los cambios, y cuando estos se produzcan, nuestra mente se quebrantará. Cuando somos incapaces de gestionar los cambios, y nos dejamos abordar por nuestros miedos, surgen diferentes trastornos como puede ser la ansiedad o la depresión.

La inflexibilidad y la aparición de diversos trastornos

La resistencia al cambio puede producir una serie de alteraciones o trastornos mentales y emocionales. Toda mente rígida acaba por quebrantarse como ocurre en el ejemplo del cuento del principio de este artículo.

No ser flexibles al cambio parte de nuestros miedos. Una alta exposición al miedo hace que padezcamos ansiedad. Nuestra mente se resiste a exponerse a la incertidumbre, debido a la propia inseguridad y al miedo que ello nos da. Cuando se dan cambios importantes, nuestra mente se pone en alerta y nuestros niveles de ansiedad se elevan de forma indiscriminada.

Cuando la actitud no es la es la adecuada, cualquier cambio significativo nos causará terror, y el estrés que experimentemos será tan alto que acabará haciéndonos daño. Una exposición a una situación de estrés elevado hace que nuestra ansiedad se dispare y sucumbamos a sus síntomas.

Quien se resiste al cambio es consciente de su incapacidad para manejar ese tipo de situaciones. Por tanto, su autoestima se verá totalmente afectada, así como su estado anímico. La depresión puede aparecer por no ser flexible ante los cambios.

Todos sabemos que cuando la mente está dañada también repercute en el cuerpo. Por tanto, el hecho de no ser flexible ante los cambios puede acarrear ciertos trastornos físicos como, por ejemplo: trastornos del sueño, problemas digestivos, o alteraciones en la piel.

Cómo tener una mente flexible

La persona que camina por su vida con un enfoque emocional y mental rígido se detendrá irremediablemente ante cualquier obstáculo. Una mente que no sabe adaptarse a los cambios y controlar sus pensamientos, no será nunca feliz.

Cuando las personas toman una actitud flexible ante la vida, están dispuestas también a aprovechar y sacar todo el jugo a todo. Son capaces de gestionar adecuadamente sus emociones, y responden de un modo creativo a las dificultades que se le puedan presentar, a la vez de disfrutar plenamente de las relaciones interpersonales.

Si queremos aprender a ser flexibles podemos seguir los siguientes consejos:

  • No debemos pensar en términos absolutos. Tenemos que dejar a un lado los extremos. Nada es blanco o negro, o conmigo o contra mí. Existen matices en todo. Así que aprende a relativizar y abrir tu mente.
  • La realidad está llena de detalles. Valora las pequeñas cosas, y ten una actitud positiva ante todo porque, aunque parezca lo contrario, siempre podemos encontrar lo bueno en todas las cosas que nos sucedan.
  • Centra tu mente en el presente. Lo pasado, pasado está, y el futuro es totalmente incierto. Lo único verdadero que tenemos es el ahora. Así que no pienses tanto, y disfruta de todo lo que estás viviendo ahora mismo.
  • Detente en lo que verdaderamente importa. Hay cosas que cambian, y otra no. Céntrate en lo verdaderamente importante y en las personas valiosas en ti vida. Te será más fácil abordar los cambios si tienes en que y en quien apoyarte.
  • Busca ayuda. Quizás no puedas abordar los cambios por ti mismo y necesitas de ayuda para ello. Si te ocurre eso, busca ayuda profesional, te dará una nueva visión de las cosas, y podrás desarrollar actitudes flexibles ante los cambios que tanto te pueden asustar.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Archivado como:Blog Etiquetado con:actitud abierta, actitud flexible, actitud rígida, adaptarse a los cambios, adpatarnos a los cambios, cambios, como ser mas flexible psicologicamente, como ser menos rigido, como superar el miedo al cambio, inflexibilidad mental, mantener una actitud positiva, miedo a los cambios, miedo al cambio, no tener miedo, no tener miedo a los cambios, pensamientos flexible, resistencia a los cambios, rigidez mental, salir de mi zona de confort, ser flexible, ser flexible en la vida, ser flexible para ser feliz, ser flexible y adaptarse a los cambios, ser positivo, temer los cambios, tener una actitud abierta, zona de confort

Tomar decisiones, ¡atrévete a elegir!

Por Daniel Molina Deja un comentario

tomar decisiones

Tomar decisiones

La vida es una constante decisión. A cada paso que damos se nos abren varios caminos que tomar. Las decisiones son constantes y esenciales en la vida de todo ser humano. Cada persona debe elegir acerca de diferentes aspectos en su día a día. Por ese motivo debemos aprender a tomar decisiones, ya que el simple hecho de no hacerlo repercutirá en nuestra vida e incluso en nosotros mismos.

Es cierto que a veces podemos tener la suerte de que las cosas se resuelvan por sí mismas, pero no es lo normal. Todo requiere un esfuerzo y una elección por nuestra parte. No podemos no hacer nada. Somos parte activa de nuestra vida, y somos los dueños de nuestras decisiones.

Toda nuestra vida está definida por nuestras decisiones, sean tomadas de un modo consciente o inconsciente. Éstas pueden determinar nuestras carreras profesionales, nuestras relaciones, nuestra autopercepción, o de nuestra vida completa. Incluso al no elegir ya estamos decidiendo.

Si tomar decisiones es tan fundamental en nuestras vidas, ¿por qué podemos ser incapaces de hacerlo? La razón es por el miedo, y porque al hacerlo nos arriesgamos a que algo nos salga mal. Nuestra autoestima tiene un papel fundamental en la capacidad de tomar decisiones. Debemos aprender a elegir.

Aprende a tomar decisiones

Saber tomar las decisiones correctas es un aprendizaje difícil y complicado. Para todas las personas supone un esfuerzo hacerlo. Cualquier decisión repercute en nuestra vida, y en nuestro futuro. Debemos aprender alguna forma que nos permita elegir de un modo natural y rápido.

El futuro se formará mediante nuestras decisiones

Nuestra vida está estrechamente definida por las decisiones que tomamos. Por ejemplo, quizás aceptes un trabajo que prometía una serie condiciones que luego no se cumplen. En ese momento estará en tu mano la decisión de seguir en ese puesto laboral o dejarlo. Todo está en tu mano y en lo que estés dispuesto a aceptar. Sea lo que sea es tu decisión, y sólo repercutirá en ti.

Como pasa en el ejemplo, en cualquier toma de decisión debes dejar a un lado los aspectos sentimentales, así como las ideas preconcebidas. Una vez que seas capaz de elegir sin tener en cuenta los aspectos más superfluos, podrás elegir con mayor exactitud.

Abandona tu zona de confort

Toda decisión lleva consigo un riesgo. No podemos acertar siempre, y nos aterra fallar. Ese miedo hace que nos paralicemos y no seamos capaces de elegir. A veces podemos optar por no hacer nada, y permanecer en una zona de confort donde nos sentimos seguro y protegidos.

¿Qué es la zona de confort?

Nuestra zona de confort es aquel ambiente o aquellos comportamientos que nos hace sentir seguros. Abarca todo aquello que ya conocemos y controlamos. Podríamos definir la zona de confort como un comportamiento en el cual no aporta riesgo para la persona.

El concepto de zona de confort se refiere al estado psicológico que nos permite estar seguros, sin experimentar ansiedad ni miedo. Es un espacio que conocemos y en el cual nos sentimos cómodos, ya que lo controlamos todo allí.

En la zona de confort no tenemos que tomar decisiones. No tenemos que asumir ningún riesgo. Simplemente debemos tomar una actitud pasiva y controlable. Sin embargo, cuando caemos en esa trampa, caemos en la cuenta que ese comportamiento nos impide experimentar, conocer nuevas personas, y vivir plenamente. Por ese motivo debemos dejar atrás lo antes posible esa zona de confort. Al hacerlo provocaremos un crecimiento personal que nos llevará a tener unas mejores expectativas de vida, aumentando a su vez nuestras habilidades y capacidades, y teniendo la oportunidad de tener una vida satisfactoria y llena.

Al dejar la zona de confort, tomaremos inevitablemente conciencia de nuestros retos vitales, de nuestros miedos, y en general de nuestras capacidades reales. Cuando lo hagas sentirás miedo, y tu estrés se elevará ya que estarás batallando con lo desconocido, pero por el contrario te enriquecerás en vivencias y experiencias. Estrás viviendo de verdad.

Qué debemos tener en cuenta para tomar decisiones

-Identificar tus objetivos.

Cada vez que nos enfrentamos a una decisión debemos conocer el propósito de cada opción que podemos elegir. Por ejemplo, si queremos dejar de tener una relación con alguien, deberemos elegir alejarnos de esa persona. Nuestra elección tiene una meta concreta. Identificando nuestros objetivos sabremos qué camino seguir, y qué elecciones debemos realizar.

-Ten en cuenta tus preferencias.

Cuando nos enfrentamos a un problema, lo vemos siempre bajo nuestra perspectiva. Siempre es positivo buscar otras formas de ver los problemas que nos obligan a tomar decisiones. Tener distintos puntos de vista nos puede aportar una nueva visión de nuestras preferencias, pudiendo tomar la decisión que mejor nos convenga.

-Considera la repercusión de cada opción.

Todas las opciones posibles tienen sus propias consecuencias. Cada decisión que tomemos nos llevará a un camino u otro. Por tanto, si tienes en cuenta todas las posibles repercusiones pueden realizar la decisión que mejor se amolde a tus objetivos.

Cuando nos atormenta tomar una decisión

Ya sabemos que la toma de decisiones es uno de los procesos que más nos puede angustiar. Más aún si hablamos de decisiones importantes, que pueden afectar de un modo irremediable nuestra vida personal, profesional o sentimental.

El miedo que nos produce la toma de decisiones no llega a paralizar de un modo fulminante. No controlamos el futuro, y tememos que nuestras decisiones nos afecten de tal manera que no seamos capaces de reaccionar. Pero lo importante es saber que mientras el miedo te paraliza, impidiéndote tomar las decisiones que deberías realizar, tu vida sigue su curso. La vida no se para por tus miedos.

Nuestros miedos hacen que no podamos pensar con claridad, aunque en el fondo sepas lo que quieres conseguir. El miedo es irreal, y sólo está en nuestra cabeza. Tememos cosas que nunca ocurrirán. Nos angustiamos por nuestro modo de pensar, y por nuestra actitud.  Deshacernos de ese miedo, es el primer paso para vivir plenamente tomando todas las decisiones que consideremos oportunas.

Qué tener en cuenta antes de tomar decisiones

Para tomar decisiones, un buen consejo es que te contestes a estas preguntas:

-¿Esta decisión conlleva un peligro muy elevado?

La mayoría de los casos, nuestras decisiones no conllevan un peligro tan elevado de vida o muerte. Ninguna decisión que tomes va a representar un peligro inminente y vital. Así que céntrate, quizás tengas que realizar cambios bruscos e importantes, o quizás tengas que salir de tu zona de confort, o que tengas que hacer cosas que se escapan de lo habitual, pero jamás supondrán un peligro para tu vida.

Si tienes esta cuestión clara, debes pasar a la siguiente pregunta: ¿Qué  decisión tomar aunque mi vida no dependa de ello? Y pasamos a la siguiente cuestión.

-¿Te da paz y tranquilidad la decisión que vas a tomar?

Siempre hay una opción que nos aporta la paz interior que necesitamos. Todas las respuestas están en nuestro interior. En el fondo podemos hacer frente a todas las incertidumbres que se nos presente, ya que sabemos siempre que camino es el correcto, y es aquel que en nuestro interior nos provoca un rotundo “sí”.

-¿Qué pasaría si aun así no supiéramos cuál de las opciones es la correcta?

Para saber que opción es la correcta, primero debemos saber qué queremos. Si no es así, nos resultará complicado tomar una decisión. Por ese motivo debes plantearte que quieres conseguir, y de ese modo sabrás cual es el camino que debes tomar. La experiencia te marcará el camino. Déjate llevar.

Cómo debes tomar decisiones

  • Todos los días debemos tomar decisiones. Algunas de ellas son superfluas y de poca importancia como por ejemplo qué comer o cenar. Pero para aquellas decisiones más importantes u complejas podemos seguir los siguientes pasos:
  • Ten en cuenta cual es el objetivo o fin de tus decisiones.
  • Reflexiona acerca de todas las opciones que existen antes de elegir cual es la mejor.
  • Analiza las ventajas y desventaja de cada opción.
  • Identifica la mejor opción.
  • Actúa y decídete.

Responsabilízate de tus decisiones

Todos somos dueños de nuestras decisiones. Al final somos los que elegimos y debemos asumir ese hecho. A veces nos equivocaremos, es inevitable. Si esto ocurre, y te caes, levántate, sacúdete el polvo, y vuelve a intentarlo. Toda decisión, aunque ésta sea mala, es un aprendizaje. Sé una persona positiva y toma los errores como una parte de la vida. No te dejes vencer por el miedo, y no dejes que te paralice. Tus decisiones son tuyas, y tu vida es tu vida. Así que vive de forma plena y siempre siendo tú mismo, con tus errores y tus aciertos.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Archivado como:Blog Etiquetado con:aprender a tomar decisiones, cómo decidir, cómo elegir, cómo salir de la zona de confort, cómo tomar decisiones, como tomar decisiones personales, cómo tomar una decisión, como tomar una decision sentimental, decidir, decisión, elegir, miedo, miedo a tomar decisiones equivocadas, psicología, psicología emocional, psicología online, psicólogo, psicólogo emocional, psicólogo emocional online, psicólogo online, saber elegir, superar el miedo, toma de decisiones, tomar decisiones, tomar decisiones dificiles, tomar decisiones en el amor, tomar decisiones rapidas, zona de confort

Obstáculos mentales. Miedo a fracasar

Por Daniel Molina Deja un comentario

obstaculos mentales

Obstáculos mentales

Todos alguna vez nos hemos topado con obstáculos mentales que nos han impedido avanzar y alcanzar nuestras metas. Normalmente dichas barreras que nos autoimponemos en nuestra mente, están formadas por nuestros miedos y nuestra negación de abandonar nuestra tan preciada zona de confort.

Nosotros mismo caemos en la trampa de negarnos alcanzar ciertas metas por nuestro miedo a todo lo desconocido. Podemos llegar a ser nuestros peores enemigos, y si no somos capaces de dominar nuestra mente, ésta acabará dominándonos a nosotros. A veces sólo se requiere actuar y dejar de pensar en exceso.

Cada persona posee sus propios miedos. Cada uno tenemos nuestras propias vivencias y experiencias negativas, que vamos acumulando a lo largo de nuestra existencia. Todos esos temores salen a flote en situaciones cruciales, como por ejemplo son los cambios. Un cambio significa riesgo, y ese riesgo nos puede paralizar si no somos capaces de gestionarlo correctamente.

Cada pensamiento que va dirigido hacia el éxito o el fracaso nos puede bloquear. Ese pensamiento extremista donde todo es blanco o negro nos haca estancarnos en el miedo a fallar. Ese miedo es la mayor zancadilla mental que nos podemos encontrar. Por ese motivo debemos adoptar perspectivas que sean más flexibles y amplias.

No seas tan estricto contigo mismo

No eres éxito ni eres fracaso. Porque hayas fallado alguna vez no significa que lo vayas a hacer siempre. No te definen tus éxitos ni tus fracasos, sino lo que haces después de ellos. Tanto si triunfas como si fracasas debes aprender.

Todos hemos acumulado fracasos. Esos fracasos nos recuerdan que nos hemos movido. Que lo hemos intentado. Hemos errado. Hemos aprendido y seguimos adelante. Podemos sentirnos orgullosos de haber abandonado nuestra zona de confort y habernos aventurado a probar cosas. Es nuestra experiencia vital, y esos errores hoy conforman nuestra sabiduría.

Cuando quieras realizar algo, lo que sea, olvida todo lo que los demás dijeron de ti. Su sabes de tu valía. Si tienes que escuchar una voz, que esa sea la tuya. La opiniones de los demás de ti y de lo que puedes conseguir no te definen, ni definen lo que eres capaz de hacer. Sólo tú puedes dejar que esas opiniones te influyan o no.

Si intentas algo y alcanzas la victoria, celébralo y recuerda todo el sacrificio que tuviste que experimentar para llegar  a la meta que anhelabas. Si fracasas, levántate, sacúdete el polvo, y vuelve a empezar. De los fracasos es de donde sacamos las mejores lecciones.

Los 3 obstáculos mentales más comunes del miedo a fracasar

El miedo a fracaso nos impide avanzar. Ello nos impide intentar llegar a las metas que anhelamos. Abandonar nuestra zona de confort comporta riesgo, y el riesgo siempre implica miedo y temor. Para avanzar debemos saber gestionar nuestros miedos. Con ello podemos anular a nuestro peor enemigo: nosotros mismos.

Los obstáculos mentales más comunes cuando tenemos miedo a fracasar son:

1-. Quizás no sea el momento oportuno.

¿Sabes un secreto? Nunca será el momento oportuno para intentar conseguir tus metas. Si buscamos excusas, encontraremos miles para no arriesgarnos. Por ese motivo no postergues tus sueños. Si quieres algo hazlo. No hay nada peor que quedarte con la duda por  no intentarlo.

Dejar para más adelante el intentar alcanzar nuestros sueños sólo esconde la magnitud de nuestros miedos. Nos causa temor dejar atrás aquello que conocemos y donde nos sentimos seguros, pero no estamos diseñados para estarnos quietos. Así que demos aprender a gestionar esos miedos con tal de avanzar, y conseguir de nuestras vidas contenga toda la plenitud que debería tener.

Nunca será el momento adecuado. Nunca podremos estar seguros de sí conseguiremos o no nuestras metas. Por eso debemos asumir riesgos. Y dejar atrás el miedo a perder. Todo fracaso lleva consigo un aprendizaje. Tus fracasos son parte de tu experiencia vital y conformarán el núcleo de tu sabiduría. Haz más y piensa menos. Es bueno saltar al vacío de vez en cuando. Tanto si aciertas como si fracasas, será un gesto extraordinario.

2-. No estoy preparado.

Es cierto. No estarás suficientemente preparado y nunca lo estarás. Al menos como te gustaría o en el grado que te haga sentir seguro. Por ese motivo debes dejar a un lado las creencias de que no eres lo suficientemente bueno en algo, y simplemente hacerlo. Lo que tengas que aprender, lo aprenderás en el camino. También aprenderás de cada triunfo y de cada fracaso. No te cierres puertas con dichos pensamientos. No te pongas la zancadilla.

En el camino vas a mejorar. El aprendizaje será constante. Nadie es experto en algo sin antes haber cometido tus errores. Lo que te hará conseguir tus metas es la motivación, el tiempo, y la pasión que pongas en ello. Por lo tanto no te estanques pensando en que tienes poca formación, o que no estás capacitado. Sólo necesitas ponerte a ello dándolo todo al 100%. No te encadenes en tus miedos, deja atrás los obstáculos mentales que no te permiten avanzar.

Debes centrarte en disfrutar en los que haces. No eres perfecto, ni nada de lo que hagas lo será. Por ese motivo no te agobies en ideas erróneas dirigidas a un perfeccionismo irreal, y aprende a disfrutar de todo lo que haces. Pon pasión en todo lo que hagas. Los resultados ya llegarán.

3-. Voy a fracasar.

Si piensas así, lo harás. No te quepa duda. Pensar así es el primer paso para no logar nada. Si tus pensamientos son así, mejor que dejes lo que estés haciendo y no te muevas de tu zona de confort. No intentes nada.

Tanto si crees que puedes como si no, tiene toda la razón. Si quieres conseguir algo tus pensamientos deben ir dirigimos a la consecución de tus metas. Si piensas que  vas a fracasar, fracasarás. Tus pensamientos y tus actos pueden ir dirigidos a triunfar o a fracasar. Todo depende fundamentalmente de ti. Tu mente puede ser tu mejor amiga o tu peor enemiga. Todo dependerá de a que parte de tu mente harás caso.

No te derrotes de antemano. Inténtalo y a ver qué pasa. Lo más difícil es dar el primer paso. Una vez dado, déjate sorprender a donde te puede llevar. Motívate, y deja tus pensamientos negativos y anticipatorios a un lado. Déjate sorprender de todo lo que eres capaz de conseguir.

Tus pensamientos te pueden llevar al éxito o al fracaso. Todo dependerá a que pensamientos queramos alimentar. Los pensamientos determinan la actitud y la motivación. Por tanto, unos pensamientos positivos nos darán una motivación óptima. Por todo ello dirige tus pensamientos hacia el éxito, deja atrás los obstáculos mentales que no te dejan avanzar. Visualízalo y ponte a ello. Aprende del camino. ¡Y hazlo!

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Archivado como:Blog Etiquetado con:estrategias para eliminar pensamientos negativos, fobia al fracaso, fracasar, miedo, miedo a fracasar, miedo al fracaso, miedo al fracaso psicologia, obstáculos mentales, pensamientos malos involuntarios, pensamientos negativos ansiedad, pensamientos negativos incontrolables, pensamientos negativos obsesivos, pensamientos tóxicos, sintomas miedo al fracaso, trampas mentales, tratamiento del miedo al fracaso, zona de confort

Cómo salir de nuestra zona de confort

Por Daniel Molina 2 Comentarios

zona de confort

La inmensa mayoría de personas nos comportamos de igual forma día tras día. Nos relacionamos con las mismas personas. Mantenemos los eternos hábitos y costumbres. Recorremos las mismas calles y lugares, etc. Son comportamientos que nos proporcionan cierta estabilidad y sentimientos de seguridad. Necesitamos tener la sensación de control de nuestras vidas y de todo aquello que nos rodea. Esa seguridad nos la proporciona aquello que ya conocemos y controlamos. Y es aquí donde caemos en la trampa de quedarnos permanentemente en nuestra zona de confort.

La zona de confort nos proporciona seguridad. Lo que sucede allí nos resulta siempre predecible y sin  sobresaltos. Ello nos facilita nuestra existencia ya que nos proporciona el control que todo ser humano necesita para huir de las posibles amenazas, que puede resultar cualquier novedad para nuestra estabilidad emocional.

Tener las mismas relaciones, las mismas amistades, los mismos ámbitos, y las mismas costumbres conforma nuestra zona de confort. Desenvolvernos en aquello y con aquellos que ya conocemos nos facilita todo. No hay sobresaltos, y todo se paraliza por conseguir la seguridad que tanto anhelamos.

Las personas que sobreviven inmersas y escondidas en su zona de confort suelen agobiarse fácilmente por el estancamiento de sus vidas. Pero temen tanto el cambio que no asumen riesgos. Sólo son capaces de hacer frente a sus miedos, a sus demonios internos, mediante la motivación. Nos movemos si nuestra motivación es más grande que nuestros miedos. Sólo de ese modo, estas personas son capaces de salir de su zona de confort. La vida es un  constante cambio y debemos estar preparados para adaptarnos a ellos. Todos tenemos miedo a los cambios, pero el ser humano está diseñado para moverse y cambiar. Debemos asumirlo interiormente y dejarnos llevar por la vida y las múltiples sorpresas que nos aguardan…

¿Cómo saber si estás anclado en tu zona de confort?

Las señales que nos pueden indicar que estamos anclados en nuestra zona de confort son:

  • Constante sensación de aburrimiento.
  • Falta de motivaciones.
  • Sensación constante de cansancio.
  • Sentimiento de infelicidad.
  • Sin ilusión por nada.
  • No sientes curiosidad por el mundo que te rodea.
  • Constantemente piensas en cómo sería tu vida si fuese diferente.

Si has llegado a identificarte con las señales mencionadas, necesitas un cambio, y debes de realizarlo ahora mismo.

Cómo salir de nuestra zona de confort

  • Asume el miedo y supéralo. Cualquier cambio nos desestabiliza y nos da miedo. Asúmelo. Todos lo sentimos. Lo importante es que lo detectes y luches por superarlo. Un cambio siempre es positivo. Nos mueve de nuestro estancamiento. Si la experiencia luego no es tan positiva como debería ser, no te preocupes, al menos el cambio te ha proporcionado un aprendizaje para el futuro. Cuando el cambio se produce el miedo va desapareciendo, y crece a su vez una sensación de satisfacción que es más duradera de nuestros temores.
  • Prueba con un pequeño cambio al principio.Date la oportunidad de experimentar todo lo que conlleva cambiar. Piensa que si te arrepientes luego del cambio o no encuentras lo que esperabas siempre puedes volver al punto de inicio.
  • Planifica todo cambio.Piensa qué quieres conseguir y cómo quieres hacerlo. Planificar el paso a paso te ayudará a vencer el miedo que nos da la incertidumbre. Un camino trazado nos proporciona la seguridad que necesitamos para dar el primer paso.
  • Pide ayuda.Hacer partícipes de tus miedos y de tu necesidad de cambio a aquellas personas que están a tu lado te ayudará a que los demás te entiendan, y sepan darte el apoyo que necesitas para realizar el cambio que tanto anhelas. No tienes porqué estar solo en ese proceso. Busca ayuda de los demás, y si lo necesitas también ayuda profesional. Toda ayuda es buena.
  • Celebra cada cambio.Todo cambio es positivo, aunque su resultado no se el esperado. Aunque los resultados no nos acompañen al menos lo habremos intentado y debemos sentirnos orgullosos de ellos. De los cambios que no han salido como esperábamos se aprende, y mucho. Así que no te cortes y celebra como quieras cualquier cambio, sea positivo o no lo sea tanto. Has vencido a tus miedos y eso ya es un buen motivo para sentir orgullo por ti mismo.
  • Ten confianza en ti mismo y el propio cambio.Cuando hemos tenido miedo hacia el cambio, después de realizarlo nos hemos dado cuenta que nuestro miedo era injustificado. No tengas miedo a perder. Es inevitable, a veces fallamos, no somos perfectos. Ten miedo a estancarte.
  • Haz los cambios que necesites y cuando tú lo necesites.No permitas presiones externas. Cada uno hacemos los cambios que queremos y a nuestro ritmo. Ni te compares con los demás, ni permitas que los demás te digan que debes hacer y cuando. Tú eres el dueño de tus cambios y de tus miedos. Reflexiona que cambios debes realizar y hazlo cuando te veas preparado.

Daniel Molina, Psicólogo Emocional Online

Archivado como:Blog Etiquetado con:abandonar la zona de confort, Cómo salir de nuestra zona de confort, ejercicios para salir de la zona de confort, es malo estar en la zona de confort, no quiero salir de la zona de confort, para una mujer como salir de la zona de confort, problemas de la zona de confort, que es el circulo de confort, salir de la zona de confort en el trabajo, zona de confort, zona de confort pareja, zona de confort psicologia emocional

  • Preguntas Frecuentes
  • Política de Privacidad
  • Precios
  • Contactar

Copyright © 2019 · Wellness Pro on Genesis Framework · WordPress · Log in